domingo, enero 31, 2016

AL ABRIGO DEL ALTISIMO



“Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”. [Salmo 91:9-10].

Para garantizar que seremos guardados del mal que este mundo está sufriendo y padeciendo, es necesario, indiscutiblemente, tener un pacto con Dios. Está escrito que ningún mal nos sobrevendrá a los que habitamos al abrigo del Altísimo. Debemos hacer de Él nuestro refugio, hagamos de Él nuestra protección, hagamos de Él nuestro santuario. Refugiémonos en su Divina Presencia y creamos en el Dios verdadero, el Dios de verdad, el Dios que no puede mentir. “No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”.
Comencemos este año en la presencia de Dios. Lo que comienza bien, termina bien. Aunque el mundo se esté cayendo a pedazos, aunque la economía del mundo vaya de mal en peor, aunque los gobiernos no puedan tener control, ni encontrar soluciones a la crisis; no importa lo que diga la gente, no importa lo que digan los noticieros; no importa, nosotros tendremos paz por dentro. Aunque este año, para el mundo sea peor que el anterior, no importa, habrá bendiciones abundantes en la vida de los que le han sido fieles a Dios y han hecho de Él, su morada.

Esa certeza de que estamos seguros, es la “FE” consciente; la fe que hace pasar por tormentas, tempestades, por ríos, por altibajos; esa fe que hace caminar sobre el agua. Esa fe que nos sustenta en los momentos más difíciles, esa fe nos hace mantener la confianza de que pase lo que pase, estaremos seguros en el Altísimo; Él es nuestra habitación; una habitación donde el mal y la plaga jamás nos tocará. En Él, estamos protegidos y más que seguros.

sábado, enero 30, 2016

EL LIMPIO PENSAMIENTO



                             

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” [Filipenses 4:8].

Analicemos nuestros pensamientos. ¿Qué ocupa nuestra mente? Lo verdadero, lo justo, lo puro, lo bueno, lo limpio, etc. “Si permanecemos fieles hasta el fin” No hay cómo permanecer fiel hasta el fin, sin vencer los malos pensamientos. La salvación no es fácil teniendo pensamientos de duda; teniendo pensamientos impuros, teniendo pensamientos negativos, teniendo pensamientos de derrota, teniendo pensamientos de miedo. La mente es una maquinaria que no descansa; constantemente está recibiendo señales del mundo exterior, un bombardeo del ambiente que nos rodea;  la mayoría son ideas negativas de un mundo corrupto y enfermo, y muy pocas veces son ideas buenas. Debemos pensar ¿Qué estamos recibiendo en nuestra mente? El Señor habla de la puerta estrecha y del camino angosto [Mateo 7:14], Él nos muestra cuán difícil es la salvación; y solamente frente a las tentaciones, a los desiertos, a las pruebas y a los desafíos de esta vida, entenderemos el peso de sus palabras.
Uno de los mecanismos para mantener la salvación es la oración en el espíritu y con el Espíritu Santo, inmediatamente debemos hacer ésta oración después de haber tenido malos pensamientos; instantáneamente deben ser reprendidos todo mal pensamiento en el “Nombre de Jesús” con toda fuerza y con toda voluntad deben ser expulsados de nuestra mente. Si no los resistimos de inmediato, ganan fuerza, amenazan nuestra conciencia y consecuentemente nuestra salvación; por lo tanto, nos contaminamos de toda esa basura.
Los pensamientos son inevitables; vendrán a nuestra mente en el momento menos esperado; un cúmulo de ideas y pensamientos que quieren hacer fortalezas en nuestra mente para desenfocarnos de nuestra salvación. Los pensamientos positivos deben ser almacenados y alimentados, y los negativos de ser expulsados, desterrados y quebrantados de inmediato por medio de una oración;  aunque tengan la apariencia de buenos y parezcan tener sentido. No podemos impedirlos venir; pero tenemos el poder y la autoridad para reprenderlos y limpiar nuestros pensamientos.

A partir de este momento, vamos a vigilar nuestros pensamientos y mantener en nuestra mente solo lo que es bueno, puro, santo respetable y verdadero; y nunca más pensamientos de derrota, de debilidad, de miedos. Los pensamientos negativos que nos hacen debilitar jamás harán nido en nuestra mente. Ahora ejercitaremos la mente del Señor [1Corintios 2:16] y renovándonos cada día en el espíritu de nuestra mente [Efesios 4:23].