domingo, diciembre 01, 2013

EL ECUMENISMO: Una alianza engañosa





[2Corintios 6:17-18] Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

El concepto de separación es fundamental para la relación de Dios con su pueblo. Según la Palabra de Dios, la separación implica dos dimensiones: Una negativa y la otra positiva.

1]- La separación moral y espiritual del pecado y de todo lo que es contrario a Jesucristo, a la justicia y a la Palabra de Dios.

2]- Acercarse a Dios en estrecha e íntima comunión mediante la consagración, la santidad, la adoración y el servicio. La separación en ese doble sentido da como resultado la relación en la que Dios es el Padre Celestial que vive con los creyentes y es su Dios, y ellos son sus hijos [2Co 6:16-18].

¿QUÉ ES EL ECUMENISMO?

El término “ecumenismo” proviene del latín, “oecumenicus” y del griego, “oikoumenikos” y éste a su vez de “oikoumenē”, y significa “lugar o tierra poblada como un todo”. El término ya era usado en el Imperio Romano para referirse a la totalidad de las tierras conquistadas. Sin embargo, en la literatura de la época romana el término tenía un significado político-imperial que superaba el sentido geográfico: implicaba “el mundo como unidad administrativa, el Imperio Romano”.

Ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la restauración de la unidad de los cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas “históricas”, o que se dicen ser cristianas separadas desde los grandes cismas. Si bien el término “oikoumenē” se utilizó desde los tiempos del Imperio Romano para expresar al mundo como unidad, en la actualidad la palabra “ecumenismo” tiene un significado eminentemente religioso, y es usada primordialmente para aludir a los movimientos existentes en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste en la unificación de las diferentes denominaciones cristianas, separadas por cuestiones de doctrina, de historia, de tradición o de práctica. Por otra parte, la búsqueda de cooperación entre diferentes religiones (tanto entre las religiones abrahámicas, judaísmo, cristianismo e islam; como con otras) se llama diálogo interreligioso.

En el sentir de numerosas “personalidades cristianas” del último siglo, el ecumenismo constituye un camino de superación de las divisiones entre los cristianos, en orden al cumplimiento del mandato de Cristo: “Que todos sean uno” [Juan 17:21].

Es necesario meditar en esto: Hay una mal interpretación de este texto por parte de las religiones; Cristo se refería a la unidad de la FE, dentro del reino de Dios y después de haber nacido de nuevo de todos los creyentes en Cristo; en otras palabras, la unidad de todos los hijos de Dios en Jesucristo y la comunión con el Padre. “Que todos sean uno” en propósito y en comunión unos con otros, así como lo son Jesús y el Padre. La Palabra de Dios es estricta en este sentido y nunca se debe tomar como interpretación privada, ni acomodarla para fines egoístas.


I- EL PUEBLO DE ISRAEL Y LAS ALIANZAS

A]- [Éxodo 23:23-24] Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas.

En el Antiguo Testamento la separación era un requisito constante para el pueblo de Dios. Dios exigía de su pueblo que fuera santo, diferente y separado de todos los otros pueblos, a fin de pertenecer a Él como pueblo escogido. Una de las principales razones por las que Dios castigó a su pueblo con el exilio en Asiria y Babilonia fue su persistencia en acomodarse a la idolatría y el estilo de vida de las naciones circunvecinas; en otras palabras, no obedeció a la voz del Ángel de Jehová.

Dios mandó que su pueblo no adoptara las religiones (ecumenismo) ni se conformara a las normas morales de las sociedades que lo rodeaban. Israel dejó de acatar por completo ese requisito y como resultado no fueron protegidos por el Señor. Bajo el Nuevo Pacto, los creyentes que se amoldan, adoptan y se adaptan a las costumbres del mundo también perderán las promesas y la protección de Dios. No se pueden tener las bendiciones y la presencia de Dios y al mismo tiempo participar y enredarse en los caminos pecaminosos del mundo y de otras religiones [2Co 6:16-18].

B]- [Levítico 11:44] Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.

Se dieron las instrucciones en cuanto a los alimentos limpios e inmundos por razones de salud, pero también como normas para ayudar a los israelitas a seguir siendo un pueblo separado de la sociedad impía que los rodeaba [Dt 14:1-2]. Esas instrucciones dietéticas ya no son obligatorias para los creyentes del Nuevo Testamento, ya que Cristo cumplió su significado y propósito [Mt 5:17]; [Mt 15:1-20]; [Hch 10:14-15]; [Col 2:16]; [1Ti 4:3]. Pero en la actualidad son válidos los principios comprendidos en esas instrucciones. Hoy los seguidores de Cristo deben distinguirse de la sociedad que los rodea al comer, beber y vestirse a fin de glorificar a Dios en su cuerpo [1Co 6:20]; [1Co 10:31], y al rechazar todas las costumbres sociales impías de los incrédulos. Deben ser “santos en toda la manera de vivir” [1P 1:15]. El énfasis detallado en la limpieza ritual ponía de relieve la necesidad de la separación moral, en pensamiento y obra, del pueblo de Dios del mundo circundante [Éx 19:6]; [2Co 7:1]. Todos los aspectos de la vida deben ser regulados por la voluntad de Dios [1Co 10:31].

C]- [Deuteronomio 7:1-4] Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza (ecumenismo), ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.

Cualquier relación íntima o estrecha con las personas del mundo destruirá finalmente la separación y santidad del pueblo de Dios. Tales asuntos como el que se casen los creyentes con los incrédulos o la estrecha amistad con ellos pudieran apartar a los creyentes de seguir a Dios [2Co 6:14]. En la historia quedaba totalmente prohibida la relación o alianza con los pueblos idólatras al cual Dios los había entregado. El mandamiento de Dios para su pueblo era destruir totalmente a las naciones idólatras, no emparentar con ellas ni tener misericordia. El pueblo de Israel, tipología de la iglesia de Cristo; sirve de ejemplo cómo debe andar y comportarse con las naciones, y cuál debe ser su proceder con las alianzas. Hoy el ecumenismo religioso está calando fuerte en los corazones de los creyentes en Cristo y muchos líderes y maestros cristianos están cayendo en el famoso ecumenismo religioso haciendo alianzas con otras religiones y acomodando lo que no tienen que acomodar, lo cual les está terminantemente prohibido.

D]- [Esdras 9:2] Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.

El supremo llamamiento de Israel era el de ser un pueblo santo, apartado y que no se contaminara con las naciones circunvecinas [Éx 19:6]; [Is 6:13]; [Mal 2:15]. Ellos debían ser un pueblo especial para Dios, que reflejara su persona y santidad en tanto que se apartaban de las costumbres inmorales de los que no pertenecían a Dios [Dt 7:1-11]. A los creyentes neotestamentarios también se les llama a separarse del mundo [2Co 6:14-18]. Los que confiesan a Jesucristo como su Señor deben ser una nación santa [1P 2:9-12], consagrada a hacer la voluntad y la obra del Padre. Eso indica que un creyente lleno del Espíritu Santo llevará una vida recta y separada en comunión con Dios [1Co 6:11], viviendo de una manera que se distingue de esta perversa generación [Hch 2:40], el creyente verdadero siempre cuidará de cumplir la voluntad de Dios como verdadero hijo de Dios [Ro 8:13-16].

Hoy en día nos enfrentamos con un grave problema que afecta a la Iglesia, que es la apostasía, y la apostasía como incredulidad lleva a las alianzas con otras religiones (ecumenismo), y el mezclarse con otras religiones trae, serias consecuencias.



II- CONSECUENCIAS DE LAS ALIANZAS


[2Reyes 15:29] En los días de Peka rey de Israel, vino Tiglat-pileser rey de los asirios, y tomó a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí; y los llevó cautivos a Asiria.

La invasión de Tiglat-pileser III de Asiria (733 a.C) representó la primera etapa del cautiverio de Israel en el exilio. Los que vivían en las regiones del norte y del oriente de Israel fueron trasladados desde su tierra natal hasta Mesopotamia [2R 16:5-9]; [2Cr 28:16-21]; [Is 7:1-17]. Este principio del fin del reino del norte se produjo como resultado del juicio de Dios por el continuo pecado de ellos, la idolatría y las alianzas con las naciones. Samaria, la capital del reino del norte, fue tomada once años más tarde [2R 17:6].

Bajo el reinado de Acaz, Judá cayó en una época sombría de caos y corrupción espiritual. La apostasía alcanzó tal profundidad que el rey mismo practicaba la costumbre religiosa pagana de sacrificar a los hijos en el fuego a los dioses paganos [Lv 18:21]; [2Cr 28:3]; [Jer 19:5].

En (722 a. C) después de doscientos diez años de idolatría, rebeldía espiritual y corrupción moral, Dios decretó la caída definitiva y el exilio de la nación de Israel (las diez tribus del reino del norte). El inexorable avance de la maldad entre el pueblo de Dios había llegado a un punto sin retorno. Se había llegado al colmo de la iniquidad. El único recurso de Dios era un juicio que desintegrara la nación; sólo se dejó un remanente creyente y fiel para que experimentara el cumplimiento de las promesas de Dios [Ro 9:27].

En [2R 17:7-41] El Espíritu Santo da las razones teológicas y morales por las que Dios causó la caída de su redimido pueblo del pacto y los quitó de delante de su rostro. Ellos olvidaron el amor y la gracia de Dios, manifestadas en su liberación de Egipto. Sirvieron a los dioses de las sociedades paganas que los rodeaban, pensando que ellos les proporcionarían éxito, bienestar y dirección [Col 3:5]. Adoptaron las costumbres y el estilo de vida del mundo impío; rechazaron a los profetas de Dios y su mensaje de justicia [Hch 7:51]; se rebelaron abiertamente contra la revelación escrita y el pacto de Dios; y se entregaron al espiritismo, ocultismo  y a toda clase de inmoralidad. Este mensaje advierte a todo el pueblo de Dios bajo el Nuevo Pacto [1Co 10:1-12]. Dios quitará de su reino a todos, tanto individuos como iglesias, los que dejan de esperar fielmente en su Palabra y su amor. Los resultados de abandonar a Dios son juicio, ruina, sufrimiento y finalmente, “rechazo” [Ap 2:5]; [Ap 3:15-16].

Israel aceptó muy rápidamente la manera de vivir y las normas de los que no eran pueblo de Dios. Aunque la separación de las naciones era uno de los requisitos fundamentales de Dios para Israel [Lv 18:3,30]; [Dt 12:29-31]; [Dt 18:9-14], en vez de eso el pueblo adoptó costumbres paganas de las naciones que lo rodeaban. Los israelitas adoraban deidades astrales y otros dioses porque creían que tales dioses les proporcionarían una vida mejor, en otras palabras, mayor prosperidad, fertilidad, salud, placer, bienestar, éxito y seguridad [Jue 2;13], por eso Pablo le llama idolatría a la “avaricia” [Col 3:5]; Jesús mismo afirma que aspirar a la prosperidad y a la riqueza como meta de la vida, es incompatible con el servicio a Dios [Mt 6:24]; [Ef 5:5], hoy en día escuchamos diferentes evangelios que se construyen en la codicia, la idolatría y el endiosamiento de los hombres. El Israel de antaño y gran parte de la Iglesia de hoy se parecen mucho; van tras las alianzas (ecumenismo), van tras los baales, van tras los dioses, tras los ídolos, riquezas, fama, dinero, éxito; y gran parte de ella, se ha convertido en una iglesia prostituta, adúltera y fornicaria.

Conformarse a la manera de vivir del mundo es uno de los grandes peligros que enfrenta el pueblo de Dios en cada generación y cultura [Ro 12:2], por no caminar y escuchar la voz del Espíritu, y por no renovar el entendimiento constantemente en la voluntad de Dios.


III- LA IGLESIA DE CRISTO Y LAS ALIANZAS (Ecumenismo)

[1Pedro 2:9] Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Jesús determinó que debía haber una sociedad nacida de nuevo compuesta por sus seguidores para anunciar el evangelio a la humanidad perdida en el pecado y condenada a la perdición eterna. Jesús dio autoridad y poder a sus seguidores para ejercer un ministerio en beneficio de los pecadores y perdidos, y trabajar como Él lo hizo para el engrandecimiento del Reino de Dios. Cristo no designó una organización alguna o algún plan para el gobierno, o alguna administración de recursos humanitarios; Cristo hizo algo mucho más grande que lo mencionado anteriormente; Cristo dio vida a un organismo formado por sus “discípulos nacidos de nuevo” llamándolos para que se congregaran a su alrededor y reconocer a Aquel que es la Cabeza del Cuerpo. Le comunicó a dicho organismo durante su ministerio terrenal, su propia vida, su propósito, su anhelo y su comisión. Cristo dio su vida en el madero por ese organismo llamado “Iglesia”.


¿Qué es la Iglesia?

El vocablo griego neotestamentario para describir la iglesia es “ekklesia” que significa “asamblea de llamados”. Estos términos se aplican:

1]- Todo el cuerpo de cristianos “nacidos de nuevo” de una ciudad [Hch 11:22]; [Hch 13:1].

2]- A una congregación [1Co 14:19,35]; [Ro 16:5].

3]- Al cuerpo todo de creyentes de la tierra [Ef 5:32].

La iglesia es entonces una compañía de personas “nacidas de nuevo” llamadas del mundo, apartadas de él y de su sistema, que profesa y promete lealtad y santidad al Señor Jesucristo. La Iglesia como Cuerpo de Cristo, Templo de Dios y Esposa de Cristo; no puede contaminarse con otras religiones, ni hacer alianzas con otros grupos o movimientos religiosos, ni adoptar, ni adaptarse a los modos, modas ni ideas que perjudiquen u opaquen el verdadero llamado de Dios.


ILUSTRACIONES DE LA IGLESIA:

A]- EL CUERPO DE CRISTO:


El Señor Jesucristo dejó esta tierra hace más de diecinueve siglos; pero todavía vive en el mundo. Al expresarnos así, significa que su presencia se manifiesta en la iglesia, “la cual es su Cuerpo”. De la misma manera que vivió su vida natural en la tierra, en un cuerpo humano, individual, así también vive una vida mística en un cuerpo tomado de la raza humana en general. El cuerpo humano es uno, y sin embargo, está compuesto de millones de células vivas; de igual manera, el cuerpo de Cristo es uno, y está compuesto de millones de seres “nacidos de nuevo”. De la misma manera que el cuerpo humano es vigorizado por el alma, así también el cuerpo de Cristo es vigorizado por el Espíritu Santo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos BAUTIZADOS EN UN CUERPO, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu [1Co 12:13].

B]- EL TEMPLO DE DIOS:

Un templo es un lugar en el cual Dios, que habita en todas partes, se localiza a sí mismo en un lugar particular donde la gente lo puede encontrar siempre [1Pedro 2:5-6]. De la misma manera que Dios habitó en el tabernáculo y en el templo, [Éxodo 25:8]; [1Reyes 8:27], así también Él vive ahora, por su Espíritu, en la iglesia [Efesios 2:21-22]; [1Co 3:16-17]. En este templo espiritual los creyentes, en calidad de sacerdotes, ofrecen sacrificios espirituales, sacrificios de oración, alabanza, adoración y buenas obras; y nunca debe contaminarse con la idolatría de otras religiones y nunca debe adoptar las maneras de los pueblos mundanos.

C]- LA ESPOSA DE CRISTO:

Esta es una ilustración empleada tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, para representar la unión y comunión de Dios y su pueblo [2Co 11:2]; [Ef 5:25-27]; [Ap 19:7]; [Ap 22:17]; [Ap 21:2]. Debe recordarse que se trata solo de una ilustración, y no se debe ir demasiado lejos con la comparación. El propósito de un símbolo es iluminar un lado particular de la verdad, y no el de proporcionar fundamento para alguna doctrina. La Esposa de Cristo debe mantenerse sin mancha, ni arruga, ataviada de lino finísimo para su Esposo, Cristo Jesús.


IV- PARA QUE TODOS SEAN UNO:

[Juan 17:21]: PARA QUE TODOS SEAN UNO; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

La unidad por la que Jesús oró no era organizacional, sino más bien una unidad espiritual basada en permanecer en Cristo y su fundamento; conocer y experimentar el amor del Padre y la comunión con Cristo; separarse del mundo; santificarse por medio de la verdad; recibir y creer la verdad de la Palabra de Dios; obedecer la Palabra implantada; y desear llevar la salvación a los perdidos. Si falta uno solo de estos factores, no puede existir la verdadera unidad por la que Jesús oró. Jesús ruega que sus fieles “sean uno”; este es el presente del subjuntivo que implica acción continua: “Ser uno constantemente”, una unidad basada en la comunión íntima y perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y en la misma actitud fundamental hacia los perdidos de llevar el evangelio de salvacion. Intentar la creación de una unidad artificial mediante reuniones, convenciones o aquellos que exija organización compleja, tales como el ecumenismo o alianzas con las tinieblas y que no tienen nada que ver con lo que la Palabra de Dios enseña,  y adaptarse a la idolatría del mundo y sus modos y modas, puede resultar en la traición de la unidad misma por la que Jesús oró. Lo que Jesús tenía en mente es mucho más que “reuniones de unidad” o confraternidades artificiales. Esta es una unidad espiritual de corazón, propósito, mente y voluntad en los que están plenamente dedicados a Cristo, a la Palabra de Dios y a la santidad; esta unidad es para los que dejaron a Egipto y el mundo atrás; los que verdaderamente confesaron a Cristo Jesús como Señor y Salvador, los que nacieron de nuevo y son engendrados por Dios, los que se bautizaron en las aguas del bautismo, los que fueron bautizados con el Espiritu Santo, y los que verdaderamente entraron en el Reino de Dios y hacen la voluntad de Dios.


CONCLUSIÓN:

El escenario está preparado y se están viendo vientos de alianzas (ecumenismo) con todas las religiones, entre ellas, parte de la que se dice ser Iglesia de Cristo. Líderes cristianos, convertidos a Cristo hace mucho tiempo atrás, que lideraban la iglesia como maestros de la Palabra de Dios; resulta ser que ahora los vemos haciendo alianzas con otras religiones, llamando hermanos a los que no se ajustan a la Palabra de Dios [1Co 5:11], ni siquiera han nacido de nuevo; estos personajes con estos hechos están quebrantando los mandamientos de Dios. Es lamentable pero es la realidad; se van a ver cristianos mezclados con idólatras y otras religiones que no están de acuerdo con lo que la Palabra de Dios dice y enseña; en otras palabras “anticristos”, esto es otro engaño de Lucifer; muchos serán traspasados de muchos dolores al tiempo del fin. Después de estos hechos aborrecibles para Dios, algunos sostienen que la salvación no se pierde, para muestra basta un botón de la idolatría que se viene y se está viendo dentro del cristianismo [Apocalipsis 21:8].


Muchos falsos apóstoles actuales o de turno, son los que, en el futuro, le besarán la mano al "Falso Profeta" y muchos se darán cuenta; pero será muy tarde.
 
SERÉIS SANTOS PORQUE YO SOY SANTO

[Levítico 11:44]. El Libro de Éxodo nos da la historia de la redención de un pueblo en cautiverio. El Libro de Levítico nos dice cómo un pueblo redimido puede allegarse a Dios en oración y cómo puede la comunión establecida de esta manera permanecer. El Libro de Levítico es un registro de leyes pertenecientes a los Levitas y su servicio. El mensaje de Levítico es: El acceso a Dios es solamente por medio de la sangre y el acceso obtenido de esta manera demanda santidad de parte del adorador.

Se vienen tiempos de cambios para la Iglesia de Cristo; donde el aventador está en la mano de Jehová de los ejércitos, solo aquellos que perseveran en la Doctrina de Cristo, en adoración, en consagración y en santidad, recibirán la corona de justicia.

 ... Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios [Levítico 19:2]. El propósito práctico del libro: Contiene un código de leyes señalado y designado divinamente para hacer a Israel diferente de todas las demás naciones, espiritual, moral, mental y físicamente. En otras palabras, Israel había de llegar a ser una nación santa, una nación separada de los modos y costumbres de las naciones que la rodeaban y consagrada al servicio del único Dios verdadero, Jehová de los ejércitos; así, tal cual debería ser Israel, así, de esta manera, debe ser la Iglesia de Cristo.

[Amós 3:3]: ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?.


[2 Corintios 6:14]: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?



¡Gracia y Paz del Señor!


miércoles, noviembre 13, 2013

LA SEGURIDAD DE LA SALVACION





Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios [1Juan 5:13].

El apóstol Juan declara su propósito al escribir esta carta: Proporcionar al pueblo de Dios la norma bíblica de la seguridad de la salvación.

El propósito de Juan al escribir esta epístola era doble:

1]- Poner al descubierto y rechazar los errores éticos y doctrinales de los falsos maestros.

2]- Exhortar a los creyentes a seguir una vida en santa comunión con Dios en verdad y justicia, en pleno gozo y seguridad de vida eterna, por la FE obediente en Jesucristo, el Hijo de Dios [1Jn 4:15]; [1Jn 5:3-5,12], y por la permanente presencia del Espíritu Santo [1Jn 2:20]; [1Jn 4:4,13].


I – FALSA ENSEÑANZA:

Por lo general, y en el tiempo del fin, las iglesias cristianas, ellas sufren de falsas enseñanzas; cuando no es un falso apóstol, es un falso maestro, cuando no es un falso maestro, es un falso profeta; tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento; al principio de la era cristiana y hasta ahora la historia se repite con todos estos personajes que no tienen nada de verdadero, sino que simplemente son falsos con sus falsas enseñanzas que hacen errar al pueblo de Dios. El otro problema que enfrenta la iglesia cristiana, es que la mayoría se apoyan en la voluntad permisiva de Dios, pero ese es otro tema aparte.

El principal asunto de esta epístola es el problema de la falsa enseñanza sobre la salvación en Cristo y su operación en el creyente. Ciertas personas asociadas anteriormente con los lectores se habían alejado de las congregaciones [1Jn 2:19]; pero los resultados de sus falsas enseñanzas tergiversaban todavía el evangelio en el sentido de saber que tenían vida eterna. En cuanto a la doctrina, su herejía negaba que Jesús fuera el Cristo [1Jn 2:22]; [1Jn 5:1] o que Cristo hubiera venido en cuerpo humano [1Jn 4:2-3]; en lo ético, enseñaban que la obediencia a los mandamientos de Cristo [1Jn 2:3-4]; [1Jn 5:3] y la vida santa separada del pecado [1Jn 3:7-12] y del mundo [1Jn 2:15-17] no eran necesarios para la FE salvadora [1Jn 1:6]; [1Jn 5:4-5].

Los falsos maestros, a quienes Juan llama “anticristos” [1Jn 2:18-22], se alejaban de la enseñanza apostólica sobre Cristo y la vida justa. Como [2pedro] y [Judas], Primera de Juan rechaza con energía y condena a los falsos maestros [1Jn 2:18-19,22-23,26]; [1Jn 4:1, 3,5] con sus creencias y conducta destructivas.

En la actualidad nos hemos acostumbrado a escuchar mensajes de todo tipo; mensajes con mucho carisma, mucha apariencia de piedad; pero mensajes que tienen conducta destructiva; y eso es con respecto a la salvación del alma; ahora es muy típico escuchar mensajes como: Si un creyente se suicida no pierde su salvación que fue dada por Cristo; estos mensajes son destructivos; dicho en otras palabras lavado de cerebro y de conciencia, mientras Satanás y sus demonios van destruyendo el alma y el espíritu de los oyentes. Los mensajes y enseñanzas ya los conocemos: Éxito, dinero, fama, etc., que le dan el gusto a la carne; pero la nueva modalidad de mensajes ahora es atacar el espíritu de la persona. El mensaje original apostólico se está perdiendo en el olvido. Es obvio que Lucifer quiere desgastar a la Iglesia del Señor con ataques de todo tipo; mensajes falsos, mentiras, confusión dentro del Cuerpo, cansancio, fatiga, depresión, obstinación, desgano, etc., estas son sus armas, y la lista es muy larga; evidentemente Satán está usando gente que está en los púlpitos que no debería estar, con mensajes falsos, atacando, atacando y desgastando al espíritu de la persona.



II- LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN:

Todo creyente desea tener seguridad de la salvación, en otras palabras, la certidumbre de que cuando Cristo nos espere en las nubes o cuando llegue la muerte, iremos a estar con el Señor Jesús en el cielo [Fil 1:23]. El propósito del Apóstol juan al escribir esta primera carta es que el pueblo de Dios tenga esa seguridad [1Jn 5:13]. En ninguna parte de la carta Juan afirma que una pasada experiencia de conversión constituye una seguridad o garantía de salvación. Es un grave error presuponer que se tiene vida eterna con la única base de una experiencia pasada o una fe muerta. La carta del Apóstol Juan expone muchas maneras de saber que existe comunión de salvación con Jesucristo.

TENEMOS SEGURIDAD DE VIDA ETERNA:

1]- Si creemos en el “Verbo de Vida, el Cristo vivo” [1Jn 1:1], se le acepta y se permanece en Él, al igual que en su mensaje original y en el de sus apóstoles. “Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre” [1Jn 2:24]; [1Jn 1:1-5]; [1Jn 4:6]. Otros mensajes y enseñanzas de un falso evangelio quedan descartados.

2]- Si creemos en el “Nombre del Hijo de Dios” [1Jn 5:13]; [1Jn 4:15]; [1Jn 5:1,5]. No hay vida eterna, ni seguridad de salvación sin una ferviente FE en Jesucristo que lo confiese como el Hijo de Dios, enviado como Señor y Salvador.

3]- Cuando se ama al Padre y al Hijo, y no al mundo, y si se vence la influencia del mundo. “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del padre, sino del mundo” [1Jn 2:15-16]; [1Jn 4:4-6]; [1Jn 5:4].

4]- Si se honra a Cristo como Señor y Salvador de la vida y se trata sinceramente de obedecer sus mandamientos. “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él [1Jn 2:3-5]; [1Jn 3:24]; [1Jn 5:2]; [Jn 8:31,51]; [Jn 14:21]-24]; [Jn 15:9-14]; [Heb 5:9].

5]- Si se ama a los hermanos, “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él [1Jn 3:14-19]; [1Jn 2:9-11]; [1Jn 3:23]; [1Jn 4:8,11-12, 16,20]; [1Jn 5:1]; [Jn 13:34-35].

6]- Si se hace el esfuerzo por seguir el ejemplo de Cristo y vivir como Él vivió. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” [1Jn 2:6]; [Jn 8:12]; [Jn 13:15].

7]- Si habitualmente y perseveradamente se practica la justicia y no el pecado. “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él [1Jn 2:29]. En cambio, “el que practica el pecado es del diablo” [1Jn 3:7-10]; [1Jn 3:9].

8]- Si hay conciencia de que el Espíritu Santo vive en todo el que cree. “En esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” [1Jn 3:24], también “Conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu [1Jn 4:13].

9]- Si existe el anhelo ferviente y la esperanza inconmovible de la venida de Cristo para llevarse a su Iglesia en el arrebatamiento. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” [1Jn 3:2-3]; [Jn 14:1-3].  


CONCLUSIÓN:

“Permanecer en él” [1Jn 3:6] y “nacido de Dios” [1Jn 3:9], son expresiones equivalentes. Los que siguen viviendo en Dios, continúan siendo nacidos de Dios. Después de nuestra conversión y la FE en Cristo Jesús y somos perdonados, recibimos la vida eterna y el poder para permanecer en Él. Una vez que recibimos ese poder, debemos aceptar nuestra responsabilidad en la salvación y permanecer en Cristo.
La enseñanza del Apóstol Juan en [1Jn 2:28] y [1Jn 3:10]; él hace la advertencia a los creyentes que no se dejen engañar acerca de la naturaleza de la salvación. Por lo tanto el creyente debe rechazar cualquier teología o enseñanza que pretenda que se puede estar fuera de la comunión con Dios, seguir pecando, hacer las obras del diablo, amar al mundo, hacer mal a otros y todavía ser hijo de Dios salvo y destinado al cielo. Contrario a esa enseñanza, Juan creía sin duda alguna que cualquiera que sigue en pecado “es del diablo” y “no es de Dios”. Si los creyentes viven en el pecado dicen que tienen la vida eterna y son hijos de Dios, están engañados y son mentirosos [1Jn 2:4]. Lo que caracteriza a un verdadero hijo de Dios, es el amor a Dios que se demuestra en la obediencia a sus mandamientos [1Jn 5:2], y la manifestación de un interés sincero en las necesidades espirituales, físicas y económicas de los demás creyentes.

¡Gracia y Paz, sean a tu vida!




 

 

martes, septiembre 24, 2013

SEÑOR, ¿NO SEMBRASTE BUENA SEMILLA EN TU CAMPO? ¿DE DÓNDE, PUES, TIENE CIZAÑA?




Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero [Mateo 13:24-30].

La parábola de la cizaña hace hincapié en que Satanás sembrará junto a los que siembran la Palabra de Dios. El “campo” representa el mundo, y la “buena semilla”, a los fieles del reino, (los verdaderos creyentes).

1]- El evangelio y los verdaderos creyentes serán plantados por todo el mundo. Satanás también plantará a sus seguidores, “los hijos del malo”, entre el pueblo de Dios para oponerse y tergiversar la verdad de Dios y su Palabra.

2]- La tarea principal de los emisarios de Satanás (falsos profetas, falsos apóstoles, falsos maestros, falsos predicadores, falsos evangelistas, Doctores, etc.) dentro del reino visible del cielo será socavar y tergiversar sutilmente la autoridad de la Palabra de Dios y sus doctrinas [Gn 3:4] y promover la injusticia y la falsa doctrina. Cristo predijo un gran engaño entre su pueblo debido a esos supuestos creyentes que en realidad son falsos en todo; y son falsos maestros del engaño.

3]- La coexistencia del pueblo de Satanás con el de Dios terminará cuando finalmente Dios destruya a todos los malvados al fin del mundo; todos estos malvados que menciona la Biblia son los falsos maestros, falsos apóstoles, falsos profetas, falsos evangelistas, falsos pastores, falsos creyentes, y todos los que no amaron la justicia de Dios y que se complacieron en la injusticia y los que no aceptaron a Cristo como Señor para ser salvos [2Ts 2:12]. Todos estos personajes que hicieron comercio con la Palabra de Dios como fuente de ganancia; los que comercializaron con la FE y enlazaron a las personas con doctrinas mentirosas para esclavizarlas, trasquilarlas y saquearles el dinero y todos sus bienes; Dios los vomitará de su boca y los recogerá primero y los atará en manojos al fin del siglo para ser quemados; porque en definitiva la cizaña no sirve para nada, solo para ser quemada.

En cuanto a las otras parábolas que se refieren a la mezcla de los creyentes con los incrédulos, hay mucho material para esto y sería interminable describirlas en una sola nota.

¿Qué es la cizaña?

Gramínea de inflorescencia simple y larga. Las espiguillas, sentadas, están dispuestas de forma alterna, una a continuación de la otra a cada lado del tallo. Se diferencia este Lolium de otros por la forma (ovalada no lanceolada), tamaño y consistencia de las glumelas; también porque la gluma es casi tan larga como la espiguilla. También es característico de esta planta la presencia de una arista, bastante larga y visible a simple vista, en la glumela de las flores basales, aunque no sea un carácter fijo.

De tallo rígido, puede crecer hasta 1 metro de altura, con inflorescencias en la espiga y grano de color violáceo.

Regularmente crece en las mismas zonas productoras de trigo y se considera una maleza de ese cultivo. La similitud entre estas dos plantas es tan grande, que en algunas regiones la cizaña suele denominarse "falso trigo", bastante curioso e interesante lo que la Palabra de Dios enseña con respecto a la cizaña. Dicha planta suele ser parasitada por un hongo tóxico, el cual suele producir una toxina que se acumula en el grano. Es por ello que no es recomendable consumir dicho grano o harinas mixtas en las que se encuentre harina de cizaña, ya que suele ser tóxica. Muy parecido a lo que está ocurriendo en la iglesia actual en general; contaminada por las toxinas que emanan los falsos maestros del engaño y del púlpito.

La cizaña también le da su nombre a otro grano comestible, la cizaña acuática, conocida como "falso arroz".


I- LA ACTIVIDAD DE LA CIZAÑA: (Falsos apóstoles, falsos maestros, falsos profetas, etc.).

Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos [Marcos 13:21-22]

Debemos estar conscientes de que dentro de las iglesias hay predicadores de la Palabra de Dios de igual espíritu y vida que los maestros corrompidos de la Ley de Dios en la época de Jesús [Mt 24:11,24]. Cristo advierte que no todo el que afirma que es creyente lo es verdaderamente, ni son todos los escritores, evangelistas, pastores, misioneros, maestros, apóstoles, profetas, diáconos, obreros cristianos lo que dicen ser; en otras palabras, las apariencias engañan; esto nos hace recordar a la cizaña, muy parecida al trigo, pero muy contaminante y con muchas toxinas. Debemos entender que estamos viviendo lo que Cristo predijo en [Mr 13:21-22].

1]- Estos predicadores por fuera parecen “justos a los hombres” [Mt 23:28]. Llegan “vestidos de ovejas” [Mt 7:15]. Tal vez den a su mensaje el fundamento sólido de la Palabra de Dios y proclamen elevadas normas de justicia. Quizás aparentan una preocupación sincera por la obra y el reino de Dios y demuestren mucho interés en la salvación de los perdidos mientras profesan amor a todas las personas. Acaso parezcan grandes siervos de Dios y dirigentes espirituales recomendables y ungidos por el Espíritu Santo. Pueden realizar grandes milagros, tener mucho éxito y multitudes de prosélitos [Mt 7:21-23]; [Mt 24:11,24]; [2Co 11:13-15].

2]- Tales personas en la esfera espiritual son descendientes de los falsos profetas del Antiguo Testamento [Dt 13:3]; [1R 18:40]; [Neh 6:12]; [Jer 14:14]; [Os 4:15], y de los fariseos del Nuevo Testamento. Lejos de las multitudes, en su vida privada están llenos de “robo y de injusticia”, se les nota en sus miradas y en sus rostros y con actitudes sospechosas [Mt 23:25], “huesos de muertos y de toda inmundicia” [Mt 23:27], “hipocresía e iniquidad” [Mt 23:28]. Su vida a puerta cerrada se caracteriza por las malas pasiones, vicios, la inmoralidad, el adulterio, la avaricia y la complacencia egoísta.

3]- Tales maestros del engaño e impostores de la FE, obtienen un lugar de influencia en la iglesia de dos formas:

a- Estos predicadores y maestros falsos comienzan sus ministerios con sinceridad, verdad, pureza y fe genuina en Cristo. Luego, por causa del orgullo, del dinero, de la ambición, y sus deseos pecaminosos, van desapareciendo su consagración y amor a Cristo; de manera que se separan del reino de Dios [1Co 6:9-10]; [Gá 5:19-21]; [Ef 5:5-6] y se convierten en instrumentos de Satanás mientras se disfrazan de siervos de la justicia [2Co 11:15].

b- En cambio, otros predicadores y maestros falsos nunca han sido creyentes verdaderos en Cristo. De antemano cursaron estudios y seminarios teológicos, aprendieron mercadotecnia y psicología religiosa; memorizaron tres o cuatros textos bíblicos y los aprendieron; terminaron y se lanzaron a devorar como leones a las masas por amor al dinero y a los bienes materiales; desde luego, su teología es muy mala y confusa, con orgullo muy inflado de ser doctores de la Ley, para muestra, basta un botón de lo que muestran los videos en internet, una apostasía bien marcada. Lucifer, los ha plantado en las iglesias, la mayoría en los púlpitos, y cargos importantes donde pueden observarlo todo, desde el mismo principio de sus ministerios [Mt 13:24-28,36-43]. Valiéndose del carisma, del talento y de la elocuencia que tienen y contribuyendo a su éxito, la estrategia de Lucifer es colocarlos en cargos de influencia para que tergiversen grandes doctrinas de la Palabra de Dios y menoscaben la obra de Cristo. De aquí a poco se verán cosas que nunca antes habíamos imaginado; también se verán fenómenos en el comportamiento de las personas y se verán cosas muy ocultas detrás de los púlpitos y altares.




II- EL EJEMPLO DEL ANTIGUO TESTAMENTO.

El Antiguo Testamento nos da claros ejemplos en cuanto a los falsos profetas y sus profecías mentirosas.

A]- [Deuteronomio 13:1-4] Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. 

Es importantísimo y esencial para la relación de los creyentes con el Señor, es su fidelidad a Cristo y a su Palabra revelada, los [vv 1-4], enseñan que a veces la tentación a comprometer la lealtad a Dios vendrá de los que parecen ser espirituales. Enfatizamos varias deducciones para la vida de los creyentes, para que no nos sorprendamos y caigamos en tentación y nos lamentemos después:

1]- Dios prueba la sinceridad del amor y de la entrega del creyente a Él y a su Palabra.

2]- Dios prueba a los creyentes al permitir que se levanten entre su pueblo los que afirman que hablan en el nombre de Dios y quienes proporcionan “señal o prodigio”. Esas personas pudieran hablar bajo gran unción, profetizar el futuro correctamente y realizar milagros, señales y prodigios, al mismo tiempo, pudieran predicar un evangelio que es contrario a la revelación bíblica, añadiéndole o quitándole a la Palabra de Dios [Dt 4:2], como ocurre últimamente con este fenómeno llamado apostólico y profético. Los que siguen a Cristo deben rechazar cualquier cosa que contradiga, modifique o cambie las Escrituras. Su Palabra, la Biblia misma, es para el creyente la más alta autoridad y la guía suprema hacia la verdad [Dt 12:32]; [Pr 30:6]; [Gá 3:15]; [Ap 22:18-19]. No hay otro “Fundamento” puesto.

B]- [1Reyes 18:40] Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

Interesante historia en cuanto al degollamiento de los profetas de Baal:

1]-Su sentencia de muerte fue justa, porque se dictó en obediencia a la Ley de Moisés [Dt 13:6-9]; [Dt 17:2-5]. El Nuevo Testamento no tiene tal mandamiento; está prohibida la acción violenta contra los falsos maestros [Mt 5:44], aunque Dios sí ordena la exclusión y la separación de ellos [Mt 24:23-24]; [2Co 6:14-18]; [Gá 1:6-9]; [2Jn 7-11]; [Jud 3-4].

2]- La acción de Elías contra los falsos profetas de Baal representaba la ira de Dios contra los que estaban tratando de arruinar la fe y la herencia espiritual de su pueblo escogido, y manifestaba el amor y la lealtad de Elías a Dios. Así que su espíritu y corazón estaban en armonía con Dios; su sensibilidad moral y espiritual se sintió ultrajada ante el trágico abandono de Israel de su Dios del pacto, el que los había amado y redimido. Hoy en día es muy fácil desviarse e ir en pos de dioses ajenos; por ejemplo líderes religiosos como mucha elocuencia y astucia; que solo Lucifer puede dar, como lo hizo en el Huerto del Edén. 

El gran problema que está enfrentando la iglesia de Cristo hoy es:

a- Que hay escasez de maestros y predicadores de sana doctrina. Los grandes predicadores que hubo de sana doctrina murieron, y los que hay son contados con los dedos de una mano. No hemos visto, ni encontrado reemplazo, y ya no hay predicadores que lleguen al pueblo. Ahora estamos acostumbrados a escuchar conceptos humanistas, mucha sicología religiosa, circo, entretenimiento y mucha palabrería que no dice nada; en otras palabras mensajes huecos y sin contenido.

b- La gente es perezosa en sacrificarse a estudiar la Palabra de Dios. Es donde allí Lucifer aprovecha la ignorancia y la pereza de la personas en inquirir en las Escrituras.

c- Es muy fácil convencer a la gente que no estudia la Palabra de Dios, y es lamentable porque son presa de los maestros del engaño. Se dejan llevar muy fácilmente de todo viento de doctrinas raras.

d- Los falsos predicadores saben que la gente es ignorante en las Escrituras y pueden utilizar su propia teología para engañar. Creen que todos son ignorantes.

e- Hay mucha desunión en el pueblo cristiano, mucho egoísmo, muchos celos; pastores que no le dan lugar a nadie, ellos mismos son dueños de los púlpitos. Y Lucifer aprovecha.

3]- La destrucción llevada a cabo por Elías de los falsos profetas también expresaba un profundo interés por el pueblo de Israel que estaba siendo espiritualmente destruido por la falsa religión y la falsa adoración. Hoy no estamos tan lejos de lo que ocurrió en aquellos días. Jesús tuvo esa misma actitud [Mt 23]; [Lc 19:27], como la tuvo el apóstol Pablo [Gá 1:6-9]; [Gá 1:9], nótese que la ira de Dios se derramará sobre todas las personas obstinadas y no arrepentidas “el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” [Ro 2:5]; [Ro 11:22]; [Ap 19:11-21]; [Ap 20:7-10].

C]- [Nehemías 6:12] Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado.

Nehemías sufrió el ataque de falsos hermanos que, aunque afirmaban que trabajaban para la honra de Dios, en realidad estaban aliados con los enemigos de Dios. Esa traición a Dios y a su reino por parte de los falsos hermanos es una de las más penosas aflicciones que a veces tienen que sufrir los verdaderos siervos de Dios. 

Debemos probar a todos los que afirman ser mensajeros de Dios para ver si de veras son de Dios. Muchos afirmarán que son creyentes y proclamarán que están emprendiendo un ministerio ordenado por Dios. Muchos les están dando a este asunto un sentido empresarial; algunas iglesias ya están funcionando como corporaciones; en algunas podemos encontrar el negocio inmobiliario, negocios de la construcción, negocios de ventas de parcelas de cementerio, negocios de la moda, muchas otras asociándose con los políticos de turno para conseguir algún favor del gobierno y otras participando en negocios turbios, comprando edificios, campos, aviones, carros lujosos, construyendo templos lujosos y muy costosos, vendiendo y lavando éxtasis religioso; y todo en nombre de Jesucristo; sería muy absurdo pensar que con dinero del diezmo y la ofrenda voluntaria del pueblo pueden comprar todos estos bienes materiales en medio de una crisis; en realidad solo están buscando gloria y prosperidad para sí mismos utilizando la religión, la iglesia y la gente hambrienta como pantalla panorámica. El pueblo de Dios necesita criterio para juzgar el carácter personal y la lealtad a Dios y sus normas de todos los que se presentan como voceros de Dios. Es necesario meditar en todo esto a poco tiempo de producirse el arrebatamiento de la iglesia.

D]- [Jeremías 14:14-16] Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas. Y el pueblo a quien profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.

Jeremías expresa profundo quebranto por el juicio venidero del pueblo de Dios y de la tierra prometida. Estos acontecimientos de la antigüedad son puestas por ejemplo para que la iglesia no caiga en tremendo error; pero lamentablemente está profetizado por Cristo lo que ocurrirá en el tiempo del fin. El pueblo de Dios debe estar consciente de que algunos profetas entre ellos pudieran profetizar mentiras y afirmar falsamente que han recibido visiones del Señor. Por tal razón se deben probar a todos los profetas y sus espíritus según las normas bíblicas. En la actualidad la iglesia en general está contaminada con este tipo de cizaña; la abundancia de falsos profetas, que profetizan de aquí, de allá y del más allá, por lo general nunca se cumplen sus profecías. Hoy en día cualquiera es profeta en las iglesias, y crecen como la cizaña en los campos de trigo.

[1Corintios 14:29] Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.

El apóstol Pablo nos enseña con respecto a la profecía: Debemos evaluar y pesar con cuidado toda profecía en cuanto a lo que se dice o profetiza. Las Escrituras nos demuestran que las profecías del Nuevo Testamento no eran infalibles y pudieran necesitar corrección y observación.

1]- El profetizar o hablar en lenguas pudiera no ser obra de Dios [1Jn 4:1]; incluso los espíritus inmundos, mediante la presencia de falsos maestros o profetas, pueden obrar en la congregación mediante los espíritus de error y de mentira, y en ocasiones éstos espíritus inmundos hacen que las cosas pasen [2Cr 18:21]. Profetizar, hablar en lenguas o tener algún don sobrenatural no es garantía de que alguien sea verdadero profeta o creyente, porque Satanás y los demonios hablan lenguas y falsifican los dones espirituales [Mt 24:24]; [2Ts 2:9-12]; [Ap 13:13-14].

2]- Si la iglesia no ha establecido métodos apropiados y ordenados para juzgar las profecías, ha hecho caso omiso de las enseñanzas bíblicas. No se debe considerar la profecía como un impulso irresistible del Espíritu, porque solo podía hablar un profeta a la vez.

3]- ¿Qué actitud debe tomar la iglesia con respecto a los mensajes proféticos? Primeramente debe examinarse toda profecía según la norma de la verdad bíblica [Dt 13:1-3], los creyentes deben esperar que se cumpla [Dt 18:2] y deben estar preparados en el caso de que no se cumpla. Si la profecía es una exhortación, la congregación necesita preguntarse: ¿Qué debemos hacer para obedecer la voluntad del Espíritu?

4]- Debe mantenerse con claridad la distinción entre la profecía como don espiritual y la profecía como parte de las Sagradas Escrituras, aun cuando en ambos casos se recibe un mensaje de parte de Dios.

CONCLUSIÓN:

Los escritores de la Biblia recibieron sus mensajes por inspiración directa del Espíritu Santo y lo comunicaron sin error. Así se produjo un mensaje infalible. No debe asignársele a la profecía descrita de los capítulos 12 y 14 de Primera Corintios la misma autoridad o infabilidad que a la Palabra inspirada de Dios [2Ti 3:16]; aunque venga por el impulso del Espíritu, jamás debe considerarse infalible esa clase de profecía, de hecho es que hoy abunda la apostasía. El mensaje que contiene está siempre sujeto a la confusión y al error humanos, y casi por lo general en estos tiempos y como está la iglesia, son salidos del corazón humano y no del Espíritu. Nunca se debe poner en el mismo nivel la profecía actual con las Escrituras. La Palabra de Dios tiene autoridad absoluta sobre toda profecía actual. La iglesia no debe aceptar la profecía actual hasta que los demás creyentes juzguen el contenido del mensaje a fin de determinar si tiene validez; el criterio primordial y autoridad de juicio es la Palabra de Dios escrita. Por lo tanto debe juzgarse toda experiencia y todo mensaje a la luz de la Palabra de Dios escrita.

El apóstol Pablo nos enseña en [1Tesalonicenses 5:21] No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.

La iglesia en Tesalónica se había ido al extremo en este tema, mientras las iglesias de Corinto se fueron más tarde al otro extremo. Mirarlo todo antes de asimilarlo y solamente retener lo bueno. Debemos tener cuidado de no irnos a los extremos en cuanto a las profecías y a los falsos profetas.
 

En la historia hubieron dos destacados predicadores; uno fue Cristo, el otro fue Lucifer; los podemos imaginar disertanto en [Mt 4:3-10]. Uno era trigo limpio y precioso, el otro era cizaña. Cristo predicó el evangelio de salvación, de confrontación con el pecado, sin medias tintas; Lucifer predica el evangelio de perdición, el evangelio light, el evangelio, sin demandas, fácil y mentiroso. Debemos juzgar con justo juicio, mirar y conocer los frutos y escuchar atentamente el alimento que nos estan dando y debemos renovarnos en el conocimiento pleno de las Escrituras para no caer en error.  
De todas maneras trigo y cizaña crecerán juntos hasta el tiempo del fin; el trigo al granero de Dios y la cizaña será atada en manojos para ser quemada.
 


¡Gracia y Paz sean a tu vida!





jueves, agosto 29, 2013

El PERDÓN




Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos [Número 14:18].


Este pasaje da más luz sobre el significado de ese nombre y sobre su carácter más íntimo. El Señor es un Dios cuya compasión, bondad y perdón van unidos a la verdad, la santidad y la justicia. El hecho de que Dios es piadoso y compasivo revela que Él no castigará a nadie a menos que, y hasta que, se rechacen y menosprecien su clemencia y su amor.


¿Qué es el perdón?

El perdón es la acción por la que una persona, el perdonante, que estima haber sufrido una ofensa, decide, bien a petición del ofensor o espontáneamente, no sentir resentimiento hacia el ofensor o hacer cesar su ira o indignación contra el mismo, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas o queden menos afectadas.

El perdón, doctrina distintiva del cristianismo y expresión de una experiencia espiritual. Presupone tres cosas:

1] Que el hombre ha pecado; es decir, ha infringido, o sea, la Ley divina.

2] Que ha reconocido su falta y está arrepentido [Mc 1.4] (Arrepentimiento).

3] Que Dios, en su amor y en su gracia, ha remitido la culpa y ha puesto el medio para que el hombre reciba el perdón. El perdón viene a ser, entonces, la fuerza poderosa que remueve el obstáculo espiritual y hace posible que la criatura humana se reconcilie y restablezca su amistad con Dios.

La idea básica del perdón, cuando se usa en relación con el pecado, es la de cancelar una deuda; quitar la barrera y efectuar la “Reconciliación”; erradicar el pecado. Sin el perdón, que solo Dios puede conceder, el hombre está irremisiblemente condenado a la perdición eterna. Por eso, el mensaje del perdón es una maravillosa esperanza de vida. Por estos días se ha diluido bastante el mensaje, y se ha cambiado por el humanismo y sus teorías de prosperidad y exaltación de la carne.

I- GARANTÍA DIVINA DEL PERDÓN:

En la Biblia el perdón aparece asociado con la doctrina de la Expiación; esto es, la necesidad del sacrificio para vindicar la JUSTICIA ofendida de Dios, por ejemplo, [Lv 17.11]. Este pasaje presenta la razón para el derramamiento de la sangre del animal expiatorio y su significado para la expiación. Se asociaba la sangre del animal con su vida; así que la sangre expiaba el pecado humano a costa de la vida. En otras palabras, los seres humanos no tenían que dar su vida por el pecado, porque la vida del animal era el pago en su lugar. Este principio de la expiación sustitutoria mediante la sangre de otro, enseñada en estos pasajes, ayuda a entender la importancia de la sangre de Cristo para recibir salvación bajo el Nuevo Pacto. Cuando Jesucristo derramó su sangre en la cruz, Él entregó su vida por la vida del pecador [Ro 5:1]. Como su vida no tenía pecado y era perfecta delante de Dios, su sangre es de infinito valor y da por resultado la perfecta salvación de todos los que lo aceptan y lo siguen [Col 1:14]; [Heb 9:13-14]; [1Jn 1:7]; [Ap 7:14].

En el Nuevo Testamento la muerte de Cristo en la cruz es la garantía divina del perdón; pues en el Nuevo Pacto, es Dios mismo que desciende en la persona de Cristo para perdonar a la humanidad y librarla del pecado. “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” [Ef 1.7].


II- SEPULTADO EN EL FONDO DEL MAR:

La Biblia afirma ampliamente que es Dios el que perdona [Neh 9.17] No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.

El Señor es un Dios clemente y compasivo; por lo tanto, Él está dispuesto a aceptar otra vez a quienes lo han abandonado y han pecado contra sus leyes tan pronto como se arrepientan. Además, Él es paciente y clemente con las faltas y los defectos de sus hijos, siempre y cuando el deseo manifiesto de ellos sea seguirlo plenamente y obtener absoluta victoria sobre el pecado, Satanás y el mundo.

[Dn 9.9] De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado.

El rey David se arrepintió de su pecado, lo confesó a Dios y fue perdonado [Sal 32 y 51]. El perdón de Dios incluye el no acordarse más del pecado [Jer 31.34] Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

[Isaías 43:25] "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.

En la época del Nuevo Pacto, cada persona que cree en Cristo conocerá directamente al Señor y tendrá comunión personal con Él. Todos tendrán acceso directo a Dios, y se impartirá la presencia del Señor a los creyentes por medio del Espíritu Santo. Son fundamentales en el Nuevo Pacto el perdón de los pecados y como consecuencia la reconciliación con Dios, que se basan en el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz [Is 53:4-6]; [Mt 26:27-28]; [Lc 22:20].

Sepultado “en lo profundo del mar” [Miq 7:18-20] ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.

Qué Dios como Jehová de los ejércitos; el Dios eterno e incomparable Creador de todo lo que existe; Él es el que perdona la maldad y olvida el pecado, el que sepulta las iniquidades y arroja a lo profundo del mar todo pecado y toda maldad.

El Nuevo Testamento declara la autoridad de Cristo para perdonar: “Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...” [Mc 2.10] Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

La multitud mira, busca, encuentra y sigue a Jesús. Es el pueblo cansado, agobiado, afligido y enfermo. La mayoría son enfermos; gente que padece algún mal crónico. Hay en muchos de ellos, además, un común denominador adicional: su Fe. Tal es el caso de este paralítico y de la gente que lo lleva y no encuentra obstáculo que los pueda detener. Se trepan al techo y tratan por todos los medios para bajar al paralítico en su camilla delante de Jesús. Y, ¿Qué dice Jesús? Viendo la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

El perdón de los pecados es instantáneo por parte de Jesús; el creyente debe olvidar los pecados que Dios ya ha perdonado; ni tampoco debe andar revolviendo en el pasado buscando pecados; ni tampoco debe andar buscando el ¿por qué de esto? y el ¿por qué de aquello? Dios los olvida y los echa al fondo del mar [Miq 7:18-20].

La mayoría de las enfermedades son por falta de perdón; llámese rencor, resentimiento, ira, enojo, recuerdos del pasado, soberbia, altivez, etc., y la lista es larga. Hay en el corazón del ser humano cosas muy guardadas y ocultas que solamente Dios las conoce; es por eso que el arrepentimiento y la confesión es esencial delante de Dios; por lo tanto, los pecados y la falta de perdón producen cáncer, artritis, artrosis, depresión, baja autoestima, melancolía, pensamientos de suicidio; y todo lo que podemos imaginar y lo que se está viendo actualmente en las personas; crímenes, violencia, suicidios, robos, asaltos, violaciones, ultrajes, etc.; a eso se le llama el pecado que nos asedia [He 12:1]. Dios perdona y olvida. El problema que está enfrentando la humanidad es el orgullo; no quieren reconocer que son pecadores. Falta de arrepentimiento, falta de humildad. Dios perdona y olvida.

III- CONFESAR Y PERDONAR:

Los cristianos deben imitar a Dios, perdonándose unos a otros [Ef 4.32] Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

El creyente en Cristo debe ser pronto en pedir perdón y en perdonar cuantas veces sea necesario [Mt 18:21-22], El perdón de Cristo hacia nosotros es siempre la base para que nosotros perdonemos a nuestro prójimo; ya sea a hermanos en Cristo en la FE, o a los inconversos que no conocen el Camino. Hoy en la actualidad iglesias enteras con creyentes maldiciéndose unos a otros, envidiándose unos a otros, aborreciéndose unos a otros, criticándose unos a otros, poniéndose piedras de tropiezo unos a otros sin importarles el prójimo; todos quieren llegar, no importa el costo. El creyente en Cristo debe ser transparente y sincero, debe ser carta abierta a los demás. El cristianismo se practica. Perdonar es un mandamiento de Dios.

Por eso también se deben confesar las faltas entre sí [Stg 5:16] Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Este versículo da una importante razón del porqué la sanidad no viene o no se ve en las congregaciones. Se deben confesar las ofensas los unos a los otros y orar a Dios los unos por los otros; este es un mandamiento del Señor. El pecado en la iglesia estorba las oraciones, estorba el caminar cristiano en la vida diaria, estorba el poder sanador del Espíritu Santo. El refrigerio nunca llegará cuando hay corazones que guardan cosas ocultas; cuando hay rencor o resentimiento; tampoco habrá sanidad, nunca habrá renovación, mucho menos avivamiento del que tanto hablan.

Muchas personas son atormentadas por pecados pasados. No pueden perdonarse a sí mismos. La Palabra de Dios nos enseña que si venimos a Dios para confesar nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad [1Juan 1:9]. El perdona y olvida. "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados" [Isaías 43:25]. Dios jamás trae a la memoria un pecado que ha sido confesado y perdonado. El creyente es libre eternamente de la condenación de Dios una vez que acepta a Cristo [Romanos 8:1]. Cristo lo dejó todo en la cruz.

Los recuerdos y los sentimientos de culpa que acosan al creyente provienen del enemigo y padre de mentiras, Satanás, no de Dios. La mejor postura que debemos asumir cuando el acusador ataque es reconocer la posición que tenemos en Cristo como hijos amados de Dios. Es necesario liberarse de la culpa, Cristo dijo: Hijo, tus pecados te son perdonados.

CONCLUSIÓN:

Todos los pecados pueden y son perdonados, menos uno: La blasfemia contra el Espíritu Santo [Mt 12.31, 32]. Pero no se nos dice cuál sea esta blasfemia. Es de entenderse, sin embargo, que el pecado imperdonable es el de la incredulidad, cuando el hombre obstinadamente rechaza el testimonio que el Espíritu Santo le da de Jesucristo como el Salvador del alma y Señor de la vida. La incredulidad cierra la puerta del perdón.

El Señor Jesús nos salvó llevando nuestros pecados sobre sí mismo; por consiguiente, no hay condenación porque somos “perdonados". Uno de los atributos de Dios es el amor; Dios está motivado por el amor [Jeremías 31:3]. El amor es la razón por la cual el Señor Jesús murió por nuestros pecados. El pecado siempre demanda un sacrificio. La muerte expiatoria de Cristo es el pago suficiente por los pecados de toda la humanidad. La manera en que recibimos el perdón eterno es reconociendo nuestra pecaminosidad (arrepentimiento) y pidiendo al Señor Jesucristo que entre en nuestras vidas y nos limpie de toda transgresión y toda maldad [Romanos 6:23]. El creyente debe saber y entender que el perdón es una parte esencial de la comunión con Dios. Dios nos ama desde el principio del tiempo y nos ha dado y provisto a Jesucristo para ser nuestro Redentor, Defensor e Intercesor [Is 60:16]; [Is 25:4]; [Romanos 8:34]; [1Juan 2:1]. En la actualidad Él está a la diestra de Dios como nuestro Abogado Eterno. Su sacrificio por el pecado, ofrecido de una vez y para siempre, ha conseguido nuestro perdón total [Hebreos 10:14-18]. No revuelvas y busques en el pasado pecados que vienen a tu mente; Dios ya te ha perdonado y los ha olvidado.

La primera frase de las siete últimas pronunciadas por Nuestro Señor y Cristo antes de morir fueron: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" [Lc 23:34].



¡Gracia y Paz sean a tu vida!
 

 

 

 

 

 

martes, agosto 13, 2013

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

   
[Efesios 1.18-20] alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales. 

Uno de los momentos esenciales en la historia de la salvación durante el cual Jesús, pocos días después de haber muerto en la cruz y de haber sido puesto en el sepulcro en la tarde del Viernes, fue levantado corporalmente para iniciar un nuevo orden de vida.
Este tremendo acto del poder creador y sobrenatural de Dios [Ro 4.24]; [2Co 4.14]; [Ef 1.20] se describe a lo largo de todo el Nuevo Testamento y se proclama como un hecho indubitable [Hch 1.3] y se propone como base innegable de muchas bendiciones actuales y futuras.
Aunque la resurrección de Cristo garantiza la de quienes creen en Él, no deja de ser única en su género, ya que es por definición la resurrección del Mesías e Hijo de Dios [Ro 1.4]. Aun los milagros de Jesús al volver a la vida a la hija de Jairo [Mc 5.21–43], al joven de Naín [Lc 7.11–17], a Lázaro [Jn 11.17–44] y a otros [Mt 11.5] no se describen estrictamente como “resurrecciones”, porque las personas resucitadas volvieron a morir [Hch 9.36–42]; [Hch 20.7–12]. En cambio, Jesucristo inició por su resurrección una etapa decisiva y final en la historia humana [Ro 6.9].

I- ENSEÑANZA DE JESUCRISTO:

El Señor habló a menudo de su sufrimiento y pasión venidera, pero no dejó de incluir la nota de triunfo final. Aun el lenguaje figurado tomado del Antiguo Testamento y del judaísmo posterior (Hijo del Hombre; Siervo de Jehová; Hijo de Dios) implica que Dios a la larga iba a reivindicar públicamente al justo sufriente. Basándose sin duda en pasajes como [Isaías 52.13]; [Is 53.12] y [Os 6.2] (en el tercer día nos resucitará), Jesús predijo su propia resurrección [Mc 8.31]; [Mc 9.31]; [Mc 10.33]; [Lc 13.32] y reivindicación en Gloria [Mt 12.40]; [Mc 9.1]; [Mc 10.35–40]; [Mc 14.62]; [Lc 22.15–18]. Pero los discípulos no comprendieron la predicción [Mc 9.9]; [Jn 20.9] porque la doctrina popular colocaba la Resurrección de los muertos al final de los tiempos, junto con el Juicio, y no dentro de la historia.

II- PRUEBAS DEL HECHO HISTÓRICO:

Con todo, Dios hizo lo inesperado. Después de ser sepultado honorablemente y poco antes del atardecer del viernes, el cuerpo de Jesús permaneció en el sepulcro durante tres días; y descendiendo al infierno en espíritu. Según la costumbre judía de contar como día entero cualquier fracción del mismo, el primer día sería un par de horas del viernes (el sábado comenzaba de las seis de la tarde de nuestro viernes), el segundo día correría desde las seis de la tarde del viernes hasta las seis de la tarde del sábado y el tercer día comprendería las horas restantes hasta el momento, para nosotros desconocido, cuando el Señor salió vivo de la tumba (en todo caso, antes de que llegaran las mujeres a la tumba, en la madrugada del domingo). Esta explicación satisface las demandas aun de la expresión hebraica “después de tres días” [Mt 8.31].

III- LA TUMBA VACÍA:   

Hay muchas pruebas de que Jesús realmente fue sepultado (en la predicación primitiva, [Hch 13.29]; [Ro 6.4]; [1 Co 15.4]; y en los relatos evangélicos, [Mc 15.42–47]; [Jn 19.38–42] en un sitio reconocible poco después [Mc 15.47] para contrarrestar los rumores de que las mujeres se equivocaron de tumba. Y, por tanto, el hecho de hallar vacía la tumba el domingo (Día del Señor) es de gran valor como prueba; sobre este punto los Evangelios dan testimonio unánime [Mc 16.1–8]; [Jn 20.1–10]. Sobre los nombres y el número de las mujeres que fueron a la tumba hay menos acuerdo, como también respecto a las figuras angelicales que aparecen cerca del lugar donde yacía el cuerpo. Pero tales diferencias se deben a puntos de vista y propósitos divergentes de los evangelistas.

Las mujeres hallaron rodada a un lado la enorme piedra que tapaba la entrada de la tumba y temieron que alguien hubiera robado el cuerpo [Jn 20.2, 15]. Lejos de ser resultado imaginario de los fervientes deseos de los cristianos, la tumba vacía sorprendió a todos. La teoría de que los mismos discípulos robaron el cuerpo, sostenida por los judíos en la época de los evangelistas [Mt 28.13], es sicológicamente imposible. La mera existencia de tal teoría prueba que los opositores del evangelio no pudieron negar la realidad del sepulcro vacío ni reponer ellos mismos el cadáver. Además, uno de los evangelistas relata que durante el sábado una guardia romana fue apostada en la tumba y esta fue sellada por parte del sanedrín [Mt 27.62–28.15], precaución que hace inverosímil toda hipótesis de un robo [Jn 20.3–8]. El énfasis de los Evangelios, pues, en la tumba vacía indica que los primeros cristianos entendían la resurrección en términos corporales; como judíos, no concebían una resurrección “espiritual” que dejara el cadáver en los lazos de la muerte.

IV – LAS APARICIONES DE JESÚS RESUCITADO:   

Todavía más decisivas para la fe de los discípulos fueron las apariciones de Jesucristo, variadas, convincentes y reales. He aquí una lista:

En Judea:

1]. A las mujeres [Mt 28.9].
2]. A María Magdalena [Jn 20.11–18].
3]. A Pedro [Lc 24.34]; [1Co 15.5]; [Mc 16.7].
4]. A los caminantes de Emaús [Lc 24.13–31].
5]. A diez apóstoles [Lc 24.36–49]; [Jn 20.19–23]; [1 Co 15.5].
6]. A once apóstoles [Jn 20.24–29].
7]. A “los que se habían reunido” [Hch 1.6–9]; los “apóstoles” de [Hch 1.2]; [1 Co 15.7]; [Lc 24.50]; [Lc 24.3].

Probablemente en Galilea:

8]. A once apóstoles [Mt 28.16–20]; [Mc 16.7].
9]. A más de quinientos hermanos [1Co 15.6].
10]. A Jacobo [1Co 15.7].
11]. A siete discípulos [Jn 21.1–14].

Según Lucas, el período de las apariciones duró cuarenta días [Hch 1.3] y terminó con la Ascensión. Pero Pablo afirmó ser también parte de la misma serie de testigos [1Co 15.8], gracias a la aparición que le fue concedida unos tres años después [Hch 9.3–8]; [Hch 22.6–11]; [Hch 26.12–18]. En este caso, él fue el único testigo (con posible excepción de Jacobo) que no había creído en Jesucristo antes; generalmente las apariciones no tuvieron el propósito de incitar a la fe, sino el de confirmar la de los que ya eran cristianos.

Los evangelistas se esfuerzan por mostrar que el Cristo resucitado es idéntico al Jesús terrenal, a pesar de las diferencias que embargan al principio los ojos de los discípulos para no reconocerle [Lc 24.16]; [Jn 21.4]. El Señor come y bebe con ellos [Lc 24.41]; [Hch 10.41] y permite que lo palpen [Jn 20.27]; [Mt 28.9] y [Jn 20.17]; en su cuerpo aún conservaba las marcas de su pasión [Lc 24.39]; [Jn 20.20]. Con todo, el Resucitado tiene nuevas condiciones que antes solamente habían sido presagiadas en la Transfiguración [Mc 9.9]: Jesús desaparece de la vista de sus discípulos [Lc 24.31] y pasa a través de puertas cerradas [Jn 20.19, 26]. Tales condiciones solo podían pertenecer a un cuerpo “espiritual” [1Co 15.44] o “glorificado” [1Co 15.43]; [Flp 3.21], tipo del cuerpo que el cristiano recibirá en la resurrección de los justos.

V- LA EXPERIENCIA DEL CRISTO VIVO:  

Para fundamentar la fe, era más importante la seguridad de que Jesucristo vivía y reinaba en la Iglesia y en el cosmos que un acontecimiento en el pasado. La certeza de que Cristo vive en uno [Gl 2.20] y en su pueblo por el poder de su resurrección [Flp 3.10] y la convicción de las señales de su señorío [Hch 2.33]; [Hch 3.15]; [Hch 4.30], eran parte del testimonio apostólico de la resurrección de Cristo [Hch 4.33]. Si bien es cierto que los “Testigos oculares” eran indispensables en la predicación del evangelio [Hch 1.21]; [Hch 10.41]; [Hch 13.31], la bienaventuranza es aun para quienes no vieron con sus propios ojos [Jn 20.29]; [Jn 17.20), porque el Espíritu Santo es también “Testigo de estas cosas” [Hch 5.32]. La fundación y existencia continua de la iglesia de Cristo es, por tanto, una de las pruebas más fehacientes de la realidad de la resurrección [Mt 28.18].

VI- SIGNIFICADO DE LA RESURRECCIÓN:  

Gran parte de la doctrina del Nuevo Testamento se basa en las implicaciones de la Resurrección. Con base en textos tales como [Salmo 110.1] (“Jehová dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra”), los cristianos primitivos contemplaban la Resurrección como un acto de creación con el cual Dios Padre puso su sello de aprobación sobre el ministerio de Jesús, y en especial sobre su obra expiatoria [Ro 4.25]; [Ro 8.34]; [Heb 2.9], Expiación; Justificación; Redención; Salvación). La conquista del último enemigo, la muerte [1Co 15.26] fue garantizada con la Resurrección [1Co 15.54]; por tanto, Jesucristo es declarado Señor, Salvador y Juez victorioso sobre todas las autoridades malignas [1P 3.21]; [Ef 1.21]; [Flp 2.9]; [Heb 2.5].

CONCLUSIÓN:

La entronización de Jesucristo tiene grandes implicaciones para nosotros los creyentes en Él, ya que Él abrió “el camino nuevo y vivo a través del velo; en otras palabras, de su propia carne” de acceso a Dios [Heb 10.20]. Vive e imparte su vida a los que se unen a Él por la fe [Jn 14.19]; [Ef 2.5], lo cual es una bendición que tendrá repercusiones en el futuro [Ro 6.8, 13]; [1Co 6.14]; (Resurrección de los muertos).

Si bien la crucifixión de Cristo representa el amor de Dios hacia la humanidad, puesto que allí el creyente es reconciliado con Dios, limpiado con su sangre y perdonados sus pecados, cancelando una deuda impagable para el ser humano; pero la resurrección de Cristo tiene un valor incalculable; puesto que ahora Cristo está vivo intercediendo por nosotros como Sumo Sacerdote y Abogado. La resurrección de Cristo representa el poder sobrenatural de Dios que levantó a Cristo de entre los muertos; y es allí donde el poder de la resurrección es invaluable; el creyente ya no tiene que caminar en derrota, vivir en enfermedad, vivir en depresión, vivir en temor, vivir desanimado, etc. Aunque vengan las aflicciones, no debemos temer, Cristo ha vencido por nosotros y para nosotros; el creyente debe vivir bajo el poder de la resurrección de Dios en Cristo Jesús.

¡Gracia y Paz sean a tu vida! En el Nombre de Jesús.


jueves, julio 25, 2013

EL PECADO





[Romanos 5:12]: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, POR CUANTO TODOS PECARON.



Junto con el concepto de la Salvación, el concepto de pecado se manifiesta a través de toda la Biblia, y constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las Escrituras proponen como tesis principal. Pecado es aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo. Por consiguiente, existe un amplio vocabulario relacionado con el pecado. Además, como la naturaleza pecaminosa se manifiesta claramente en la historia, es elocuente el valor y la actualidad constantes de las porciones narrativas de la Biblia al respecto (cf. Ro 15.4 y 1 Co 10.1–11).

I- TÉRMINOS DESCRIPTIVOS:

Para hablar sobre el pecado los hebreos emplearon palabras tomadas de las relaciones humanas: por ejemplo, falta, iniquidad, rebelión, injusticia, etc. El judaísmo intertestamentario agregó otro del cual el Nuevo Testamento había de hacer mucho uso: “deuda”. Los principales aspectos destacados de acuerdo con los diferentes vocablos de los idiomas bíblicos son los siguientes:

1]- La realidad objetiva del pecado sin miras o con miras a sus consecuencias, motivaciones, etc. Inclusive se toma en cuenta la posibilidad de pecar sin saberlo, o sea, “por yerro”, [Lv 4.2]; [Nm 15.27].

2]- La rebelión como acto consciente de la voluntad. La manifestación más extrema de esta voluntad rebelde es el pecado cometido “con soberbia”; el hebreo dice “con mano alzada”, [Nm 15.30].

3]- Culpabilidad (Iniquidad; Maldad).

4]- Errar, salir del camino. Aparece con frecuencia como verbo: “errar”, “desviarse”, “andar perdido” o “ciego” y “divagar”.

5]- El concepto que en el Nuevo Testamento se traduce “deuda” u “ofensa”.

Como la mentalidad hebrea no distinguía rígidamente entre la acción y sus consecuencias o motivaciones, el mismo vocablo podía significar el acto de pecar, la culpabilidad consecuente o el castigo merecido. Debido a este fenómeno, por ejemplo, la expresión “visitar la maldad” [Éx 20.5] significa “castigar por su maldad”.

II- NATURALEZA DEL PECADO:

El pecado consiste en cualquier infracción de las normas que salvaguardan la vida normal, o sea, la comunión entre Dios y el hombre o entre los hombres. El pecado (como Justicia) se interpreta en términos de relaciones personales: Pecar contra alguien, sea Dios u otro hombre. Y como es Dios el que ha establecido las normas que se infringen, cada pecado es, al final de cuentas, rebelión contra Él [2S 12.13]; [Sal 51.4]. Esta actitud no solo es la característica más distintiva del concepto bíblico del pecado, sino también la medida de su funesta naturaleza. De ahí que para el pueblo hebreo cualquier infracción del sistema jurídico o cultural también representaba pecado y traía como consecuencia culpa delante de Dios. Es evidente que cada acto pecaminoso de la voluntad es fruto de la condición del alma pervertida de la humanidad [Pr 4.23]; [Pr 23.7]; [Mc 7.20–23]; [Ro 8.15–25]. Esta condición se conoce como depravación. Es la incapacidad de evitar el pecado y hacer el bien sin la ayuda de Dios. Esto culminaría, si no fuera por la Redención que ofrece Cristo, en la Muerte [Stg 1.15]; [Jn 3.14].

El relato de [Gn 3], a pesar de que no aparece en él ninguno de los vocablos clásicos para señalar el pecado, nos muestra gráficamente las características primordiales de este. Es un acto de desobediencia motivado por el deseo del ser humano de auto establecer las normas y ser el dueño de su propio destino. Rompe la comunión íntima que antes existía entre Dios y el hombre, y también la que existía entre los hombres (Adán, Eva). Trae como consecuencia la Muerte y el sufrimiento, y desata fuerzas contrarias al hombre y su felicidad; produce el estado en el que el género humano se encuentra desde entonces. El pecado de Adán implicaba un significado único para toda la especie humana [Ro 5.12, 14–19]; [1Co 15.22], pues en alguna manera él representaba a sus descendientes en un Pacto con Dios [Os 6.7], y su pecado se le imputó a ellos [Ro 5.19]. Sin embargo, Dios no castiga a la especie humana por el pecado de Adán, sino que cada uno incurre en su propia culpabilidad. En relación con el tema, los pasajes clásicos son [Ez 18]; [Ro 3.9–20] entre otros.

III- PECADO Y REDENCION:

Tras el primer pecado se nos dio la primera palabra de Esperanza [Gn 3.15], y se señaló el camino que Dios seguiría en el desenvolvimiento de la “historia de la salvación”. Tras siglos de trato con su pueblo hebreo a base de una “Alianza” en la que les ofrecía Perdón y redención (Redentor, redención), pero a la que repetidamente respondían con rebelión e infidelidad, Dios mandó a su Hijo en la persona de Jesús de Nazaret para que destruyera a los poderes de maldad definitivamente y en nombre de toda la humanidad Jesús encarnaba el amor de Dios que se opone al pecado y a sus consecuencias.

 Jesús buscaba la compañía de pecadores, y vio su misión como la de perdonar pecados [Mt 9.6]; [Jn 8.34–36]. Sus discípulos predicaron en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas las naciones y con autoridad [Lc 24.47]; [Hch 2.38]; [Hch 3.19]; [Hch 5.31]. Hoy en día nos encontramos con un montón de mensajes fríos y sin sentido que no sirven para nada y que no llegan, ni tocan al espíritu y el corazón del hombre, solo llegan a la carne: prosperidad, humanismo, psicología, materialismo, vanidad, vanagloria, soberbia, altivez, egocentrismo, etc., etc. Y los que van rumbo al infierno ¿Qué? Y mucho más de lo mismo y nunca recibirán lo que Cristo dijo; y eso por estar pensando en materialismo y prosperidad.

IV- EL PECADO Y EL CRISTIANO:

Las enseñanzas y obras de Jesucristo y los apóstoles dan un nuevo enfoque al concepto del pecado. En vez de medir las acciones de las personas de acuerdo con el legalismo de las “interpretaciones oficiales” de una serie de Mandamientos, Jesús partió siempre de la motivación [Mt 15.19]; [Mt 7.17]. Vio el Amor como la única fuerza capaz de derrotar al pecado [Mc 12.28; [Lc 7.47]. La misma victoria suya sobre el pecado es motivada por el amor divino [Jn 3.16]; [Jn 13.1], y tal amor de Dios había de motivar y capacitar asimismo a los suyos para vencer el pecado [Ro 12.8–10]; [1Jn 4.7–11]; [Ro 14.23], la fe actúa siempre por el amor.

Es a la luz de esta manera de ver el pecado que se puede comprender también otra novedad del Nuevo Testamento: La relación entre la culpabilidad y el nivel de desarrollo de la Conciencia de los fieles [Ro 14]; [1 Co 8.7–13].

Es notable que Pablo, hable del pecado casi exclusivamente en singular, viéndolo como un todo, como una potencia espiritual enemiga de Dios y del hombre al cual Cristo ha derrotado. Sin embargo, el Nuevo Testamento advierte a los creyentes sobre una serie de pecados individuales, y reconoce que la historia de Cristo está para realizarse por la fe en la vida de cada uno de los suyos [1 Jn 5.4].

La Biblia atribuye al Diablo el haber introducido y perpetuado el pecado en el mundo, pero deja sin resolver el enigma del origen del mal. (Impiedad, Transgresión).

V- IMPIEDAD:

Falta de Temor a Dios de parte del hombre que le conduce a asumir actitudes contrarias a la buena voluntad divina. Así hay personas que se caracterizan como impíos [1S 24.13]; [Gn 18.23]; [Jer 5.26], y tal característica se denomina impiedad.

La mentalidad hebrea no mantenía, por lo general, una distinción muy estricta entre el móvil y la obra procedente del mismo, de manera que las actividades motivadas por la impiedad en el hombre también se llaman colectivamente impiedad [Mal 3.15]; [Ro 1.18]; [Sal 7.14]. El concepto de la impiedad guarda relación estrecha con el de Pecado, dando lugar a que “impío” signifique a veces sencillamente “pecador” [Ro 4.5]; [Ro 5.6], o bien uno que se opone al justo, como es notable en el libro de los Salmos.

VI- TRANSGRESIÓN:  

Infracción de la Ley o de un mandamiento específico de Dios. El “pecado” en este sentido es transgresión [1Jn 3.4]. En un caso excepcional la transgresión se refiere a un delito contra las normas aceptadas de la justicia humana [Gn 31.36]. La imagen sugerida es de una persona que se sale del camino para andar por donde no le corresponde. Pablo emplea la palabra, sobre todo en Romanos, para señalar toda infracción de los mandamientos de Dios [Ro 4.15], ya sea la desobediencia de Adán [Ro 5.12–21], la de Israel [Ro 11.15–24] o la de todo el género humano [Ro 4.25] por el cual Cristo murió.

CONCLUSION:

El problema del pecado está resuelto. En el Nuevo Testamento la doctrina de la redención es cardinal. Todos las personas están esclavizadas por el pecado, y son “hijos de ira” [Ef 2.1–3]; [2 Ti 2.26]; necesitan, por tanto, ser redimidos. Entre los del pueblo de Dios eran muchos los que esperaban la redención divina. Ana, la viuda profetisa, confió y declaró que el niño Jesús, a quien logró conocer en el templo, era quien satisfaría esa esperanza [Lc 2.36–38].
Jesucristo realiza esta redención [Ro 3.24]; [Gl 3.13] por medio de su sangre preciosa y apreciada vertida en la cruz del calvario [Ef 1.7]; [Col 1.14]. El mismo habló de “dar su vida en rescate por muchos” [Mt 20.28]; y Pablo dice que Cristo “se dio a sí mismo en rescate por todos” [1Ti 2.6] para una redención que es eterna [Heb 9.12]. Él, pues, tomó nuestro lugar, y recibió el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados. Por tanto, un efecto justo y lógico de esta obra redentora en nosotros debe ser glorificar a Dios mediante una vida pura, fructífera y en santidad. La redención abarca al hombre como un todo y como tal lo transforma [1Co 6.20. La redención culminará gloriosamente en la “Resurrección” [Hch 26.18]; [Ro 8.15–23]; [1Co 15.55–57]. El momento glorioso de esperanza para los que sufren y tienen hambre y sed de justicia, la cual el Padre nos 
dará.

¡Gracia y paz de Cristo Jesús!