miércoles, julio 27, 2011

COSA ESPANTOSA Y FEA ES HECHA EN LA TIERRA [Falsos profetas]



[Jeremías 23:9-40]

9A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus santas palabras. 10Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta. 11Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. 12Por tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová. 13En los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel. 14Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. 15Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.

16Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.

18Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? 19He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. 20No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.

21No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. 22Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.

23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? 25Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. 29¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? 30Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. 31Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. 32He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.

33Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás: Esta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová. 34Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. 35Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová? 36Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra de cada uno le será por profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios nuestro. 37Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová? 38Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová, 39por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres; 40y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.

El profeta Jeremías denuncia los pecados de los falsos profetas, quienes se habían opuesto a su mensaje de juicio y proclamaban sólo paz y prosperidad. Los falsos profetas estaban predicando un mensaje de falsa seguridad, en vez de advertir al pueblo del juicio venidero y de la necesidad de arrepentirse, o sea el mensaje de arrepentimiento; les decían que no había nada que temer. Jeremías hizo responsables del deplorable estado moral del pueblo a esos malvados profetas.

Dios califica de algo terrible el adulterio espiritual de los falsos profetas. Se suponía que fueran sus justos representantes, pero en lugar de eso vivían como el pueblo de Sodoma y Gomorra. El ejemplo de esos guías espirituales contribuyó mucho al aumento de la inmoralidad y al endurecimiento del corazón del pueblo contra el arrepentimiento; dicho sea de paso “el amor de muchos se enfriará”, para ahora, el tiempo del fin.

Cuando un ministro de Dios comete adulterio, o adulterio espiritual, es sobre todo una abominación delante de Dios. Tal pecado no sólo revela infidelidad a Dios, sino que también demuestra desprecio por Él y su Palabra.

El discurso temático de Jeremías para los líderes de Judá ahora se vuelve a los profetas que abusaron de su nombramiento divino y proclamaron falsas esperanzas de paz y liberación. Debido a que se habían asociado con cultos extranjeros, o sea, lo mismo está ocurriendo ahora con el ecumenismo; un culto extranjero; y esos falsos profetas no conocieron el consejo de Dios. La comparación con los extensos mensajes contra los falsos profetas tiene una extensa sección de cuatro partes.

1] El adulterio de los líderes y la tierra [vv. 9-15]

2] Un mensaje falso de paz [vv. 16-24]

3] Sueños sin esperanza [vv. 25-32]

4] Mensajes de reproche [Oráculos supuestamente divinos] [vv. 33-40].

El quebranto de Jeremías por los falsos profetas lo debilitaron mental y físicamente, tanto que él sintió como si estuviera ebrio debido a un torbellino interior. El profeta también sintió inquietud de ser consumido por las santas palabras de Dios. Los falsos profetas adúlteros eran quienes practicaban conductas sexuales inmorales, y los que cometían adulterio espiritual al seguir a otros dioses, y a quienes estaban involucrados en prostitución ritualista [El Ecumenismo ahora] y rituales extraños tales como la danza y la contaminación del púlpito y el altar con música mundana. El efecto de los adulterios alcanzó la tierra. Los profetas debían ser portavoces de Dios en la dirección de la nación. Los sacerdotes debían enseñar la Ley, distinguir entre lo puro y lo contaminado, y para vigilar las ceremonias religiosas [Lv 10.8-20].

Los profetas de Samaria, en vez de hablar en el nombre de Dios, profetizaban en nombre de Baal. Hicieron errar al pueblo de Israel: es decir, se apartaron moral, mental y espiritualmente de las normas de Dios. Samaria había sido la capital del reino del norte, Israel. Fundada por los israelitas, casi inmediatamente se apartó a lo que Jeremías llamó desatino, es decir, la adoración generalizada de ídolos. A la larga, Dios permitió que los asirios la conquistaran. Dios halló que los profetas de Jerusalén estaban cometiendo adulterio [v. 10] y andaban en mentiras. Jeremías usa generalmente la palabra mentira para referirse a la idolatría. Los líderes de Judá habían apoyado a los malos, que, como los reyes, habían abusado del poder de su posición. La nación había llegado a ser como Sodoma y Gomorra y por eso merecía el mismo juicio que aquellas ciudades sufrieron [Gn 19.12-29].

Los falsos profetas eran y son inútiles porque describe la vanidad de escuchar a los que hablan visiones de su propio corazón. Se entendía comúnmente que las visiones transmitían un mensaje de Dios; [o de los dioses, en otras palabras, demonios]; ahora la mayoría en las iglesias se guía por visiones y revelaciones; diciendo Dios me habló, Dios me habló. Los falsos profetas proclamaban una falsa esperanza de paz y seguridad para quienes irritaban a Jeremías. Sin embargo, la intención de Dios era traer el mal, y la calamidad.

La sección concluye como comienza [vv. 18-24], con preguntas retóricas que comparan la naturaleza de Dios con las visiones erradas del pueblo. Dios no es una deidad distante e indiferente, como Baal [2R 18.27], sino uno que siempre está cerca de su pueblo. Nada puede esconderse de Él, nada pasa sin que Él lo note. El contenido de este oráculo tiene sus raíces en [Deuteronomio 13.1-6], en el cual al “profeta soñador” se le condena a muerte por apartar al pueblo de Dios y su Ley.

El carácter de los falsos profetas estaba basado en mentira y engaño [como estamos viendo ahora en la mayoría de las iglesias]. Su engaño era claro porque su objetivo era arrastrar al pueblo a la idolatría con sus fantasiosos sueños, llevarlo a olvidar a Dios y seguir a Baal [2.8]; dicho en otras palabras los falsos profetas en la actualidad están llevando al pueblo a adorar al anticristo; y se está notando cada vez más el ecumenismo.

Los falsos profetas son ladrones, porque roban las palabras de Dios. Al no tener el verdadero conocimiento ni una palabra de Dios, los falsos profetas repetían las falsas esperanzas y torcían las palabras de Dios. endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. Los falsos profetas hablaron por sí mismo, porque carecían de una verdadera Palabra de Dios, y no cabe duda que sus profecías salen de su propio corazón egoísta. Los falsos portavoces de Dios profetizaron sueños mentirosos, engañando al pueblo y sus lisonjas indican el carácter perverso de los falsos profetas.

La palabra hebrea profecía [oráculo] denota un severo discurso profético que era una carga para el profeta.

Ningún oráculo verdadero puede venir de los profetas falsos. Darse a conocer por los oráculos entre vecinos [v. 27] equivalía a pervertir las palabras del Dios viviente. Los falsos profetas pervirtieron [tergiversaron] las palabras de Dios para sus propios deseos y beneficios.

Jeremías desprecia con agudo sarcasmo a quienes pretenden haber recibido una palabra de Dios.

La Palabra de Dios a Jeremías les advierte a todos cuán peligroso es afirmar “así dice Jehová” si no se está seguro de que el mensaje es del Señor. El oficio profético debe desempeñarse con la mayor seriedad y siendo inspirado sólo por el Padre, como a Moisés, o por el Espíritu Santo; a los falsos profetas les tenían prohibido decir: profecía de Jehová; pues Dios mismo se encargaría de echarlos de su presencia y puestos en olvido; y serían afrenta y confusión perpetua. La vergüenza que resultaba de los falsos profetas duraría un extenso período; su memoria duraría por siempre.

En la actualidad está pasando lo mismo que estos personajes del Antiguo Testamento, Los falsos profetas le predican al pueblo de Dios esperanza y seguridad falsas; predican una prosperidad de Dios que se contradice con lo que era Cristo y su forma de vivir. Los falsos profetas demuestran ser mensajeros falsos, quienes aseguran que los inmorales y desobedientes entre el pueblo de Dios no serán condenados por su maldad y que no deben que temer la ira y el juicio de Dios.

Los profetas con ese mensaje no sólo existieron en la época del Antiguo Testamento sino también en la época del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo les advirtió a los efesios que no se dejaran engañar por tales maestros [Ef. 5:6]; maestros del engaño.

Las falsas profecías destruyen, desalientan, desaniman; las falsas profecías producen amargura en la gente que asiste a las iglesias; las falsas profecías producen confusión. Las falsas profecías desvían al pueblo, y el fin de todo esto es apagar la FE y el amor. La Palabra de Dios es veraz cuando dice: [Mateo 24:12] y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

Un verdadero profeta debe ser enviado por Dios con una palabra de Dios específica para su pueblo y no se enreda con los asuntos mundanos y el dinero. Un verdadero profeta de Dios, no compra ni vende el evangelio, un verdadero profeta de Dios no se viste ni anda en lujos, un verdadero profeta de Dios no es lisonjero, un verdadero profeta de Dios llama al pueblo al arrepentimiento del pecado y la maldad y a renovar la fe.

El círculo se va cerrando, el camino al ecumenismo mundial se va allanando, y el escenario ya se está terminando para que surja este abominable hombre llamado el anticristo.

Tenemos una esperanza en nuestra vida, en nuestra alma y en nuestro espíritu; de que “cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, por que vuestra redención está cerca” [Lc. 21:28].

!Gracia y Paz sean a tu vida!