miércoles, noviembre 13, 2013

LA SEGURIDAD DE LA SALVACION





Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios [1Juan 5:13].

El apóstol Juan declara su propósito al escribir esta carta: Proporcionar al pueblo de Dios la norma bíblica de la seguridad de la salvación.

El propósito de Juan al escribir esta epístola era doble:

1]- Poner al descubierto y rechazar los errores éticos y doctrinales de los falsos maestros.

2]- Exhortar a los creyentes a seguir una vida en santa comunión con Dios en verdad y justicia, en pleno gozo y seguridad de vida eterna, por la FE obediente en Jesucristo, el Hijo de Dios [1Jn 4:15]; [1Jn 5:3-5,12], y por la permanente presencia del Espíritu Santo [1Jn 2:20]; [1Jn 4:4,13].


I – FALSA ENSEÑANZA:

Por lo general, y en el tiempo del fin, las iglesias cristianas, ellas sufren de falsas enseñanzas; cuando no es un falso apóstol, es un falso maestro, cuando no es un falso maestro, es un falso profeta; tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento; al principio de la era cristiana y hasta ahora la historia se repite con todos estos personajes que no tienen nada de verdadero, sino que simplemente son falsos con sus falsas enseñanzas que hacen errar al pueblo de Dios. El otro problema que enfrenta la iglesia cristiana, es que la mayoría se apoyan en la voluntad permisiva de Dios, pero ese es otro tema aparte.

El principal asunto de esta epístola es el problema de la falsa enseñanza sobre la salvación en Cristo y su operación en el creyente. Ciertas personas asociadas anteriormente con los lectores se habían alejado de las congregaciones [1Jn 2:19]; pero los resultados de sus falsas enseñanzas tergiversaban todavía el evangelio en el sentido de saber que tenían vida eterna. En cuanto a la doctrina, su herejía negaba que Jesús fuera el Cristo [1Jn 2:22]; [1Jn 5:1] o que Cristo hubiera venido en cuerpo humano [1Jn 4:2-3]; en lo ético, enseñaban que la obediencia a los mandamientos de Cristo [1Jn 2:3-4]; [1Jn 5:3] y la vida santa separada del pecado [1Jn 3:7-12] y del mundo [1Jn 2:15-17] no eran necesarios para la FE salvadora [1Jn 1:6]; [1Jn 5:4-5].

Los falsos maestros, a quienes Juan llama “anticristos” [1Jn 2:18-22], se alejaban de la enseñanza apostólica sobre Cristo y la vida justa. Como [2pedro] y [Judas], Primera de Juan rechaza con energía y condena a los falsos maestros [1Jn 2:18-19,22-23,26]; [1Jn 4:1, 3,5] con sus creencias y conducta destructivas.

En la actualidad nos hemos acostumbrado a escuchar mensajes de todo tipo; mensajes con mucho carisma, mucha apariencia de piedad; pero mensajes que tienen conducta destructiva; y eso es con respecto a la salvación del alma; ahora es muy típico escuchar mensajes como: Si un creyente se suicida no pierde su salvación que fue dada por Cristo; estos mensajes son destructivos; dicho en otras palabras lavado de cerebro y de conciencia, mientras Satanás y sus demonios van destruyendo el alma y el espíritu de los oyentes. Los mensajes y enseñanzas ya los conocemos: Éxito, dinero, fama, etc., que le dan el gusto a la carne; pero la nueva modalidad de mensajes ahora es atacar el espíritu de la persona. El mensaje original apostólico se está perdiendo en el olvido. Es obvio que Lucifer quiere desgastar a la Iglesia del Señor con ataques de todo tipo; mensajes falsos, mentiras, confusión dentro del Cuerpo, cansancio, fatiga, depresión, obstinación, desgano, etc., estas son sus armas, y la lista es muy larga; evidentemente Satán está usando gente que está en los púlpitos que no debería estar, con mensajes falsos, atacando, atacando y desgastando al espíritu de la persona.



II- LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN:

Todo creyente desea tener seguridad de la salvación, en otras palabras, la certidumbre de que cuando Cristo nos espere en las nubes o cuando llegue la muerte, iremos a estar con el Señor Jesús en el cielo [Fil 1:23]. El propósito del Apóstol juan al escribir esta primera carta es que el pueblo de Dios tenga esa seguridad [1Jn 5:13]. En ninguna parte de la carta Juan afirma que una pasada experiencia de conversión constituye una seguridad o garantía de salvación. Es un grave error presuponer que se tiene vida eterna con la única base de una experiencia pasada o una fe muerta. La carta del Apóstol Juan expone muchas maneras de saber que existe comunión de salvación con Jesucristo.

TENEMOS SEGURIDAD DE VIDA ETERNA:

1]- Si creemos en el “Verbo de Vida, el Cristo vivo” [1Jn 1:1], se le acepta y se permanece en Él, al igual que en su mensaje original y en el de sus apóstoles. “Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre” [1Jn 2:24]; [1Jn 1:1-5]; [1Jn 4:6]. Otros mensajes y enseñanzas de un falso evangelio quedan descartados.

2]- Si creemos en el “Nombre del Hijo de Dios” [1Jn 5:13]; [1Jn 4:15]; [1Jn 5:1,5]. No hay vida eterna, ni seguridad de salvación sin una ferviente FE en Jesucristo que lo confiese como el Hijo de Dios, enviado como Señor y Salvador.

3]- Cuando se ama al Padre y al Hijo, y no al mundo, y si se vence la influencia del mundo. “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del padre, sino del mundo” [1Jn 2:15-16]; [1Jn 4:4-6]; [1Jn 5:4].

4]- Si se honra a Cristo como Señor y Salvador de la vida y se trata sinceramente de obedecer sus mandamientos. “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él [1Jn 2:3-5]; [1Jn 3:24]; [1Jn 5:2]; [Jn 8:31,51]; [Jn 14:21]-24]; [Jn 15:9-14]; [Heb 5:9].

5]- Si se ama a los hermanos, “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él [1Jn 3:14-19]; [1Jn 2:9-11]; [1Jn 3:23]; [1Jn 4:8,11-12, 16,20]; [1Jn 5:1]; [Jn 13:34-35].

6]- Si se hace el esfuerzo por seguir el ejemplo de Cristo y vivir como Él vivió. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” [1Jn 2:6]; [Jn 8:12]; [Jn 13:15].

7]- Si habitualmente y perseveradamente se practica la justicia y no el pecado. “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él [1Jn 2:29]. En cambio, “el que practica el pecado es del diablo” [1Jn 3:7-10]; [1Jn 3:9].

8]- Si hay conciencia de que el Espíritu Santo vive en todo el que cree. “En esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” [1Jn 3:24], también “Conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu [1Jn 4:13].

9]- Si existe el anhelo ferviente y la esperanza inconmovible de la venida de Cristo para llevarse a su Iglesia en el arrebatamiento. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” [1Jn 3:2-3]; [Jn 14:1-3].  


CONCLUSIÓN:

“Permanecer en él” [1Jn 3:6] y “nacido de Dios” [1Jn 3:9], son expresiones equivalentes. Los que siguen viviendo en Dios, continúan siendo nacidos de Dios. Después de nuestra conversión y la FE en Cristo Jesús y somos perdonados, recibimos la vida eterna y el poder para permanecer en Él. Una vez que recibimos ese poder, debemos aceptar nuestra responsabilidad en la salvación y permanecer en Cristo.
La enseñanza del Apóstol Juan en [1Jn 2:28] y [1Jn 3:10]; él hace la advertencia a los creyentes que no se dejen engañar acerca de la naturaleza de la salvación. Por lo tanto el creyente debe rechazar cualquier teología o enseñanza que pretenda que se puede estar fuera de la comunión con Dios, seguir pecando, hacer las obras del diablo, amar al mundo, hacer mal a otros y todavía ser hijo de Dios salvo y destinado al cielo. Contrario a esa enseñanza, Juan creía sin duda alguna que cualquiera que sigue en pecado “es del diablo” y “no es de Dios”. Si los creyentes viven en el pecado dicen que tienen la vida eterna y son hijos de Dios, están engañados y son mentirosos [1Jn 2:4]. Lo que caracteriza a un verdadero hijo de Dios, es el amor a Dios que se demuestra en la obediencia a sus mandamientos [1Jn 5:2], y la manifestación de un interés sincero en las necesidades espirituales, físicas y económicas de los demás creyentes.

¡Gracia y Paz, sean a tu vida!