domingo, noviembre 22, 2009

PREPARADOS Y VESTIDOS PARA LA BODA

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. [MATEO 22:11-14]

Jesús responde a los dirigentes religiosos judíos sobre el rechazo que ellos harían al Mesías y su reino, les había presentado la parábola de los dos hijos y de los labradores malvados para graficarles esta verdad. Les plantea que aunque ellos eran los escogidos para ir al cielo debido a su rechazo, Dios llamaría a otros, “los gentiles”, las otras ovejas, los “injertados al olivo natural” o sea actualmente nosotros, lo que se conoce como “la iglesia gentil”. El tema de la gloriosa y divina celebración que habrá en el cielo cuando llegue la iglesia a la casa del Padre, es absolutamente claro y bíblico y además es la gran esperanza del corazón de cada cristiano. Dios ha preparado un lugar en la gloria para todos los que hemos creído y aceptado a Cristo, lo que los judíos rechazaron nosotros lo hemos recibido, lo que era para ellos lo disfrutaremos nosotros. Gozaremos en el cielo de una gloria, paz y felicidad incomparable y sin igual [Romanos 11:24] [Juan 14:2-3] [Apocalipsis 21:4]
Explicando la parábola:

En esta parábola Jesús muestra como un rey hizo fiesta de bodas a su hijo y envió a sus siervos a llamar a los “convidados a las bodas”, pero estos no quisieron venir. El rey tenía todo preparado; “todo está dispuesto”, pero ellos se negaron yéndose a sus negocios, a sus labranzas e inclusive mataron a algunos de sus siervos. Al oír esto el rey se enojó y los destruyó con sus ejércitos quemando sus ciudades [diáspora] el versículo 8 es emblemático “Entonces dijo a sus siervos: las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos” luego envió a sus siervos a llamar a los que no eran convidados, a los buenos y a los malos para que se llenara su casa. Al entrar a las bodas el rey vio a uno que no estaba vestido de bodas, ya que aunque ellos no eran los “convidados oficiales” al ser traídos a las bodas los vistieron de bodas, pero este no tenía la vestidura de boda, el rey lo echó de la casa “a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

La Biblia versión Católica Latinoamericana dice: “Y le dijo: Amigo, ¿Cómo entraste aquí sin traje de fiesta? Pero el otro se quedó callado”. Y la versión Vulgata Latina dice: “Y díjole: Amigo, ¿Cómo has entrado tú aquí, sin vestido de boda? Pero el enmudeció”. El silencio de este hombre da entender claramente que el rey no fue demasiado drástico o inmisericorde con él, sino que no podía lisa y llanamente estar en la boda sin estar vestido para tal ocasión. Se había “colado” o infiltrado en la fiesta como tantos que están en la iglesia cantando, escuchando la Palabra, recibiendo el amor de los hermanos sin estar vestidos de santidad y sin tan siquiera ser hijos de Dios; muchos fingen ser cristianos pero sus hechos lo niegan, algunos de ellos saben mucha Biblia, hablan muy bien la Palabra de Dios, otros predican y dan sus mensajes para confundir a la gente; otros enseñan doctrinas falsas para arrastrar tras sí a los débiles en la fe; otros tienen el ministerio de pedir dinero para saquear a la gente, algunos de ellos lloran para que la gente se compadezca y aflojen el dinero; pero son hijos del malo, que siembran cizaña, y ese es el ministerio de los hijos de Lucifer sembrar lo malo en las iglesias cristianas.

El tribunal de Cristo y las bodas del Cordero:

De toda la gama de actividades que se realizaran en el cielo una vez que la iglesia suba al tercer Cielo, hay dos principales: el tribunal de Cristo y las bodas del cordero. Al subir al cielo como muchas veces hemos enseñado antes de celebrar las bodas del cordero, debemos presentarnos primero en lo que se conoce como “el tribunal de Cristo” para rendir cuenta de lo que hicimos mientras estábamos en el cuerpo sea bueno o sea malo [1 Corintios 3:12-14] [Romanos 14:12] [1 Corintios 13:12-15] allí seremos recompensados o perderemos la recompensa [1 Corintios 4:1-5] [1 Juan 2:28] [Romanos 2:10] este aunque no será un tribunal para condenación, será un tribunal supremo y solemne que todo creyente debe enfrentar desde el más nuevo hasta el más antiguo [1 Pedro 4:17-18].
Luego del tribunal de Cristo comenzarán las llamadas bodas del cordero. Esta gran “fiesta” será el momento culmine de la redención, el solemne y glorioso momento de la unión mística de Cristo con su iglesia. Esta unión es siempre ejemplarizada como una gran boda. Jesús en la parábola de las 10 vírgenes dice que las que estaban preparadas entraron con él a las bodas [Mateo 25:10], el señor también enseñó que el siervo vigilante espera que su señor regrese de las bodas a buscarlo [Lucas 12:36]. Además esta parábola es muy similar a la parábola de la gran cena [Lucas 14:15-2] y se usa en ella prácticamente la misma enseñanza para plantear el rechazo de Israel al gran llamado de Dios. El señor Jesús dijo a los discípulos de Juan; “¿acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?...” [Mateo 9:15] y Juan el bautista dijo en una ocasión; “El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo…” [Juan 3:29].
El Apocalipsis de Juan dice: “gocémonos y alegrémonos y demos gloria; por que han llegado las bodas del cordero” [Apocalipsis 19:7] y dice también: “…bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del cordero” [Apocalipsis 19:9]. Aquí en este libro escatológico y último del canon sagrado se revela claramente que mientras en la tierra existe para la humanidad impía y pecadora caos, juicios, ira divina y confusión, en el cielo no obstante, existe para los creyentes fieles a Cristo y a su santa Palabra gloria, fiesta, paz y celebración, cumpliéndose fielmente el plan divino de todas las edades.

¿Qué significa estar vestido de boda?

La parábola plantea el rechazo, la negación y expulsión de aquel que no estaba vestido de bodas, Dios lo desconoció lo trató solo de “amigo” [Mateo 7:21-23] y lo echó fuera del palacio real a las horrorosas tinieblas del infierno. Estar vestido de bodas simboliza un estado de preparación, de consagración a Cristo, un estado de santidad; “en todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza” [Eclesiastés 9:8]. La Biblia le llama estar vestido de lino fino, limpio y resplandeciente [Apocalipsis 19:8], estar vestido de vestiduras blancas [Apocalipsis 3:4-5], estar vestidos de Jesucristo [Romanos 13:14], vestidos como escogidos de Dios [Colosenses 3:12].

Cuando llegue aquel momento Él te preguntará cara a cara: ¿estás tú vestido para la gran boda? “Amigo, ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda?”, tú tienes la respuesta.