jueves, mayo 17, 2012

EL MENSAJE DE CRISTO A LAS SIETE IGLESIAS



Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.  El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias [Ap 1:19-20]

Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento y es el más extraordinario, es a la vez una revelación del futuro [Ap 1: 1-2,20], una profecía [Ap 1:3]; [Ap 22:7, 10,18-19] y un conjunto de siete cartas [Ap 1:4,11]; [Ap 2:1]]; [Ap 3:22]. Apocalipsis está escrito en forma “apocalíptica”, un tipo de literatura judía que emplea imágenes simbólicas para comunicar esperanza (en el triunfo final de Dios) a quienes se hallan en medio de la persecución. Los acontecimientos están ordenados conforme a la literatura en lugar de seguir patrones estrictamente cronológicos. Apocalipsis es una palabra griega que se traduce revelación en [Ap 1:1]. El libro es una revelación profética con relación a la esencia de su contenido, una profecía respecto a su mensaje y una carta con relación a sus destinatarios.
Cinco asuntos importantes acerca del trasfondo del libro se revela en el capitulo uno:

 1]- Es la revelación de Jesucristo [1:1]
2]- Esa revelación se le comunico al autor [1:1,10-18]
3]- La comunicación fue a Juan, siervo de Dios [1:1, 4,9]; [22:8]
4]- Juan recibió las visiones y el mensaje apocalíptico mientras estaba exiliado en la Isla de Patmos (80 Km. al suroeste de Efeso) a causa de la Palabra de Dios y de su propio testimonio [1:9]
5]- Las destinatarias originales fueron siete iglesias de la provincia de Asia [1:4,11].

El propósito principal de Apocalipsis tiene tres aspectos importantes:

1]- Las cartas a las siete iglesias revelan que ocurrían en el Nuevo Testamento desviaciones graves de las normas apostólicas de verdad y justicia, entre muchas iglesias de Asia. Juan escribe de parte de Cristo para reprender su acomodo y pecado, y llamarlas al arrepentimiento y a volver a su primer amor.

2]- En vista de la persecución que resultó del endiosamiento de sí
mismo de Domiciano, Apocalipsis se dio a las iglesias para fortalecer su FE, resolución y fidelidad a Cristo, y para inspirarlas a ser vencedoras y a permanecer fieles aun hasta la muerte.

3]- Finalmente, se escribió para dar a los creyentes de todas las generaciones la perspectiva de Dios de su fiero conflicto con las fuerzas combinadas de Lucifer al revelar la culminación de la historia. Revela en particular los acontecimientos de los últimos siete años que preceden a la segunda venida de Cristo; que Dios prevalecerá y librará a sus santos derramando su ira sobre el reino de Satanás; y luego a esto seguirá la Segunda Venida de Cristo para establecer su Reino Milenial.  

I - EL VALOR DEL MENSAJE DE APOCALIPSIS

Los mensajes de Cristo a siete iglesias locales al occidente de Asia Menor son también para la exhortación, advertencia y edificación de los creyentes y las iglesias de toda esta época [Ap 2:7, 11, 17,19]; [Ap 3:6, 13,22]. 

El valor de esos mensajes para las iglesias de hoy abarca:

1]- Una revelación de lo que Jesucristo ama y valora en sus iglesias, y de lo que aborrece y le desagrada.

2]- Una declaración de Cristo con respecto a las consecuencias de la desobediencia y la negligencia espiritual, y las recompensas por la vigilancia espiritual y la fidelidad a Cristo.

3]- Una norma por la cual cualquier iglesia o persona pudiera juzgar su verdadero estado espiritual delante de Dios.

4]- Un ejemplo de los métodos de ataque de Satanás contra la iglesia o el creyente.   

II - ¿ QUÉ ALABA CRISTO DE LA IGLESIA? 

Cristo alaba a la iglesia que no tolera a los malos [Ap 2:2]; pone a prueba la vida, la doctrina y las afirmaciones de los dirigentes cristianos que perseveran en la FE, el amor, el testimonio, el servicio y el sufrimiento por Cristo [Ap 2:3, 10, 13, 19,26]. 

Una de las mayores preocupaciones que Cristo expresó en su mensaje final a las siete iglesias, era que ellas no cayeran en la tolerancia a los falsos maestros, profetas o apóstoles que estaban tergiversando su Palabra y debilitando su poder y autoridad.

1]- Cristo instruye a las iglesias a que prueben a todo aquel que dice ser apóstol, profeta o maestro, o dice tener autoridad espiritual.

2]- Cristo reprendió a las iglesias de Pérgamo  [vv 14-16] y de Tiatira [v 20] por aceptar en vez de resistir a los que son infieles a la verdad, a la justicia y a las normas de la Palabra de Dios. Es posible que haya discrepancias de opinión entre los cristianos en algunas cuestiones, pero no hay lugar para la herejía y la inmoralidad. Tal vez nuestra ciudad no participe en fiestas idolátricas, pero es posible que permita la pornografía, el pecado sexual, el chisme, el engaño y la mentira. No podemos tolerar el  pecado bajo la presión de ser una persona de mente abierta y renovada. La renovación del entendimiento debe ser a diario [Ro 12:2] y nos daremos cuenta cuál es la voluntad de Dios para nosotros.


III - ¿QUÉ ABORRECE CRISTO DE LA IGLESIA? 

Cristo aborrece lo que Dios aborrece [Ap 2:6]. Por medio de Juan, Jesucristo elogia a la iglesia de Éfeso por aborrecer las obras perversas de los nicolaítas. Nótese que no aborrecen a las personas sino solo su conducta pecaminosa. Acepte y ame a todos y niéguese a tolerar todo lo malo; no venda el mensaje original de Cristo y los apóstoles por treinta monedas de plata. Dios no puede tolerar el pecado y espera que nosotros nos opongamos a él. El mundo necesita cristianos que defiendan la verdad de Dios y que conduzcan a la gente hacia la vida recta.

1]- Las obras de los Nicolaítas:  Los nicolaítas eran creyentes que habían acomodado su fe a fin de disfrutar de algunas de las prácticas pecaminosas de la sociedad efesia. Algunos creen que el nombre nicolaítas es el equivalente griego de la palabra hebrea que significaba “balaamitas”. Balaam fue un profeta que indujo a los israelitas a seguir sus deseos pecaminosos  [Ap 2:14]; [Números 31:15, 16]. Cuando vamos a participar en algo que sabemos que es malo, a menudo usamos excusas para justificar nuestra conducta. Decimos que no es tan malo como parece o que no dañará nuestra FE. Cristo emplea palabras muy duras para los que buscan excusas para pecar.

Los Nicolaítas [v15] afirmaron, al igual que la enseñanza de Balaam [v14], que la inmoralidad sexual no afectaba la salvación personal en Cristo. Hoy en día el cristianismo moderno esta pintado con doctrinas satánicas y corruptas; como por ejemplo: “Salvo, siempre salvo”. El Nuevo Testamento declara claramente lo contario; tales personas no heredarán el reino de Dios [1Co 6:9-10]. Dios detesta la herejía que enseña que se puede ser salvo y al mismo tiempo llevar una vida inmoral. Aborrecer lo que Dios aborrece es una característica esencial de quienes son fieles a Cristo [Sal 139:21]; [Pr 8:13].
Estas doctrinas encubiertamente dentro de las iglesias tratan de dañar a los verdaderos hijos de Dios y una característica fundamental de los malvados es que aman la oscuridad, en otras palabras, sienten placer en el pecado y la inmoralidad [Ro 1:18-32]; [Fil 3:19]; [2Ti 3:2-5]; [2P 2:12-15]. Por el contrario, los que de veras han nacido de nuevo aman la justicia y aborrecen la maldad, y se afligen cuando ven las acciones injustas de las personas depravadas [1Co 13:6]. No se complacen en la diversión sensual ni en la expresión de la conducta pecaminosa que se manifiestan tan abiertamente en la sociedad moderna [Sal 97:10]; [Pr 8:13]; [Ro 12:9].
No basta que los hijos de Dios amen la justicia; deben además aborrecer el mal. Eso es evidente en la devoción de Cristo a la justicia [Is 11:5] y su rechazo a la maldad durante su vida, ministerio y muerte.

A]- La fidelidad de Cristo a su Padre mientras estaba en la tierra, la cual demostró con su amor a la justicia y el rechazo a la maldad, es el fundamento de la unción de Dios a su Hijo; de la misma manera, la unción de los creyentes se producirá sólo a medida que se identifiquen con la actitud de su Maestro hacia la justicia y el mal [Sal 45:7].

B]- Aumentará en ellos el amor a la justicia y el rechazo al mal de dos maneras:
- al crecer en el amor sincero y en la compasión por aquellos cuya vida destruye el pecado.
- al tener una unidad cada vez mayor con su Dios y Señor, que amó la justicia y aborreció la maldad [Sal 94:16]; [Sal 97:10]; [Pr 8:13]; [Am 5:15]; [Ro 12:9]; [1Jn 2:15]; [Ap 2:6].

2]- La doctrina de Balaam: Balaam fue un falso profeta que vendió sus servicios a un rey idólatra y lo incitó a tentar a Israel a que acomodara su FE a la idolatría [Nm 22:5-7]; [Nm 25:1-2]; [Nm31:16]; [Nm 25:2]. Por lo tanto, la doctrina de Balaam se refiere a los maestros y predicadores corruptos y burladores [2P 3:3]; [Judas 1:18] que llevan al pueblo de Dios a una funesta avenencia con la inmoralidad, la mundanalidad y las falsas ideologías, todo por causa de superación personal o de ganancia económica. 
Es evidente que la iglesia de Pérgamo tenía maestros que enseñaban que eran compatibles la salvación por la FE y un estilo de vida inmoral. Los falsos apóstoles, profetas y maestros que lideran iglesias tienen un amor desmedido por la honra y la ganancia material a expensas del pueblo de Dios [Nm 31:16]; [Ap 2:14]; [Nm 25:2]. El apóstol Pedro pone de relieve que la inmoralidad sexual, el amor a la honra y la codicia del dinero caracterizan a los falsos maestros y predicadores del tiempo del fin [2Pedro 2].

Después que Balaam había fracasado en su intento de separar a los israelitas del Señor, les aconsejó a los moabitas que trataran de separar a los israelitas de su Dios atrayéndolos a la inmoralidad y a la adoración sensual de dioses falsos. Como castigo, se le dio muerte [Nm 31:8]; [Jos 13:22].

3]- Jezabel, la profetisa: Un pecado que prevalecía en la iglesia de Tiatira era la tendencia a tolerar el pecado, la injusticia y la enseñanza contraria a la Palabra de Dios de parte de sus dirigentes.

A]- A cierta persona el apóstol Juan la llama Jezabel, nombre derivado de la Jezabel del Antiguo Testamento y que es sinónimo de idolatría, de hechicería y de persecución [1R 16:21]; [1R 19:1-3]; [1R 21:1-15]; [1R 21:25]. Jezabel la esposa malvada de Acab, su propósito principal era desarraigar la adoración del Señor y reemplazarla con el Baal de Tiro como el dios principal de Israel. Ella fracasó en eso. En cambio, su nombre se ha convertido en sinónimo de iniquidad, hechicería, perfidia y seducción espiritual. El apóstol Juan emplea el nombre Jezabel para una falsa profetisa dentro de la iglesia de Tiatira, que estaba llevando al pueblo de Dios a la inmoralidad y al espíritu mundano; y hoy en día se conocen y se pueden identificar dentro de las iglesias alrededor del mundo muchas profetisas con estas características, y es muy común en la mayoría de las iglesias, ver a las mujeres ejercer autoridad sobre el varón; y hay muchos ejemplos de esto en televisión cristiana. Es probable que algunos creyentes de Tiatira aceptaran a los falsos maestros porque decían hablar de parte de Dios y exhibían gran carisma, éxito e influencia. Cristo aborrece ese pecado de tolerancia.

B]- Se debe rechazar a todo orador (predicador) que dé la impresión de que sus propias palabras son más autorizadas que la revelación bíblica [1Co 14:29] y que afirme que Dios acepta dentro de la iglesia a cualquiera que comete actos de inmoralidad y participa en los placeres mundanos. Con frecuencia algunos dentro de las iglesias toleran tales falsas enseñanzas por indiferencia, amistad personal o temor a la confrontación, o por el deseo de paz, armonía, ascenso personal o dinero. Dios pedirá cuentas a tales iglesias, junto con sus dirigentes [Ap 2:20-23]; [Lc 17:3-4]. Debe mantenerse con claridad la distinción entre la profecía como don espiritual y la profecía como parte de las Sagradas Escrituras, aun cuando en ambos casos se recibe un mensaje de parte de Dios.

C]- Los escritores de la Biblia recibieron sus mensajes por inspiración directa del Espíritu Santo y lo comunicaron sin error alguno [2P 1:21].  Así se produjo un mensaje infalible.

D]- En cambio, no debe asignársele a la profecía descrita en los Capítulos [12 y 14] de Corintios la misma autoridad o infabilidad que a la Palabra inspirada de Dios [2Ti 3:16]. Aunque venga por el impulso del Espíritu, jamás debe considerarse infalible esa clase de profecía; pues el mensaje que contiene está siempre sujeto a la confusión y al error humano. 
Es por eso que hay tanta confusión en las iglesias; por ese tipo de profecías; y es por eso que se han levantado tantos predicadores que hacen errar al pueblo de Dios con doctrinas nuevas y confusas, creyendo que Dios los ha llamado a algún ministerio, o pastorear alguna iglesia. Hoy en día se profetiza más de lo que se estudia la Palabra de Dios y la gente en las iglesias viven con ese entusiasmo de recibir alguna profecía para recibir algún ministerio o cargo importante dentro de la iglesia. Nunca debe ponerse en el mismo nivel la profecía actual hasta que los demás creyentes juzguen el contenido del mensaje a fin de determinar si tiene validez [1Co 14:29]. El criterio primordial de juicio es la Palabra de Dios escrita. Debe juzgarse toda experiencia y todo mensaje a la luz de la Palabra de Dios escrita.

E]- Debe evaluarse y pesarse cuidadosamente toda profecía en cuanto a lo que se dice. Eso demuestra que la profecía en el Nuevo Testamento no era infalible y pudiera haber necesitado corrección.

A veces el profetizar y el hablar en lenguas pudiera no ser obra de Dios [1Jn 4:1]; la razón para probar cada espíritu, o sea, la persona movida o inspirada por un espíritu, es que muchos falsos profetas se infiltrarán en las iglesias. Eso será sobre todo cierto al aumentar la tolerancia de las doctrinas erróneas que no son bíblicas hacia el fin [Mt 24:11]; [1Ti 4:1]; [2Ti 4:3-4]; [2P 2:1-2]. A los creyentes se les requiere que pongan a prueba a todos los maestros, escritores, predicadores, y profetas que digan que son creyentes, y en realidad a cualquiera que afirme que su obra o mensaje proviene del Espíritu Santo. Los creyentes nunca deben suponer que un ministerio o una experiencia espiritual proceden de Dios sencillamente porque alguien lo afirme. Además, ninguna doctrina o enseñanza puede aceptarse como verdadera únicamente sobre las bases del éxito, de los milagros o de la aparente unción [Mt 7:22]; [1Co 14:29]; [2Ts 2:8-10]; [2Jn 7]; [Ap 13:4]; [Ap 16:14]; [Ap 19:20]. Toda enseñanza debe compararse con la revelación de la verdad de Dios en las Escrituras [Ga 1:9]. 
Es el espíritu de la enseñanza el que debe probarse; por lo tanto, la enseñanza debe tener la misma clase de espíritu y énfasis que la enseñanza apostólica del Nuevo Testamento. Se debe cuidar de cualquier enseñanza que una persona asegure que ha recibido del Espíritu Santo, de un ángel o de Jesús mismo que no pueda respaldar con buena exégesis bíblica. Muchos predicadores en la actualidad afirman haber visto a Jesús en persona, y con nuevas revelaciones [2Co 11:14]. Los espíritus malos, mediante la presencia de falsos maestros, falsos predicadores y falsos profetas, pueden obrar en las congregaciones. Profetizar, hablar en lenguas o tener algún don sobrenatural no es garantía de que alguien sea verdadero profeta o creyente; porque el mismo Satanás y sus demonios pueden falsificar los dones espirituales [Mt 24:24]; [2Ts 2:9-12]; [Ap 13:13-14]; y como ocurrió en Egipto con los hechiceros de Faraón [Ex 7:11,22,]; [Ex 8:7]. Si la iglesia no ha establecido métodos apropiados y ordenados para juzgar las profecías, ha hecho caso omiso de las enseñanzas bíblicas. La profecía no se considera bíblicamente como un impulso irresistible del Espíritu, porque sólo puede hablar un profeta a la vez [1Co 14:30-32]. La iglesia debe examinar toda profecía según la norma de la verdad bíblica [Dt 13:1-3]. Cuanta gente destruída, con corazones quebrantados, dolidos y desilusionados por falsas profecías; y terminando en el mundo por las mentiras; por otro lado gente que levanta ministerios por falsas profecías; aparentemente al principio todo funciona muy bien; y luego se termina confundiendo a la gente, y esto es para arruinar a las personas y apagar la FE de muchos. 
Los creyentes deben esperar que se cumpla tal profecía y deben estar preparados en el caso de que no se cumpla.

IV -  ¿CÓMO CRISTO RECOMPENSA A LAS IGLESIAS?

Cristo recompensa a las iglesias que perseveran y permanecen fieles a Él y a su Palabra de la siguiente manera:

 1]- Librándolas de la hora de la prueba que vendrá sobre todo el mundo [Ap 3:10]

2]- Dándoles su amor, presencia e íntima comunión [Ap 3:20]

3]- Bendiciéndolas con la vida eterna con Dios [Ap 2:11, 17,26]; [Ap 3:5, 5,12]; [Ap 3:5,12]; [Ap 21:7]. 

V - ¿QUÉ DESAPRUEBA CRISTO DE LA IGLESIA?

Cristo desaprueba a la iglesia que le resta valor a la devoción personal e íntima a Él y al Padre [Ap 2:4]; se aparta de la FE bíblica; tolera dentro de ella a dirigentes, maestros o laicos inmorales [Ap 2:14-15,20]; muere espiritualmente [Ap 3:1] o se vuelve tibia [Ap 3:15-16]; y sustituye la verdadera espiritualidad, es decir, la pureza, la rectitud y la sabiduría espiritual [Ap 3: 18] con el éxito y la opulencia aparentes [Ap 3:17].
Laodicea era la ciudad más opulenta de las siete que había en Asia. Se le conocía por su banca industrial, la manufactura de lana y la escuela de medicina que producía un medicamento para los ojos. Pero la ciudad siempre tuvo un problema con el suministro de agua. En cierta oportunidad se construyó un acueducto para transportar agua a la ciudad desde manantiales de agua caliente. Pero cuando el agua llegaba a la ciudad, no estaba ni caliente ni fría, solo tibia. La iglesia había llegado a ser tan insípida como el agua tibia que llegaba a la ciudad.
El agua tibia es desagradable. La iglesia de Laodicea se había vuelto tibia y por lo tanto era desagradable y repugnante. Los creyentes no adoptaban una posición firme. La indiferencia los había conducido a la ociosidad. Al dejar de hacer algo por Cristo, la iglesia se había endurecido y estaba satisfecha de sí misma. Estaba destruyéndose. No hay nada más desagradable que un cristiano solo de nombre que es autosuficiente. 
Algunos creyentes suponían equivocadamente que la abundancia de bienes materiales eran indicio de la bendición espiritual de Dios; mentiras satánicas; como el “evangelio de la prosperidad”. 
Laodicea era una ciudad rica y la iglesia también lo era. Pero lo que la iglesia pudo ver y comprar llegó a ser más valioso para ellos que lo que no se ve y es eterno. La riqueza, el lujo y la comodidad pueden convertir a las personas en confiadas y satisfechas de sí mismas, altivas, arrogantes, soberbias, y creen que pueden apoyarse en el éxito y la fama. Pero por mucho que usted tenga, no tiene nada si no posee una comunión vital con Cristo. En vez de concentrarnos en la comodidad y el lujo, busquemos la verdadera riqueza en Cristo; Dios nos manda que ayudemos a los desprotegidos, al huérfano, a la viuda, al extranjero; y en ciertos caso vender lo que poseemos para darlo a los pobres; difícil esto, pero es un mandamiento; demasiada pobreza hay en el mundo para no darnos cuenta. El evangelio de la prosperidad y sus predicadores se contradicen con lo que la Palabra de Dios expone y enseña.
A los de Laodicea se les conocía por su gran riqueza, pero Cristo les dijo que debían comprar oro de Él (el verdadero tesoro espiritual). La ciudad estaba orgullosa de su ropa e industrias de tintorería, pero Cristo les dijo que debían comprar vestiduras blancas de Él (su justicia y santidad). Laodicea se enorgullecía de su ungüento precioso para los ojos que curaba muchos problemas de la vista, pero Cristo les dijo que compraran medicina de Él para curar sus ojos a fin de que vieran la verdad [Juan 9.39]. Cristo les estaba mostrando a los de Laodicea que los verdaderos valores no radican en los bienes materiales sino en una buena comunión con Dios. Sus posesiones y logros no tenían valor, comparados con el futuro eterno del reino de Cristo.
Dios castigaría a esta iglesia tibia a menos que se apartara de su indiferencia y se volviera a Él. Su propósito al disciplinar no es castigar sino atraer a la gente hacia Él. Dios siempre nos disciplina para ayudarnos a salir de la indiferencia y de ideologías equivocadas que nos hacen creer los corruptos del evangelio que las riquezas materiales son un indicio de la bendición de Dios. Podemos evitar la reprensión y la disciplina de Dios buscándole cada vez más mediante la confesión, la oración, la adoración y el estudio de su Palabra. De igual modo el Espíritu Santo puede reavivar nuestro fervor por Dios cuando le permitimos obrar en nuestro corazón.
La iglesia de Laodicea era rica y se sentía satisfecha de sí misma, pero no contaba con la presencia de Cristo. Él estaba llamando a la puerta del corazón de los creyentes, pero ellos estaban tan ocupados disfrutando de los placeres mundanos que ni se daban cuenta de que Él intentaba entrar. Los placeres de este mundo dinero, seguridad, bienes materiales pueden ser peligrosos porque su satisfacción temporal nos puede volver indiferentes al ofrecimiento de Dios de darnos satisfacción eterna [1Ti 6:10]. Si descubre que es indiferente a la iglesia, a Dios o a la Biblia, ha empezado a sacar a Cristo de su vida. Siempre déjele abierta a Jesús la puerta de su corazón, y así lo oirá cada vez que llame. Dejar que entre es su única esperanza de satisfacción total.
Jesucristo está llamando a la puerta de nuestro corazón cada vez que sentimos que debemos volver a Él. Desea tener amistad con nosotros y quiere que le abramos la puerta. Él es paciente y persiste en su intento de llegar a nosotros, sin irrumpir y entrar, sino llamando. Nos permite decidir si le entregamos o no la vida a Él. Olvídese de las ideologías del evangelio fácil o de la prosperidad; la prosperidad de Dios llega cuando primero se busca el reino de Dios y su justicia [Mt 6:33], y la prosperidad llegara a nuestra alma para ser librados de la condenación eterna; y no permitamos que Lucifer nos engañe con las riquezas que perecen con el tiempo [Mt 6:20].

VI - ¿CÓMO ACTÚA CRISTO CON LAS IGLESIAS QUE TOLERAN LO INMORAL? 

1]- Quitándolas de su lugar en el reino de Dios [Ap 2:5]; [Ap 3:16].

2]- Haciendo que pierdan la presencia de Dios, el genuino poder del Espíritu, el verdadero mensaje bíblico de salvación y la protección de los creyentes de la destrucción de Satanás [Ap 2:5, 16,22-23]; [Ap 3:4,16]; Mateo 13, las parábolas del reino describen el bien y el mal dentro del reino de los cielos durante la época del fin.

3]- Poniendo a sus dirigentes bajo el juicio de Dios [Ap 2:20-23].


VII - ¿QUÉ REVELA EL MENSAJE DE CRISTO?

El mensaje de Cristo revela sobre la tendencia natural de las iglesias hacia el estancamiento, la decadencia y la apostasía espiritual 

1]- Las siete cartas sugieren que es la tendencia inherente de las iglesia errar, aceptar falsas doctrinas y adaptarse a los elementos malvados del mundo que se oponen a Dios. 

2]- Las iglesias a menudo caen bajo la influencia de personas apóstatas, malvadas e infieles [Ap 2:2,14-15,20]. Por eso el presente estado espiritual de una iglesia nunca se puede considerar prueba válida de la voluntad de Dios, ni justificación definitiva para determinar la verdad y la buena doctrina. El mensaje original de Cristo y los apóstoles, es la autoridad suprema por lo cual se miden la verdad y la falsedad. Los falsos apóstoles y obreros fraudulentos no tienen autoridad para determinar doctrinas, ni reformar la Palabra de Dios a gusto y antojo.

VIII - ¿COMO SE PUEDE EVITAR LA DECADENCIA ESPIRITUAL DE LAS IGLESIAS?

Las cartas del Apocalipsis a las iglesias revelan diversas maneras:

1]- Ante todo, todas las iglesias deben estar dispuestas a oír “lo que el Espíritu dice a las iglesias” [Ap 2:5-7,16-17,21]. La Palabra de Jesucristo siempre debe ser la guía de la iglesia [Ap 1:1-5], porque su Palabra, como les reveló a los apóstoles del Nuevo Testamento por medio del Espíritu Santo, es la guía por la cual las iglesias deben examinar sus creencias y actividades, y renovar su vida espiritual [Ap 2:7, 11, 17,29].

2]- Las iglesias deben examinar continuamente su condición espiritual ante Dios y, si es necesario, corregir su grado de tolerancia de la mundanalidad e inmoralidad entre los fieles [Ap 2:4,14-15,20]; [Ap 3:1-2, 14,17].

3]- La decadencia espiritual puede detenerse en cualquier iglesia o grupo sólo si hay arrepentimiento sincero y retorno diligente al primer amor, a la verdad, a la pureza, a la santidad y al poder de la revelación bíblica de Jesucristo [Ap 2:5-7,16-17]; [Ap 3:1-3,15-22].  


CONCLUSION:

La visión que Juan recibió se inicia con instrucciones para que él les escribiera a las siete iglesias. Las elogia por su firmeza y les advierte por sus flaquezas. Cada carta fue dirigida a una iglesia que existía, pero que también representa condiciones en la iglesia a través de la historia. Tanto en la iglesia como en nuestra vida individual, debemos combatir en forma constante la tentación de ser insensibles, inmorales, indulgentes, transigentes, sin vida o indiferentes acerca de nuestra FE. Las cartas aclaran cómo nuestro Señor siente acerca de esas características. Esta revelación es una advertencia a los cristianos que se han vuelto apáticos y un estímulo a quienes han permanecido fieles frente a las dificultades de este mundo. Ratifica que el bien triunfará sobre el mal, nos da esperanza en tiempos difíciles y dirección cuando titubeamos en nuestra FE. El mensaje de Cristo a la Iglesia es un mensaje de esperanza para todos los creyentes en cada generación.
Aunque pueda aumentar temporalmente el poder de Satanás, no debemos descarriarnos. Dios es todopoderoso. Él está en control de la situación. Él salvará a su verdadera familia y la llevará a la vida eterna. Como Él cuida de nosotros, podemos confiar absolutamente en Él.  La seguridad de la venida de Cristo les da a los cristianos que sufren la fortaleza para permanecer firmes. Podemos contemplar su venida como Rey y Juez. Tomando en cuenta que nadie sabe el momento en que aparecerá, debemos estar preparados en todo momento al mantener sólida nuestra FE.  Podemos ocupar un lugar junto con los que han sido fieles a Dios al creer en Cristo. La victoria es segura para los que resisten la tentación y hacen de su lealtad a Cristo su máxima prioridad [Mt 10:22].  La maldad y la injusticia no prevalecerán para siempre. Dios les pondrá fin en el juicio final. Debemos estar seguros de nuestra entrega a Jesucristo si queremos escapar del juicio final. Ninguna persona que rechaza a Cristo escapará del castigo de Dios.  Nuestra gran esperanza es que se hará realidad lo que Cristo prometió. Cuando tenemos confianza en nuestro destino final, podemos seguir a Cristo sin titubear, sin que importe lo que debamos enfrentar. Podemos alentarnos con la esperanza de que Él regresará por nosotros para llevarnos a las moradas eternas. 

!Gracia y Paz del Señor¡