domingo, diciembre 11, 2011

LA SANGRE DE CRISTO






[Efesios 1:7]: en quien tenemos redención POR SU SANGRE, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
La palabra traducida redención señala el resultado del acto libertador de Jesús al derramar su sangre. Se refiere tanto a lo que hizo Jesús, como al resultado de ello, y la palabra hace énfasis en el resultado de la acción de liberación de Jesús. Por ello, nuestra redención es una posesión experimentada, procurada para nosotros y experimentada por nosotros por medio de su SANGRE. La palabra redención, como adopción, es un término legal y se refiere a un aspecto externo de nuestra salvación. Jesús cumplió todos los requisitos necesarios para nuestro rescate.


UN RESCATE QUE LA HUMANIDAD NO PODÍA PAGAR.
La redención significa el precio que pagó Jesús y lo que compró con ello; esto es, el precio de nuestro rescate. Este concepto se encuentra en [Levítico 25:47–52], y se refiere a lo que debiera ser pagado por un pariente de un hombre que se había vendido a la esclavitud por causa de alguna deuda que no podría pagar. En un sentido más amplio se refiere a la liberación de los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto; en otras palabras, el hombre es redimido y libertado de una situación de la que era incapaz de liberarse por sí mismo o de una deuda que jamás hubiera podido pagar por sus propios medios.
En vista de esto, pues, nuestra redención es el precio de nuestro rescate pagado por Jesús, librándonos de la esclavitud del pecado. Este precio fue su SANGRE. No se debe pensar que Jesús tuvo que pagar esto a alguien como Satanás, sino que es lo que le costó librarnos de las garras de Satanás.

LO QUE SIGNIFICA LA SANGRE.
En el Nuevo Testamento la sangre es un símbolo bíblico que representa la muerte de Jesús sobre la cruz. Esta idea también se encuentra en [Levítico 17:11]: Porque la vida del cuerpo está en la sangre, la cual os he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras personas. Jesús dio su sangre para expiar nuestros pecados. Esto recuerda lo que dice [Hebreos 9:22]: Sin derramamiento de sangre no hay perdón.  
La sangre es sinónimo de vida y de alma en el Antiguo Testamento, [Gn 9.4] “Dejaréis de comer la carne con su alma [en hebreo, nefes], es decir con su sangre” [Lv 17.11]; [Dt 12.23].

LA SANGRE ES SÍMBOLO DE VIDA.
En toda la Biblia la sangre es símbolo de la vida y de allí la prohibición de comer la sangre de los animales, de derramar la sangre humana y el uso de la sangre. La prohibición de comer sangre es anterior a la Ley [Gn 9.4, 5]. El homicidio es considerado un crimen desde el principio [Gn 4.11] y la sangre derramada clama venganza [Gn 4.10]. El sacrificio de animales es igualmente primitivo y está directamente relacionado con el pecado del hombre [Gn 4.4].
Es necesario destacar la diferencia fundamental entre el pensamiento griego y el hebreo. En el primero la sangre está asociada a la reproducción y representa el centro emocional del hombre. En la religión hebrea, es la sangre derramada la que adquiere significado ritual y como tal es medio de  Expiación; adoración, consagración y aun llega a simbolizar la concertación de un Pacto [Éx 24.6–8].

I- La expresión “carne y sangre” [Mt 16.17] se refiere a la debilidad, limitación y contingencia del hombre, además de su condición mortal y perecedera. Es la idea opuesta a lo que será la naturaleza incorruptible y de gloria que recibirán los creyentes en la resurrección [1Co 15.35–54].
II- Todo el simbolismo de la sangre en el Antiguo Testamento halla su cumplimiento en la SANGRE de Cristo, expresión que en el Nuevo Testamento equivale a la muerte del Señor Jesucristo [Hebreos 13:12]

III- La sangre de Cristo, es decir su muerte en la cruz es la confirmación del Nuevo Pacto:

[Hebreos 13:20]: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la SANGRE del pacto eterno.

Por lo tanto, la Sangre de Cristo:

1]- es el símbolo del precio de nuestro rescate [Ef 1.7];
2]- nos reconcilia con Dios [Ro 3.25]; [2Co 5.19];
3]- nos redime de nuestros pecados [Ap 1.5];
4]- nos purifica [Heb 9.14];
5]- nos santifica [1P 1.2];
6]- establece una nueva alianza [Heb 9.11–22].
7]- Por la sangre de Cristo somos justificados ante Dios [Ro 5.9], tenemos un vestido limpio [Ap 7.14],
8]- y podemos entrar con confianza en el santuario de Dios [Heb 10.19].

IV- La “comunión con la sangre de Cristo” ilustrada por la participación de la copa en la Cena del Señor, expresa la identificación del creyente con la muerte de Cristo [1Co 11:25].
La Sangre de Cristo nos cubre del pecado; nos da vida y poder; nos hace libres de la culpa; nos da gozo al saber que hemos sido comprados con un alto precio; y ese precio Cristo lo pagó con su propia SANGRE en la cruz. ¡La deuda ha sido cancelada!

¡Gracia y Paz os sean multiplicadas!