miércoles, septiembre 30, 2009

LA SANIDAD DE DIOS

La sanidad y los pactos de Dios:
Desde la antiguedad se conoce al Senor Jehova de los ejercitos como un Dios de pactos, en el mismo corazon de Dios su intencion es siempre pactar con aquellos que corazon sincero se acercan a El. Y en esta oportunidad hablaremos acerca de los pactos con respecto a la sanidad y al arrepentimiento. A veces como creyentes nos preguntamos acerca de una enfermedad o dolencia que tenemos, y muchas veces no podemos entender el porque? de las cosas; entonces ahora es el tiempo de entender mejor de situaciones que nos acontecen con respecto a alguna enfermedad.
El diccionario define la palabra pacto de la siguiente manera: «Acción y efecto de pactar. Convenio, acuerdo firme entre dos o varias partes». O sea, un contrato formal, solemne y obligatorio especialmente para cumplir alguna acción o transferir bienes, por lo general modificado bajo ciertas condiciones. La Biblia es en realidad un pacto que revela lo que Dios va a hacer por su pueblo y bajo qué condiciones. Muchos estudiosos prefieren los términos Antiguo y Nuevo Pactos en vez de Antiguo y Nuevo Testamentos. Por cierto, el Antiguo Pacto contiene varios pactos menores, algunos son condicionales y otros incondicionales. En [Exodo 15.26] Dios formaliza un pacto de sanidad con su pueblo:
El tema que vamos a tratar es la sanidad de Dios, y tiene que ver con la sanidad espiritual y la sanidad del cuerpo y ciertas dolencias que afectan al creyente.
Sanidad y arrepentimiento: ¿Qué es el arrepentimiento?
Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. [Léase el contexto, vv. 22–27].
En este pasaje, denominado el pacto de sanidad divina del Antiguo Testamento, Dios no sólo se compromete a sanar, también revela uno de sus nombres «Jehová-rapha». El Señor realmente dijo: «Yo soy Jehová tu sanador; este es mi NOMBRE». En el Antiguo Testamento [Pacto] encontramos al menos nueve nombres de Jehová y cada uno revela una faceta específica de la naturaleza de Dios. Otros nombres compuestos que revelan la naturaleza y la relación de compromiso de Dios son: Jehová-jireh, «Jehová proveerá»; Jehová-sidkenu, «Jehová, nuestra justicia»; Jehová-rá-ah, «Jehová, nuestro pastor»; Jehová-Shalom, «Jehová de paz o prosperidad»; y Jehová-sabaoth, «Jehová de los ejércitos». No obstante la naturaleza de nuestro Dios, revelada en la expresión de uno de sus nombres, nunca deja de relacionarse con su pueblo. A partir de este pacto revelado en [Éxodo 15] sabemos que el Señor nunca dejará de sanar a su pueblo. Nosotros, por otra parte, debemos entender que esta promesa es condicional. Para recibir la sanidad, debemos ser obedientes a sus deseos.
Tal vez ayudaría examinar las condiciones necesarias para la sanidad; según el pacto de sanidad del Antiguo Testamento, son cuatro:

1]- Oír la voz del Señor.
2]- Hacer lo recto [comportamiento recto] delante de sus ojos.
3]- Dar oído a los mandamientos de Dios.
4]- Guardar todos sus estatutos.
Las últimas dos condiciones convergen en una: «Oír y guardar todos los mandamientos o estatutos de Dios». Los mandamientos y estatutos son sinónimos, como puede verse en [Salmo 119.105–112], este es un Salmo que se refiere a conocer y vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. En estos versículos los términos: palabra, juicios, ley, mandamientos y estatutos son sinónimos, ya que se refieren a la voluntad revelada de Dios, mediante la cual Su pueblo ordena la vida. Está claro que el salmista oraba por sanidad física y espiritual [véase el v. 107]. Al buscar a Dios, juró andar en conformidad con Su Palabra y guardar Sus mandamientos, tal como requería el pacto de sanidad del Antiguo Testamento.

Generalmente pensamos en el arrepentimiento como aquello que ocurre con los pecadores que vienen a Cristo por primera vez. Después del sermón de Pedro en el día de Pentecostés, la gente respondió bajo gran convicción de pecado: «Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» [Hch 2.38]. Algunos días más tarde Pedro, respondiendo a un grupo de pecadores, dijo: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados» [Hch 3.19]. Cuando Jesús vino predicando el evangelio del reino, decía: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos. y creed en el evangelio» [Mc 1.15].
Sin embargo, a los creyentes desobedientes, descuidados y pecadores, también se les llama al arrepentimiento. Pablo demandó a los miembros moralmente pecaminosos de la iglesia de Corinto a que se arrepintieran de sus caminos, por la fornicación y la lascivia que habían cometido [2Co 12.20, 21]. Asimismo, cuando Juan por orden de Jesús escribió a las siete iglesias de Asia, la carta a la iglesia de Efeso [la mejor de las siete] concluyó con la advertencia a arrepentirse «pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar» [Ap 2.5].

Nuestro concepto del «arrepentimiento» general mente está unido a la «tristeza y la pesadumbre emocional». Sin embargo, las palabras bíblicas [sub en hebreo y metanoeo en griego] significan «cambio de mente y dirección», un cambio total. La tristeza y la pesadumbre casi siempre acompañan al arrepentimiento, es más, el remordimiento es un preludio importante del arrepentimiento, pero decir tan solo: «lo lamento», a menudo denota lástima por las consecuencias del pecado y no por el acto en sí. Pablo dice en [2Corintios 7.9, 10]: «Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte».
Si la tristeza y la pesadumbre nos conducen al arrepentimiento, obviamente el arrepentimiento va más allá de la tristeza o del remordimiento. Si en realidad lamentamos y tenemos remordimiento por nuestro mal proceder, nuestra conducta cambiará de dirección y nuestro propósito cambiará su conducta. Tanto Judas Iscariote como Simón el hechicero tuvieron dolor profundo, pero ninguno de los dos se volvió a Dios con sinceridad. Al Señor no lo engañan las lágrimas de cocodrilo. Él responde al cambio de resolución interna que conduce a nuestra vida de la voluntad propia a la divina.
Los cristianos a veces pecan, como dijo Juan en la primera epístola: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados» [1Jn 1.8, 9]. Los verdaderos creyentes no viven en pecado ni lo practican deliberadamente; si lo hacen, se convierten en apóstatas [1 Jn 3.7–9], cabe destacar esto: La realidad nos muestra que en este tiempo estamos atravezando la apostasia del tiempo del fin, por las siguientes razones:
1]- No hay confesion de pecados, la gente y los lideres creen que pueden entrar al reino de Dios como se les da la gana.
2]- No hay un verdadero arrepentimiento, la doctrina del arrepentimiento se ha perdido, no se ensena y no se practica.
3]- No hay fe para creer que Cristo perdona.
4]- No se ensena el verdadero evangelio, se tuerce el evangelio y la Palabra para beneficio propio.
Sin embargo, los cristianos a menudo cometen pecados de actitud, omisión, descuido, incredulidad, disposición, etc. El escritor de Hebreos dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina» [Heb 12.6]. A veces, la disciplina viene en forma de enfermedad; sin embargo, debo decir que no toda enfermedad se debe a algún pecado [Jn 9.1–3]. Cuando la enfermedad es un método de disciplina, debe haber arrepentimiento para que venga la sanidad. En el pacto de sanidad del Nuevo Testamento [Stg 5.13–16] se entiende claramente que en muchos casos primero debe haber confesión de pecados y arrepentimiento, antes que los ancianos o aquellos que oran eleven la oración eficaz por el enfermo.
Hay varios pasajes bíblicos que se refieren a la relación que existe entre la demora a la respuesta a la oración de sanidad y un cambio de actitud y de conducta.

El caso de la lepra de María [Nm 12.1–15]:
[Números 12.1–15] contiene no sólo la sanidad de la lepra de María, sino también la historia de su mala conducta que le causó una aflicción grave. Esta mujer espiritualmente dotada se permitió cometer al menos siete pecados, seis de ellos eran de actitud. Antes de estudiarlos, veamos cuántos puede usted encontrar al leer y meditar el pasaje en cuestión. Sus pecados fueron los siguientes:
1]- El pecado de rebelión y crítica errada
María [la hermana de Moisés] y su hermano Aarón criticaron implacablemente el casamiento de Moisés con Séfora, la hija de Jetro, porque era cusita y quizás el color de la piel era diferente, aunque no tenemos certeza de lo último. Sabemos que la familia de Jetro era de Dios. Los cusitas no eran uno de los pueblos con los que Dios había prohibido el casamiento de los israelitas. En realidad, María y Aarón se rebelaban contra la autoridad de Moisés, usando como excusa a la esposa para encubrir el motivo verdadero. Tenemos, ciertamente, el derecho de dar sugerencias a los líderes espirituales, cabe destacar aquellos que son verdaderamente llamados por Dios, pero criticarlos es dañino para ambas partes.
La aflicción de María fue el resultado de pecados graves, pero Dios en su infinita misericordia contestó la oración eficaz de Moisés, sanando a María de su aflicción. Muchos enfermos tienen la impresión de que la enfermedad que los aqueja es consecuencia del pecado, aunque muchas veces es simplemente el resultado de la ley natural de causa y efecto. Sin embargo, si la aflicción es disciplina de Dios, uno puede sentirse animado al ver que Dios sanó a María en respuesta a la oración de fe. Comparadas con los pecados de María, las ofensas de la persona común serían menores. Si usted está enfermo y siente que su enfermedad es disciplina de Dios, regocíjese en esto: «Porque el Señor al que ama, disciplina. Si se ha arrepentido [cambio de voluntad, de actitud y de conducta] con sinceridad, pídale a Dios que lo sane, o llame a los ancianos; y la oracion de fe sanara a los enfermos.
2]- El pecado del celo y la envidia
La crítica de María respecto a la esposa de Moisés era un escudo de sus celos. Cuando la carga de juzgar al pueblo se le volvió muy pesada a Moisés, Jetro, su suegro, le sugirió que eligiera a setenta ancianos que lo ayudaran con la enorme tarea de juzgar las necesidades y ofensas entre más de medio millón de personas [véanse] [Nm 11.21–30] [Éx 18.1–27]. No existe duda de que Aarón y María eran personas espiritualmente dotadas; Aarón era el primer sumo sacerdote; a María se le reconoce como profetiza; compuso una canción en el Espíritu; era líder de las mujeres de Israel [Ex 15.20, 21]. Sin embargo, un don espiritual no lo califica a uno para hacer demandas de liderazgo. María era culpable de celos.
3]- El pecado del prejuicio racial
Aunque la motivación de María fueron los celos, estaba prejuiciada o no hubiera hecho referencia a la raza y quizás al color de la esposa de Moisés. El padre de la esposa de Moisés le dio a este un consejo que utilizó para reorganizar la estructura del liderazgo de la nación. Aarón y María, familiares de Moisés, estaban envidiosos y celosos porque no habían contado con ellos en la designación de los ancianos. Para encubrir su motivaciones verdaderas, se les ocurrió la crítica racial de Moisés por haberse casado con Séfora, la hija de Jetro. Al mismo tiempo, María descubrió su prejuicio racial.
4]- El pecado del orgullo desordenado
Se ve claramente en el versículo 2 que María era culpable de orgullo espiritual: «¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová». Sí, Dios había hablado a través de Aarón y María; y ellos eran siervos valiosos del Señor. Pero debemos recordar, sin embargo, que Dios hablará en cualquier momento a través de quien El quiera y elija como canal. Nadie puede imponerse en el gobierno de los asuntos de Dios porque lo hayan usado una vez. Suele ocurrir en personas que Dios las ha utilizado una vez y ya se creen autosuficientes.
5]- El pecado del egoísmo
«Nada hagáis por contienda o por vanagloría; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo» [Filipenses 2.3]. La queja de María estaba impregnada de egoísmo. En vez de gozarse por el plan que mejoraría la vida y el andar de Israel, demostró claramente su disgusto porque la excluyeron del centro de la planificación. El versículo 2 termina con las palabras: «Y lo oyó Jehová». No creamos que nuestras quejas petulantes acerca de aparentes omisiones son terrenales, el cielo sintoniza nuestra onda. De ninguna manera Dios estaba contento con lo que oyó de labios de María.
6]- El pecado del odio
«Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos» [1 Jn 2.11]. El pecado de María progresó de los celos al prejuicio y de este al odio. Si Dios no la hubiera disciplinado, su retrogradación no hubiera tenido fin. Sólo la disciplina amorosa de Dios [Heb 12.6] salvó a María del desastre espiritual permanente. A veces la enfermedad y la aflicción nos salvan de la oscuridad espiritual total. El arrepentimiento verdadero puede dar sanidad al alma y al cuerpo.
7]- El pecado de la necedad
«Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado» [Nm 12.11]. La queja que María creyó la restauraría al coliderazgo con Moisés (después de todo, era la hermana mayor que salvó a Moisés de su arquilla de juncos: [Ex 2.1–10] la hizo caer al fondo, en vez de elevarla a la cima. Como desenlace, tuvieron que confesar la locura que provocó la lepra y el destierro.[podemos notar que la confesion es fundamental para no caer en lazo de las tinieblas].

Moisés no se defendió en respuesta a las quejas de Aarón y María. El texto inspirado nos dice que Moisés era el hombre más humilde sobre la faz de la tierra. Dios mismo defendió a Moisés, su líder elegido [Nm 12.6–8].
La lepra horrible que afectó a María fue muy breve. Sufrió siete días la aflicción de la enfermedad y el destierro del campamento de Israel debido a la impureza real y ceremonial. Cuando apareció la lepra, Aarón comenzó de inmediato a arrepentirse y a rogar perdón; debemos suponer que María se unió a Aarón en arrepentimiento sincero. Al parecer, la participación de Aarón en la rebelión fue el resultado de la persuasión de María, pues Aarón no fue partícipe de la disciplina. Como Aarón era el sumo sacerdote, la lepra hubiera manchado todo el sacerdocio.
Cuando Aarón se arrepintió por él y por su hermana, Moisés clamó a Dios por la sanidad de María. Esta fue sanada, pero tuvo que soportar el destierro durante siete días. Dios perdona y sana, pero las cicatrices del pecado permanecen; no volvemos a leer de María en la historia de la conquista hasta su muerte [Nm 20.1].
Casos de arrepentimiento en el Salmo 107:
El escritor del [Salmo 107] pinta con palabras cuatro bocetos de personas que atraviesan una experiencia humana muy común;
1]- perdidos errantes.
2]- cautivos en ataduras.
3]- enfermos y afligidos.
4]- navegantes perdidos en una tormenta.
Cada uno atraviesa cinco etapas:
1]-autosuficiencia [v. 11]
2]-calamidad [vv. 12, 16, 18]
3]-arrepentimiento [v. 19]
4]-liberación [v. 20]
5]-llamado a la acción de gracias [v. 22].
La primera referencia del salmista fue acerca de la cautividad babilónica de Israel y de la restauración a su tierra natal. Sin embargo, la Biblia inspirada no sólo habla a sus lectores originales, sino que también se dirige a los de todas las épocas que tienen los mismos fracasos, liberaciones y triunfos espirituales.
Las referencias bíblicas mencionadas se tomaron de varias figuras expresadas en el [Salmo 107]. Las etapas son las mismas en las cuatro descripciones. Dios no sólo se relaciona con los transgresores de manera similar, sino que también salva y rescata utilizando un esquema fijo de redención, que es el siguiente: convicción de pecado, fe, arrepentimiento, salvación y alabanza en acción de gracias.
En este salmo la enfermedad es el castigo por la transgresión. El transgredir implica violar a sabiendas los límites conocidos de la obediencia. De ahí que el castigo no sea tanto una acción directa de Dios como consecuencia indirecta de haber ignorado las bendiciones que provienen de cumplir su voluntad, y exponernos así a los juicios que supone violarla. Sin embargo, la liberación puede llegar mediante un genuino arrepentimiento. A menudo la gente clama a Dios sólo cuando la asalta la calamidad. Las tormentas nos llegan a todos. Súbitas dificultades o una severa enfermedad pueden alcanzarnos debido a nuestra decadencia espiritual, consciente o inconsciente. Pero este texto enseña que si buscamos a nuestro Sanador con un corazón contritoy humillado, clamando por liberación, la calamidad puede ser trastocada y recibiríamos sanidad, tanto física como espiritual. El Señor escuchará un clamor como ese, y entonces nos sanará con «su palabra» [v. 20]. Un bello ejemplo de esto puede verse en la sanidad que el paralftico recibió de Jesús, en [Lucas 5.17–26].

La sanidad del paralítico [Lc 5.17–26]:
Lucas no nos dice nada respecto a la vida y experiencias anteriores del paralítico. Podemos suponer que esta aflicción estaba relacionada de alguna manera con un pasado pecaminoso, porque Jesús cuando vio la fe demostrada de una manera tan sobresaliente, le dijo al paralítico: «Tus pecados te son perdonados».
El despertar y el cambio en el corazón de este hombre sin duda se efectuó gracias a sus vecinos tan dedicados que al parecer le testificaron acerca de las enseñanzas de Jesús y de su gran poder sanador. Aunque el paralítico obviamente estaba dispuesto a conocer a Jesús, no podía trasladarse por su cuenta al lugar donde quizás se encontraba Jesús enseñando y sanando. En realidad, tuvo que sortear una serie de obstáculos antes de recibir la sanidad.
Primero: Tuvo que vencer la barrera de la resignación. Muchos que han tenido impedimentos físicos por largo tiempo aprenden a aceptar la aflicción, abandonan la lucha y hasta les resulta cómodo; una barrera sicológica. Afortunadamente, los vecinos benevolentes del paralítico le despertaron el deseo de caminar otra vez, de volver a vivir.
Segundo: Quizás tenía una barrera social. Su aislamiento prolongado de la sociedad activa tiene que haberlo vuelto tímido, retraído y poco dispuesto a ser un espectáculo para la muchedumbre en una gran actividad pública. Se vuelve a destacar el cuadro de liberación y perdón que sus vecinos le describieron acerca del ministerio compasivo de Jesús, que le dio el valor necesario para rendir su voluntad.

Tercero: Existía una barrera física; su imposibilidad de caminar hasta el sitio de reunión. Esto lo vencerían sus amigos. A pesar de que las multitudes de curiosos y necesitados bloqueaban el acceso a la puerta de entrada, subieron por una escalera externa al techo y lo bajaron por un agujero que hicieron en el tejado, directo a la presencia de Jesús.
Cuarto: Una barrera espiritual había tendido Satanás. Los enemigos religiosos de Jesús estaban presentes en la reunión, rebatiendo a Jesús y negando su derecho de perdonar pecados. Sin embargo, en cuanto el paralítico venció los primeros obstáculos, él, con la ayuda de sus consagrados vecinos, dio el salto. Es más, juntos clamaron al Dios de amor y misericordia encarnado.
Jesús hizo una pausa en su enseñanza y sintiendo la fe pujante del paralítico y sus amigos, dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados» [v. 20].
¿Por qué cree que Jesús dijo: «Tus pecados te son perdonados», en vez de decir primero: «Levanta tu cama y vete a tu casa»? El pecado está en el fondo del dilema humano. Todo lo que hace por nosotros un Dios santo es en base a su ofrenda sacrificada por el pecado. El pecado debe expiarse para que El pueda tener comunión con nosotros. El pecado debe resolverse para que pueda venir la sanidad. Jesús podía decir: «Tus pecados te son perdonados», porque estaba rumbo a la cruz para ser nuestro sacrificio propiciatorio por el pecado.
Jesús les respondió a los fariseos, que cerraban sus ojos a la misión de sufrimiento salvador de Cristo, negaban su derecho a perdonar el pecado, con una pregunta: «¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?» Al observador casual, sería más fácil decir: «Tus pecados te son perdonados», porque, ¿quién podría encontrar en la persona algo que refute si esta ha recibido el perdón o no? Pero para decir: «Levántate y anda», uno debía tener el poder necesario para hacer que eso ocurra frente a la multitud.
Sin embargo, para Jesús era más fácil decir: «Levántate y anda», porque tenía la omnipotencia para liberar; mas para decir: «Tus pecados te son perdonados», tenía que tomar la copa amarga del calvario; tenía que estar dedicado a la cruz. «Y sin derramamiento de sangre no se hace remisión» de pecados [Heb 9.22]. El poder es siempre más fácil que el amor y la misericordia. ¿Para qué le servía a Jesús decirle al paralítico: «Levántate y anda», si no hubiera podido decirle también: «Tus pecados te son perdonados»? Con la sanidad, el paralítico podría haber vivido cómodamente unos años más, pero con los pecados perdonados, viviría eternamente; disfrutaría de la resurrección con Jesús y se sentaría con Jesús en los lugares celestiales [Ef 2.1–10].
Para los creyentes del Nuevo Testamento satisfacer las condiciones para el pacto de sanidad significa vivir conforme a la Palabra de Dios. Si deseamos tener una fe fuerte para la sanidad divina, debemos atesorar la Palabra de Dios en nuestros corazones y andar de acuerdo a su dirección con la ayuda del Espíritu Santo.
El pacto de sanidad de [Éxodo 15.26] se relaciona con hechos históricos donde Dios enseñó lecciones espirituales importantes. Después de cruzar el Mar Rojo en la huida de Egipto y de regocijarse por su liberación de Faraón, los hijos de Israel llegaron al desierto seco. Durante tres días viajaron sin encontrar agua. Finalmente llegaron a un oasis llamado Mara. Había agua allí, pero era tan amarga que no la podían tomar. El pueblo se empezó a quejar de Moisés y de Dios. Cuando Moisés el intercesor clamó, Dios le mostró un árbol cuyas ramas traían sanidad, pues al echarlas al agua, la endulzaba. Dios reveló el remedio que sanó la amargura.
Las aguas de Mara tipifican las experiencias amargas de la vida, de las cuales algunas son enfermedades. A veces la enfermedad puede ser una prueba que Dios usa para enseñarnos una lección de fe y paciencia. Cuando clamamos, Dios nos da las ramas de sanidad que transforman esa agua amarga en dulce.
El Señor no sólo sanó las aguas amargas, sino que los llevó a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras para acampar. Dios guió a su pueblo del Mar Rojo a Mara para llegar a Elim. Dios ordena las cosas de tal manera que todo ayuda a bien. Si su Mara es una enfermedad clame a Jehová-rapha lel tiene preparado siempre un Elim para su pueblo.
Que la bendicion del Senor este siempre con nosotros!

jueves, septiembre 24, 2009

LOS PROFETAS DE DIOS

Despues oi la voz del Senor, que decia: A quien enviare, y quien ira por nosotros? Entonces respondi yo: Heme aqui, enviame a mi. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oid bien, y no entendais; ved por cierto, mas no comprendais. [Isaias 6:8-9].

No hay mucho que preguntar al mundo secular, a las religiones o a la misma naturaleza, o tal vez algun animal de Discovery Channel, sobre los tiempos que estamos viviendo y atravezando; todos coincidimos que estamos en la apostasia de la Iglesia Cristiana, no hay duda; y si tiene alguna duda preguntele a [Mateo 24] cuando Jesus habla de las senales antes del fin.

Y la pregunta seria: porque en este tiempo han salido por el mundo millones de profetas?, cual es el mensaje que nos dan, que nos quieren decir, que nos ofrecen los profetas de la actualidad?; seran verdaderos estos profetas del fin?, o son una gran mentira?, sera que son lobos disfrazados de ovejas?. Porque hablan tanto de la prosperidad?, sera que el corazon de ellos desea tanto la prosperidad?, de la abundancia de sus corazones hablan sus bocas?.

Para entender mejor este tema debemos primero saber quienes eran los profetas de Dios y entonces vamos a descubrir la verdad que nos concierne a todos los creyentes en Cristo.

Los Profetas de la antiguedad:
1]- Los profetas del Antiguo Testamento eran hombres y mujeres de Dios que descollaban espiritualmente entre sus contemporaneos. No hay otra categoria de personas en toda la literatura que presente una imagen mas dramatica que la de los profetas del Antiguo Testamento. Sacerdotes, jueces, reyes, sabios consejeros y salmistas tuvieron un lugar distinguido en la historia de israel, pero ninguno de ellos jamas se elevo a la estatura de los profetas ni siguieron ejerciendo tanta influencia sobre la subsiguiente historia de la redencion.

2]- los profetas ejercieron una influencia importante en la composicion del Antiguo Testamento mismo. Eso es evidente en la division triple de la Biblia hebrea: La Ley, los Profetas y los Escritos [Lucas 24:44]. La categoria conocida como "los profetas"contenia seis libros historicos escritos desde una perspectiva profetica: Josue, Jueces, 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes. Es probable que los autores de estos libros fueran profetas, y no hay ninguna duda. En segundo lugar, habia los dieciseis libros profeticos especificos de [Isaias a Malaquias]. Por ultimo, Moises, el autor de los primeros cinco libros de la Biblia [El Pentateuco], fue profeta [Deuteronomio 18:15]. De manera que dos terceras partes del Antiguo Testamento fueron escritas por profetas.

Que es un profeta?

1]- Ro'eh. Este nombre hebreo, traducido "vidente" en castellano, indica una capacidad especial para ver el reino espiritual y prever los acontecimientos futuros. El titulo sugiere que el profeta no era enganado por la apariencia externa de las cosas; mas bien, el veia las cosas como realmente eran desde la perspectiva de Dios mismo. Como vidente, el profeta recibia suenos, visiones y revelaciones de Dios que lo capacitaban para transmitir las realidades espirituales al pueblo de Dios.

2]- Nabi'. a] Esta es la principal palabra hebrea para "profeta", que ocurre 309 veces en el Antiguo Testamento. Aunque no es claro el origen de esta palabra, el significado del verbo hebreo "profetizar" era: "poner en circulacion palabras abundantes de la mente de Dios y por medio del Espiritu de Dios. Asi que un nabi' era un portavoz que pronunciaba palabras bajo el poder inspirador del Espiritu de Dios. El termino griego "profetes", del cual se deriva la palabra castellana "profeta", significa "uno que habla en nombre de otro". Los profetas hablaron en nombre de Dios al pueblo del pacto, a base de lo que ellos oian, veian y recibian de El. b] En el Antiguo Testamento, tambien se le refiere al profeta mediante terminos tales como "varon de Dios" [2 Reyes 4:21], "siervo de Dios" [Isaias 20:3] [Daniel 6:20], "hombre del Espiritu [Isaias 48:16] [Isaias 61:1-3], "atalaya" [Ezequiel 3:17], y "enviado de Jehova" [Hageo 1:13]. El profeta tambien interpretaba suenos profeticos [Jose, Daniel] y proporsionaba una interpretacion de la historia, tanto del presente como del futuro desde una perspectiva profetica.

Hombres del Espiritu y de la Palabra

El profeta no era simplemente otro guia religioso entre muchos en la historia hebrea, sino uno en quien habian entrado y tomado posesion el Espiritu de dios y la Palabra de Dios [Ezequiel 37:1-4]. Por cuanto el Espiritu y la palabra estaban en el, el profeta del Antiguo Testamento manifestaba las tres caracteristicas siguientes:
1]- Conocimiento divinamente revelado. El profeta experimentaba el conocimiento dado por Dios con respecto a las personas, a los acontecimientos y a la verdad redentora. El proposito fundamental de ese conocimiento era alentar al pueblo de Dios a permanecer fiel a El y a su pacto. La caracteristica distintiva de la profesia del Antiguo Testamento era que ponia en claro la voluntad de Dios para su pueblo mediante instruccion, correccion y advertencia. Dios utilizo a los profetas para pronunciar su juicio antes que ocurriera. De la oscura historia de Israel y Juda salio la profesia especifica sobre el Mesias y el Reino de Dios, asi como tambien la prediccion sobre los futuros acontecimientos mundiales.
2]-Poderes divinamente dados. Los profetas entraban en la esfera de los milagros cuando eran llenos de Espiritu de Dios. Por medio de los profetas se manifestaban la vida y el poder de Dios de manera sobrenatural en un mundo de otra manera cerrado a ese poder.
3]-Un estilo de vida caracteristico. Por lo general, los profetas abandonaban las actividades comunes de la vida para vivir exclusivamente para Dios. Protestaban intensamente contra la idolatria, la inmoralidad y toda forma de pecado entre el pueblo de Dios, asi como tambien contra la corrupcion en la vida de reyes y sacerdotes. Ellos procuraban cambios santos y justos en israel. Los profetas, siempre en pro del reino de Dios y su justicia, defendieron la voluntad de Dios sin pensar en el riesgo personal.
Caracteristicas del profeta del Antiguo Testamento
Que clase de persona era el profeta del Antiguo testamento?
1]- Era una persona que tenia una estrecha relacion con Dios y que se convertia en confidente de Dios [Jeremias 23:18] [Amos 3:7]. El profeta veia al mundo y al pueblo del pacto desde la perspectiva de Dios
2]- Como estaba cerca de Dios, el profeta simpatizaba con Dios y con lo que Dios estaba sufriendo por causa de los pecados de su pueblo. Como el entendia el proposito, la voluntad y los deseos de Dios mejor que ningun otro, el experimentaba las mismas reacciones emocionales que experimentaba Dios. En otras palabras, el profeta no solo oia la voz de Dios sino que tambien sentia lo mismo que El en el corazon [Jeremias 6:11] [Jeremias 15:16-17] [Jeremias 20:9].
3]- Al igual que Dios, el amaba profundamente al pueblo de Dios. Cuando el pueblo estaba sufriendo, el profeta sentia profundo dolor. El queria lo mejor de Dios para ellos [Isaias 35:3] [Ezequiel 18:23], y por eso sus mensajes incluian no solo advertencias sino tambien palabras de esperanza y consuelo.
4]- El profeta procuraba el supremo bien del pueblo, es decir, total confianza en Dios y fidelidad a El. Por lo Tanto, advertia contra el confiar en otras cosas, tales como la sabiduria humana, las riquezas, el poder u otros dioses [Jeremias 8:9-10] [Oseas 10:13-14] [Oseas 12:8] [Amos 6:8]. Los profetas exhortaban constantemente al pueblo a vivir conforme a las obligaciones del pacto de Dios a fin de recibir las bendiciones redentoras de Dios.
5]- El profeta tenia una profunda sensibilidad ante el pecado y la maldad [Jeremias 2:12-13,19] [Jeremias 25:3-7] [Amos 8:4-7] [Miqueas 3:8]. Era impaciente con la crueldad, el delito, la inmoralidad y la injusticia. Lo que pudiera parecer a la gente comun y corriente como una ligera desviacion de la ley de Dios, el profeta lo consideraba un desastre. El era poco tolerante con la transigencia, la complacencia, los pretextos y las excusas [Isaias 32:11] [Jeremias 6:20] [Jeremias 7:8-15,21-23] [Amos 4:1] [Amos 6:1]. El conocia mejor que nadie el amor que Dios le tiene a la justicia y su odio a la iniquidad.
6]- El profeta desafiaba constantemente la santidad superficial del pueblo de Dios y trataba desesperadamente de estimular la obediencia sincera a toda palabra que Dios habia revelado en su ley. Se dedicaba plenamente a Dios; no le gustaban las medias tintas; aborrecia la entrega fria y exigia absoluta fidelidad a Dios. No aceptaba nada menos que la plenitud del reino de Dios y su justicia manifestada entre el pueblo de Dios.
7]- El profeta tenia una vision para el futuro que se expresaba en predicciones de juicio y destruccion [Isaias 63:1-6] [Jeremias 11:22-23] [Jeremias 13:15-21] [Ezequiel 14:12-21] [Amos 5:16-20,27], asi como tambien en visiones de restauracion y renovacion [Isaias 61-62; 65-66] [Jeremias 33] [Ezequiel 37]. Los profetas pronunciaron numerosas profesias con respecto a la venida del Mesias.
8]- A menudo el profeta era un hombre triste y solitario [Isaias 6:9-12] [Jeremias 14:17-18] [Jeremias 20:14-18] [Amos 7:10-13] [Jonas 3-4], con frecuencia perseguido por los falsos profetas que estaban profetizando paz, prosperidad y seguridad para el pueblo pecador de Dios [Jeremias 15:15] [Jeremias 20: 1-6] [Jeremias 26:8-11] [Amos 5:10]. Al mismo tiempo, sin embargo, el verdadero profeta era tal hombre de Dios que el pueblo y sus dirigentes no podian pasar por alto su caracter ni su mensaje [Ezequiel 2:6-7] [Ezequiel 3:8-11].
El mensaje de los profetas del Antiguo Testamento.
El mensaje de los profetas destacaba tres temas principales:
1]- La naturaleza de Dios:
a]- Ellos revelaron y declararon a Dios como el Creador y Todopoderoso y Gobernante del universo [Isaias 40:28], y el soberano Senor de la historia que hace que los acontecimientos de la historia sirvan para sus propositos supremos de salvacion y juicio [Isaias 44:28] [Isaias 45:1] [Amos 5:27] [Habacuc 1:6].
b]- Recalcaban que Dios es un Dios santo, recto y justo, que rechaza el pecado, la iniquidad y la injusticia. Como su santidad es atemperada por la misericordia, El es clemente y lento para actuar con ira y juicio. Por cuanto El es santo por naturaleza, le exige a su pueblo que se consagre como "Santidad a Jehova" [Zacarias 14:20] [Isaias 29:22-24] [Jeremias 2:3]. Como el Dios que hizo el pacto con el que entro en una relacion exclusiva con Israel, El le exige a su pueblo que obedezca sus mandamiento como parte de ese contrato.
2]- Pecado y arrepentimiento:
Los profetas del Antiguo Testamento participaban de la afliccion de Dios ante la continua desobediencia, infidelidad, idolatria e inmoralidad de su pueblo del pacto, y ellos hablaban severas palabras de juicio justo contra ese pueblo. Su mensaje fue igual al mensaje de Juan el Bautista y de Jesus: "Arrepientanse o pereceran". Predijeron tales juicios catastroficos como la destruccion de Samaria por Asiris [Oseaas 5:8-12] [Oseas 9:3-7] [Oseas 10:6-15] y la destruccion de Jerusalen por Babilonia [Jeremias 19:7-15] [Jeremias 32:28-36] [Ezequiel 5:8-12] [Ezequiel 21:24-27].
3]- Prediccion y esperanza mesianica:
a]- Aunque el pueblo del pacto en conjunto fue infiel a Dios y a sus promesas solemnes del pacto, los profetas nunca dejaron de tener un mensaje de esperanza. Ellos sabian que Dios cumpliria el pacto y las promesas abrahamicas por medio de un remanente fiel y devoto. Finalmente vendria el Mesias, y por medio de El, Dios ofreceria salvacion a todos los pueblos de la tierra.
b]- Los profetas estaban entre el fracaso espiritual de su propia generacion y la naciente esperanza de una era mesianica. La disyuntiva profetica era que ellos tenian que comunicar la Palabra de Dios a un pueblo obstinado, aun cuando supieran que seria rechazada y desatendida hasta que surgiera el nuevo orden [Isaias 6:9-13]. Los profetas eran defensores del Antiguo Pacto y heraldos del Nuevo Pacto; vivieron en el presente pero senalaron hacia el futuro.
Los falsos profetas:
Hay numerosas referencias a los falsos profetas en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el rey Acab reunio a cuatrocientos falsos profetas [2Cronicas 18:4-7]; la Biblia indica que un espiritu de mentira estaba en la boca de ellos [2Cronicas 18:18-22].
Segun el Antiguo testamento, se consideraba falso a un profeta:
1]- Si desviaba al pueblo del verdadero Dios hacia cualquier forma de idolatria [Deuteronomio 13:1-5].
2]- Si practicaba la adivinacion, la astrologia, la hechiceria, la brujeria y cosas por el estilo [Deuteronomio 18:10-14].
3]- Si sus profesias se desviaban del claro mensaje de Dios en la Escrituras o entraban en conflicto con El [Deuteronomio 13:1-5] [1Reyes 22:17-28,37].
4]- Si no ponia al descubierto los pecados del pueblo de Dios [Jeremias 23:9-18].
5]- Si predecia cosas especificas que no ocurrian [Deuteronomio 18:20-22].
En cuanto a este ultimo criterio, notese que los profetas bajo el Nuevo Pacto no hablaron con la misma irrevocabilidad o infabilidad que los profetas del Antiguo testamento, quienes eran la voz principal de la revelacion de Dios para Israel. En el Nuevo Testamento, el profeta es solo uno de cinco dones de ministerio en la iglesia. Los profetas del Nuevo Testamento tenian limitaciones que los profetas del Antiguo Testamento no tenian [1Corintios 14:29-33] por causa de la naturaleza multifacetica e interdependiente del ministerio en la epoca del Nuevo Testamento.
Los falsos profetas son mentirosos, predicen cosas que en realidad no ocurren, predicen de su propio corazon, les hacen creer al pueblo que Dios les habla, sin embargo no es la realidad; ellos escuchan espiritus de engano y de mentira. Los falsos profetas han contaminado el pulpito y el altar con sus mentiras, hablan mucho, no dicen nada y no son nada. Los falsos profetas ni siquiera se han arrepentido, tampoco han entrado al reino de Dios; ellos son lisonjeros y hablan de prosperidad al pueblo, lo mismo que Lucifer cuando tento a Jesus en el desierto. Los falsos profetas mientras mas titulos de doctorado tengan, piensan que su engano va a ser mas creible, tuercen la Palabra de Dios para su propio beneficio. Los falsos profetas son altivos, soberbios, aman las primeras filas, les gusta tener fama, les gusta salir en television como grandes estrellas de Hollywood, montan grandes shows en sus congregaciones porque aman las luces, las guirnaldas, el ruido y el espectaculo. A los falsos profetas no les importa el dolor del pueblo, no les importa el necesitado, el menesteroso, la viuda, ni el huerfano, no les importa el inmigrante, todo lo hacen para su propio provecho, y su meta es enriquecerse con el dinero del pueblo de Dios y desviarlos de la perfecta voluntad de Dios. Los falsos profetas construyen sus propias Torres de Babel para confundir y manipular a la gente para saquearles el dinero; ellos quieren alcanzar las alturas creyendose dioses, lo mismo que Lucifer.
El profeta Elias tuvo que enfrentarse con los cuatrocientos cincuenta mentirosos de Baal y los cuatrocientos mentirosos de Asera que comian de la mesa de Jezabel, y ahora en la actualidad en medio de la apostasia del tiempo del fin esta ocurriendo lo mismo; la Iglesia de Jesucristo se tiene que enfrentar de una vez por todas a toda esta multitud de profetas mentirosos que comen de la mesa de Lucifer y no dejarse enganar con sus profesias mentirosas. La Iglesia del Senor Jesucristo, debe tomar la Espada del Espiritu que es la Palabra de Dios y cortar las mentiras de los hijos de Lucifer, como lo hizo el profeta Elias en el Monte Carmelo. Despierta Iglesia del Senor, no te dejes enganar!
No todo el que me dice: Senor, Senor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que esta en los cielos. Muchos me diran en aquel dia: Senor, Senor, no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declarare: Nunca os conoci; apartaos de mi, hacedores de maldad [Mateo 7:21-23].
Que el Senor Jesucristo nos bendiga!