[Éxodo
15:17]: Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el
lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el SANTUARIO que tus
manos, oh Jehová, han afirmado.
Después que
Dios sacó a Israel de la esclavitud de Egipto con mano poderosa y brazo
extendido; ya estaba en el corazón de Dios introducir a su pueblo escogido al
lugar preparado por Él mismo. Le dijo a Moisés: Yo enviaré un ángel delante de
ti, para que te guarde en el camino y te traiga al lugar que yo he preparado
[Éx 23:20]. También Dios por amor a su pueblo había asignado un lugar para
plantarlo y para que habitase en su propio lugar para no ser perturbado y
afligido de nuevo por los malvados [2Samuel 7:10]. Jehová había escogido a Sion
de antemano; era un lugar que el Señor amaba para hacer que su pueblo reposara
en su propio santuario que Él había determinado edificar [Sal 78:68-69]. Un
lugar de reposo para siempre para que Él habite, un SANTUARIO levantado por sus
propias manos.
¿Qué es el
santuario?
Lugar en la
tierra donde mora la presencia de Dios, aunque el verdadero santuario según la
Biblia es el cielo mismo [2Cr 30.27]; [Heb 9.24]. Dios lo estableció en la
época del Antiguo Testamento, pues tanto el Tabernáculo [Éx 25.8]; [Éx 40.34]
como el Templo [1R 8.10] albergaban la manifestación visible de la presencia de
Dios. El Lugar Santísimo era el santuario estrictamente hablando [Lv 16.16],
pero la palabra se aplicaba en sentido general a todo el edificio.
I - EL
SANTUARIO DE DIOS: Su pueblo
En sentido
figurado, se le llama santuario al pueblo de Dios [Sal 114.2], ya que Él mora
entre ellos. Pero santuario puede significar también refugio [1R 2.28],
(Ciudades de refugio). En este sentido, Dios es el santuario de su pueblo [Is
8.14]; [Ez 11.16].
Las
religiones paganas también tenían santuario para sus dioses. La participación
del pueblo escogido en los ritos de aquellas [Am 7.9, 13] fue una de las causas
de su caída.
II - EL
LUGAR SANTÍSIMO:
[Hebreos
9:3] Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar
Santísimo.
Generalmente
las versiones bíblicas usan “santuario” para traducir el griego, naós, que
también se traduce “templo”. Otro término afín es háguia (Lugar Santo o Santísimo)
que se halla en la Epístola a los Hebreos.
En el tabernáculo había dos lugares; uno era el Lugar Santo y el otro era
el Lugar Santísimo, dividido así por un velo; tras ese velo estaba ubicada el
Arca del testimonio. Al Lugar Santísimo una vez por año, solo el sumo sacerdote
entraba y con sangre ajena para expiar los pecados del pueblo [Heb 9:7]; [Heb
9:25]. Después de la muerte de Cristo el velo que dividía el Lugar Santo, del
Lugar Santísimo se rasgó por la mitad [Mt 27:51]; abriendo así un camino hacia
Dios directamente, derribando la pared intermedia que nos separaba [Ef 2:14].
Ahora Cristo es el Sumo Sacerdote, y con su propia sangre es el que interviene
entre el pueblo y Dios mismo.
III - LA
IGLESIA: Santuario de Dios
Según el
Nuevo Testamento, el santuario terrenal de Dios ya no es un edificio, sino su
pueblo.
A]- Dios
mora en la iglesia universal [Ef 2.21]
El objetivo
de este edificio se revela en la frase que sigue: Hasta ser un templo santo en
el Señor [v. 21].
Tiene una
misión sagrada, la de servir como templo santo para morada de Dios [v. 22].
Esto evoca el significado que el templo tenía para los judíos, simbolizando la
presencia de Dios en su medio, aunque bien sabían que Dios no se reduce para
caber en un edificio hecho con manos, ni se limita a un lugar. Pero como el
templo en
Jerusalén
fue el lugar donde la gloria (shekinah) de Dios se hizo presente en el
santuario interior, la gloria de Dios ha de hacerse sentir en el nuevo edificio
espiritual que representa la iglesia. La Deidad; Padre, Hijo y Espíritu Santo
coinciden en la construcción de la iglesia [v. 22] de igual manera que lo hacen
en la salvación del alma de cada creyente. El arquitecto es Dios, el
constructor maestro es Jesús, y el residente principal es el Espíritu Santo, y
nosotros los creyentes somos los participantes y beneficiarios de todo esto
para la alabanza de la gloria de Dios.
B]- En la
iglesia local [1Co 3.16]
Podemos
resaltar a toda la congregación de creyentes como el templo de Dios y el lugar
donde vive el Espíritu [1Co 3:9]; [2Co 6:16]; [Ef 2:21]. Como el templo de Dios
en medio de una sociedad corrompida; el pueblo de Dios en Corinto no debía
participar en las maldades generalizadas en esa sociedad, sino que debía
rechazar toda forma de inmoralidad. El templo de Dios debe ser santo [V 17],
porque Dios es santo [1Pedro 1:14-16].
C]- En el
creyente [1Co 6.19]. Así como los judíos debían guardar la santidad del
tabernáculo, evitando que se profanara [Lv 21.23], el creyente tiene la
responsabilidad de guardar:
- La
integridad y santidad de la iglesia [1Co 3.17]
-Y de su
propio cuerpo [1Co 6.18].
Pablo
presenta una de las más severas advertencias en el Nuevo Testamento a
cualquiera que sea responsable de edificar la Iglesia de Cristo. Este pasaje
tiene mucho que ver con todos los que ocupan dones o responsabilidades de
maestros o de dirigentes. Si alguien profana y pervierte el templo de Dios; ya
sea una congregación local o un grupo de congregaciones; Dios mismo castigará a
esa persona.
Las personas
pervierten y destruyen la iglesia de Dios de diferentes formas:
1]-Participar
en la inmoralidad [1Co 5:1]
2]-Fomentar
mentiras, el engaño y la ambición egoísta [1Co 3:3]; [Hch 5:1-11]
3]-Promover
doctrinas falsas, rechazando la revelación del Espíritu Santo y tratando con
indiferencia la verdad bíblica [1Ti 4:1]; [Jud 4]
4]-Aceptar
el pecado y la mundanalidad dentro de la congregación [1Co 5:1-2,5-7]; [Ap
3:17]
5]-Procurar
edificar la iglesia mediante la sabiduría humana o un evangelio tergiversado
[1Co 1:18]; [1Co 2:5]; [Fil 1:15-16]
IV – EL
CAMINO AL LUGAR SANTÍSIMO: [Hebreos 9:1-12]
El santuario
interior, llamado el Lugar Santísimo, simbolizaba la presencia de Dios; no sólo
simbolizaba, sino que habitada Dios mismo allí. Al sumo sacerdote se le
prohibía terminantemente que entrara en el Lugar Santísimo más de una vez al
año. Con eso el Espíritu Santo enseña que bajo el Antiguo pacto, el acceso sin
impedimento a la presencia de Dios no era aun posible porque la comunión intima
con Él podría existir solo cuando se hubiera limpiado perfectamente la
conciencia de la persona [vv 8-9]. Esa limpieza fue posible cuando Cristo murió
como sacrificio eterno por el pecado de la humanidad de todos los tiempos.
Es necesario
y es responsabilidad de cada creyente edificarse y edificar un santuario santo,
puro, sin mancha, sin arruga, sin corrupción y sin contaminación para el Señor.
Vosotros, pues sois el templo de Dios; un santuario como el Señor lo desea para
habitar Él mismo entre su pueblo.
¡Gracia y
Paz sean a vosotros!