sábado, mayo 05, 2012

LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS




En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados [1Corintios 15:52]


El concepto de la resurrección aparece en diversas maneras en la historia de las religiones. A veces se concibe como el despertar del alma del sueño de la muerte, a veces como la esperanza de que los muertos serán resucitados al final del mundo presente, y en ocasiones, como una resurrección colectiva de los justos luego del juicio. Hay ideas semejantes a estos conceptos de la Biblia, pero la resurrección tiene en ella un contenido y significado propios de la revelación que le son dados principalmente por la Resurrección de Jesucristo.


I- LA RESURRECCIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:


La idea de la resurrección no es prominente en el Antiguo Testamento. Se le encuentra principalmente en los escritos posteriores, y tanto la medida en que se afirma en el Antiguo Testamento como la influencia que otras religiones (babilónicas, zoroastrianismo) puedan haber ejercido son temas de discusión para los eruditos. Es posible afirmar, sin embargo, que lo primero que aparece en el Antiguo Testamento es la esperanza de una resurrección (en sentido figurado, una reconstitución) del pueblo de Israel después del cautiverio [Is 26.19]; [Ez 37.1–14]; [Os 6.1]. Y, aun más, el profeta Isaías prevé una resurrección de los muertos para participar en la restauración del pueblo.

No hay duda de que el Antiguo Testamento afirma que el poder del Señor se extiende también a la morada de los muertos [1S 2.6]; [Job 26.6]; (Seol). Por ello, aunque algunos pasajes discutidos pueden referirse a la liberación de un peligro inminente de muerte [Sal 16.10]; [Sal 49.15]; [Sal 86.13]; Os 13.14), está ya presente en ellos la esperanza de la resurrección que en [Daniel 12.2] se afirma con toda claridad. Aunque el Antiguo Testamento no presenta una doctrina sistemática de la resurrección, afirma sin dudas el poder del Señor, cuya justicia y misericordia no pueden ser detenidas por la muerte.

En los libros Apócrifos y seudoepigráficos la afirmación de la resurrección es casi universal. Se le espera con la restauración de Israel como un fenómeno corporal, aunque las ideas griegas de la Inmortalidad del alma también influyen en algunas sectas judías (Esenios; Rollos del Mar Muerto). Solo los saduceos niegan totalmente la resurrección [Mc 12.18]; [Hch 23.8]; [Hch 26.8].

II- LA RESURRECCIÓN EN LOS EVANGELIOS:

 Según los Evangelios, Cristo afirma la resurrección y la fundamenta en el poder y la voluntad de Dios [Mt 22.31]; por tanto, rechaza los conceptos burdos y materialistas al respecto [Mc 12.18–27]. Las resurrecciones que Jesús mismo realiza [Mc 5.35–42]; [Lc 7.11–17]; [Jn 11.1–44] no son aún la resurrección definitiva, sino una señal de la presencia del Reino de Dios [Lc 7.16] en la persona de Jesucristo; manifiestan su poder sobre todas las fuerzas enemigas, incluso la muerte. En el cuarto Evangelio se destaca que el que cree en Jesucristo ya tiene una vida nueva, “resucitada”, que se revelará en la resurrección final [Jn 6.39, 44, 54]; [Jn 11.17–27], etc.

 III- LA RESURRECCIÓN DE CRISTO:

La resurrección del Señor es la manifestación cumbre del triunfo sobre la muerte [1Co 15.25]. Con ella comienza una nueva era, “los tiempos del fin”, y el creyente, que por la fe se incorpora a Cristo, participa del poder de esa nueva vida, el poder de la resurrección y por tanto comparte la vida del Resucitado y su triunfo sobre la Muerte [Jn 14.19]; [Hch 26.23]; [Ef 2.5]; [Col 1.18]. El cristiano vive en la seguridad de la resurrección [1Co 15.20–36]; [2Co 4.14]; [Col 1.18], ya que el Espíritu Santo es agente de la misma [Ro 8.11].

 La resurrección de Cristo está bien comprobada históricamente. Después de su resurrección, Cristo permaneció en la tierra por cuarenta días, apareciéndoseles y hablándoles a los apóstoles y a muchos de sus seguidores. Las apariciones después de la resurrección son como siguen:

 1]- María Magdalena [Jn 20:11-18]
2]- Las mujeres que volvían de la tumba [Mt 28: 9-10]
3]- Pedro [Lc 24:34]
4]- Los dos que iban de camino a Emaús [Lc 24:13-32]
5]- Todos los discípulos, excepto Tomás, y otros con ellos [Lc 24: 36-43]
6]- Todos los discípulos el domingo por la noche, una semana más tarde [Jn 20:26-31]
7]- Los siete discípulos junto al Mar de Galilea [Jn 21:1-25]
8]- Las quinientas persona en Galilea [1Co 15:6]
9]- Jacobo (Santiago) [1Co 15:7]
10]- Los discípulos que recibieron la Gran Comisión [Mt 28: 16-20]
11]- Los apóstoles en la ascensión [Hch 1:3-11]
12]- El apóstol Pablo [1Co 15:8] 

IV- SÍMBOLOS Y FIGURAS DE LA RESURRECCIÓN:

En el Nuevo Testamento es realmente poca la especulación acerca del modo y características de la resurrección. Frecuentemente se ilustra con símbolos y figuras corrientes en el ambiente: vestiduras blancas, o fragancia y luminosidad que representan lo nuevo, puro y glorioso de la nueva vida [1Co 15.41, 53]; [2Co 2.15]; [Ap 3.5]; [Ap 6.11]; etc., la semilla que brota o el despertar del sueño [Jn 12.24]; [1Co 15.6, 20, 43, 51]; [Ef 5.14]; [1Ts 4.13–17]. Es notable que el Nuevo Testamento acepta las doctrinas del judaísmo sobre un Juicio final y las vincula a la parusía del Señor [Hch 24.15]; [1Ts 4.13] (Segunda Venida).

V- EL CUERPO DE RESURRECCIÓN:

En Apocalipsis encontramos también la idea de dos resurrecciones [Ap 20.4], pero en otros escritos se habla de una sola y un juicio [Jn 5.28]. Lo que se destaca es, en todo caso, la participación de los creyentes en la victoria de Cristo [Ro 5.17]; [2Ts 1.10]; [Ap 20.4].

 El 
apóstol  Pablo habla de un “Cuerpo de resurrección” y en contraste con una doctrina cruda de continuidad, señala la diferencia entre la vida futura y la vida actual (incorruptibilidad, gloria, etc.). Destaca el carácter personal, concreto y comunitario de la vida resucitada, en oposición a las ideas de una Inmortalidad puramente incorpórea y aislada, individualista [Ro 8.11]; [1Co 15.35]; [Flp 3.21]; [1Jn 3.2]. Y como en otros aspectos del tema, Jesucristo es el modelo y señal de la nueva vida: seremos semejantes a Él; veremos a Dios cara a cara; permanecerá el amor; esto es lo más importante acerca de la nueva vida. Dios dispone un cuerpo espiritual porque es el que mejor conviene a la expresión del Espíritu.

VI- ESTADO INTERMEDIO:

Con respecto a un “estado intermedio”, entre la muerte y la resurrección, Pablo utiliza la imagen del sueño. No se describe la naturaleza de ese estado, pero sí se afirma que el creyente está con Cristo, y por tanto, es una experiencia positiva y gozosa [Flp 1.22]. Finalmente, hay que señalar que en el Nuevo Testamento la esperanza de la resurrección, lejos de conducir a un descuido de las tareas y responsabilidades de esta vida, les da sentido y estímulo. El creyente anticipa en esta vida, en fe, esperanza y amor, la calidad de vida que aguarda plenamente en la resurrección.

 
VII- LA RESURRECCIÓN DEL CUERPO:

Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? [1Co 15:35].

La resurrección del cuerpo es una doctrina fundamental en las Escrituras. Se refiere a la acción de Dios de resucitar a un cuerpo de entre los muertos y reunirlo con el alma y el espíritu de la persona, de la cual estuvo separado durante el estado intermedio.

La Biblia revela por lo menos tres razones por la cuales es necesaria la resurrección del cuerpo:

1]- El cuerpo es parte esencial de toda la personalidad humana; los seres humanos quedan incompletos sin cuerpo. Por eso la redención que Cristo ofrece se aplica a toda la persona, incluso el cuerpo [Ro 8:18-25].

2]- El cuerpo es templo del Espíritu Santo [1Co 6:19]; llegará a ser una vez más templo del Espíritu Santo en la resurrección.

3]- Para deshacer el resultado del pecado en todos los niveles, debe vencerse al enemigo final de la humanidad (la muerte del cuerpo) mediante la resurrección [1Co 15:26].

VII- UN CUERPO COMO EL DEL SEÑOR:  

En términos generales, el cuerpo resucitado del creyente será como el cuerpo resucitado del Señor [Ro 8:29]; [1Co 15:20,42-44,49]; [Fil 3:20-21]; [1Jn 3:2].

El cuerpo resucitado:

A]- Será reconocible [Lc 16:19-31]

B]- Será transformado en cuerpo celestial adaptado para el nuevo cielo y la nueva tierra [1Co 15:42-4447-48]; [Ap 21:1]

C]- Será imperecedero, libre de la descomposición y de la muerte [1Co 15:42]

D]- Será glorificado como el de Cristo [1Co 15:42]; [Fil 3:20- 21]

E]- Tendrá poder y no estará sujeto a enfermedades, ni a debilidades [1Co 15:43]

F]- Será espiritual y no limitado por las leyes de la naturaleza [Lc 24:31]; [Jn 20:19]; [1Co 15:44]

G]- Podrá comer y beber [Lc 14:15]; [Lc 22:14-18,30]; [Lc 24:43]

Cuando los creyentes reciban su nuevo cuerpo, se revestirán de inmortalidad [1Co 15:53]. Las Escrituras indican por lo menos tres propósitos:

A]- Para que los creyentes lleguen a ser todo lo que Dios se propuso en la creación para los seres humanos [1Co 2:9]

B]- Para que los creyentes conozcan a Dios de la manera completa que Él desea [Jn 3:16]; [Ef 2:7]; [1Jn 4:8-16].


Los fieles que estén vivos cuando Cristo vuelva por sus seguidores tendrán la misma transformación corporal que los que hayan muerto en Cristo antes del día de la resurrección [1Co 15:51-53]. Se les dará un nuevo cuerpo como el de los resucitados en esa ocasión. No sufrirán la muerte física.

Cristo dice que “los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” [Jn 5:29].

VIII- LA GARANTÍA DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO:

La resurrección del cuerpo está garantizada por el hecho de la resurrección de Cristo [Hch 17:31]; [1Co 15: 12,20-23].

En el evangelio de [Mt 28:6-7] dice: No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.  

La resurrección de Jesucristo es una de las verdades esenciales del evangelio [1Co 15:1-8].

¿Cuál es la importancia de la resurrección de Cristo para los creyentes?

1]- Prueba que Él es el Hijo de Dios [Jn 10:17-18]]; [Ro 1:4]

 2]- Garantiza la eficacia de su muerte redentora [Ro 6:4]; [1Co 15:17]

 3]- Verifica la verdad de las Escrituras [Sal 16:10]; [Lc 24:44-47]; [Hch 2:31]

 4]- Es prueba del juicio futuro a los que hacen maldad [Hch 17:30-31]

 5]- Es el fundamento por el cual Cristo da el Espíritu Santo y la vida espiritual a su pueblo [Jn 20:22]; [Ro 5:10]; [1Co 15:45], y la base de su ministerio celestial de intercesión por el creyente [Heb 7:23-38]

 6]- Da seguridad al creyente de su futura herencia celestial [1P 1:3-4] y de su resurrección o traslado cuando el Señor vuelva [Jn 14:3]; [1Ts 4:14]

 CONCLUSIÓN:


Vendré otra vez; lo prometió nuestro Señor, y tan cierto como que Cristo fue al cielo, es que Él volverá de la presencia de nuestro Padre para llevar a sus seguidores con Él al cielo a las moradas eternas, al lugar preparado para nosotros. Esa era la esperanza de los creyentes del Nuevo Testamento, y lo es de todos los creyentes hoy; los que creemos que habrá una resurrección de los muertos y un arrebatamiento; en otras palabras, la Biblia habla de una resurrección de los muertos; por lo tanto habrá un arrebatamiento de personas de FE y en santidad. El propósito final del regreso del Señor es que los creyentes estén para siempre con Él. Cristo dijo: “os tomaré a mí mismo” se refieren a la resurrección de los muertos y al arrebatamiento, cuando todos los creyentes que estén vivos serán arrebatados, en las nubes, para encontrarse con el Señor en el aire; y así estarán con el Señor para siempre [1Ts 4:17]. Cuando la resurrección de los muertos comience a suceder, Cristo, en el arrebatamiento nos guardará de la “hora de la prueba” que vendrá sobre el mundo entero [Lc 21:36]; [1Ts 1:10]; [1Ts 5:9]; [Ap 3:10].

Esa eterna y gloriosa reunión con Él es una doctrina reconfortante para todos los seguidores de Jesús que desean estar “siempre con el Señor”.

 [Apocalipsis 22:17]: Y el Espíritu y la Esposa dicen: VEN. Y el que oye, diga: VEN. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

 Por lo tanto, debemos animarnos unos a otros con estas palabras [1Ts 4:17-18].


¡Gracia y Paz a vosotros!