domingo, noviembre 14, 2010

LA ELECCION DE LA BUENA PARTE


[Lucas 10.38-42]  Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Dos hermanas, Marta y María, estaban ocupadas alistándose para la visita de Jesús. Al llegar, la primera hermana centró su atención en Él, mientras que la otra; aunque recibió a Jesús en su vida; se enfocó en los preparativos y se impacientó porque su hermana María no estaba ayudándola. Podemos pensar que Marta tenía razón, de manera que habiendo trabajo que hacer, su hermana no debía estar sentada. Luego escuchamos el punto de vista del Señor Jesús. Al ver que Marta estaba ansiosa y preocupada por muchas cosas, cuando sólo una era necesaria, dijo que María había escogido la buena parte.

Hay algunas lecciones importantes que podemos aprender de esta historia y aplicarlas a nuestra vida. Primera lección: Para tener comunión con el Señor Jesús, es posible que tengamos que desatender algunas cosas. Él sabía cuánto habían estado trabajando las mujeres, y lo mucho que deseaba Marta terminar las tareas. Pero su mayor necesidad era pasar tiempo con Él. Su objetivo debía ser escuchar, aprender y relacionarse con Jesús.

La segunda lección: Es que nuestra decisión de renunciar a una actividad puede ser malinterpretada. Marta no comprendió, en realidad, la decisión de su hermana. Además, si no pasamos tiempos con el Señor, puede haber consecuencias desagradables en nuestro diario vivir. El desenfoque de Marta la llevó al afán y a la turbación; demasiada ocupada en otras cosas. Jesús la invitó a elegir lo mejor, es decir, estar con Él. Y ésta es la elección de la buena parte.

Es esencial para nuestra salud espiritual tener el hábito de buscar la comunión con el Señor. La relación regular con Él agudizará nuestro enfoque en lo que es más importante para Él.

Aun en nuestro trabajo diario, podemos aprender cómo mantenernos conscientes de su presencia y actuar conforme a su voluntad.

Sentarse a los pies de Cristo significa disposición pronta para recibir su palabra, y sumisión a su dirección. Marta estaba preocupada de atender a Cristo y a los que venían con Él. Aquí había respeto hacia nuestro Señor Jesús en la atención correcta de sus quehaceres domésticos, pero había algo de culpa. Ella estaba muy dedicada a servir: abundancia, variedad, y exactitud. La actividad mundanal es una trampa para nosotros cuando nos impide servir a Dios y obtener lo bueno para nuestras almas. ¡Cuánto tiempo se desperdicia innecesariamente y, a menudo, se acumulan gastos para atender a quienes profesan el evangelio! Aunque Marta era culpable en esta ocasión, era, no obstante, creyente verdadera y su conducta general no descuidaba la cosa necesaria. El favor de Dios es necesario para nuestra dicha: la salvación de Cristo es necesaria para nuestra seguridad. Donde se atienda esto, todas las demás cosas tomarán su correcto lugar. Cristo declaró: María ha elegido la buena parte. Porque una cosa es necesaria, y esta cosa hizo ella, rendirse a la dirección de Cristo. Las cosas de esta vida nos serán quitadas por completo cuando nosotros seamos quitados de ella, pero nada nos separará del amor de Cristo y de tener parte en ese amor. Los hombres y los demonios no pueden quitárnoslo, y Dios y Cristo no lo harán. Preocupémonos con más diligencia de la única cosa necesaria. Y ésta es la elección de la buena parte.

!Gracia y Paz sean a tu vida!