[Efesios
1:7]: en quien tenemos redención POR SU SANGRE, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia.
La
palabra traducida redención señala el resultado del acto libertador de Jesús al
derramar su sangre. Se refiere tanto a lo que hizo Jesús, como al resultado de
ello, y la palabra hace énfasis en el resultado de la acción de liberación de
Jesús. Por ello, nuestra redención es una posesión experimentada, procurada
para nosotros y experimentada por nosotros por medio de su SANGRE. La palabra
redención, como adopción, es un término legal y se refiere a un aspecto externo
de nuestra salvación. Jesús cumplió todos los requisitos necesarios para
nuestro rescate.
UN
RESCATE QUE LA HUMANIDAD NO PODÍA PAGAR.
La
redención significa el precio que pagó Jesús y lo que compró con ello; esto es,
el precio de nuestro rescate. Este concepto se encuentra en [Levítico 25:47–52],
y se refiere a lo que debiera ser pagado por un pariente de un hombre que se
había vendido a la esclavitud por causa de alguna deuda que no podría pagar. En
un sentido más amplio se refiere a la liberación de los hijos de Israel de la esclavitud
en Egipto; en otras palabras, el hombre es redimido y libertado de una
situación de la que era incapaz de liberarse por sí mismo o de una deuda que
jamás hubiera podido pagar por sus propios medios.
En
vista de esto, pues, nuestra redención es el precio de nuestro rescate pagado
por Jesús, librándonos de la esclavitud del pecado. Este precio fue su SANGRE.
No se debe pensar que Jesús tuvo que pagar esto a alguien como Satanás, sino
que es lo que le costó librarnos de las garras de Satanás.
LO
QUE SIGNIFICA LA SANGRE.
En
el Nuevo Testamento la sangre es un símbolo bíblico que representa la muerte de
Jesús sobre la cruz. Esta idea también se encuentra en [Levítico 17:11]: Porque
la vida del cuerpo está en la sangre, la cual os he dado sobre el altar para
hacer expiación por vuestras personas. Jesús dio su sangre para expiar nuestros
pecados. Esto recuerda lo que dice [Hebreos 9:22]: Sin derramamiento de sangre
no hay perdón.
La
sangre es sinónimo de vida y de alma en el Antiguo Testamento, [Gn 9.4] “Dejaréis
de comer la carne con su alma [en hebreo, nefes], es decir con su sangre” [Lv
17.11]; [Dt 12.23].
LA
SANGRE ES SÍMBOLO DE VIDA.
En
toda la Biblia la sangre es símbolo de la vida y de allí la prohibición de
comer la sangre de los animales, de derramar la sangre humana y el uso
de la sangre. La prohibición de comer sangre es anterior a la Ley [Gn 9.4, 5].
El homicidio es considerado un crimen desde el principio [Gn 4.11] y la sangre
derramada clama venganza [Gn 4.10]. El sacrificio de animales es igualmente
primitivo y está directamente relacionado con el pecado del hombre [Gn 4.4].
Es
necesario destacar la diferencia fundamental entre el pensamiento griego y el
hebreo. En el primero la sangre está asociada a la reproducción y representa el
centro emocional del hombre. En la religión hebrea, es la sangre derramada la
que adquiere significado ritual y como tal es medio de Expiación; adoración, consagración y aun
llega a simbolizar la concertación de un Pacto [Éx 24.6–8].
I-
La expresión “carne y sangre” [Mt 16.17] se refiere a la debilidad, limitación
y contingencia del hombre, además de su condición mortal y perecedera. Es la
idea opuesta a lo que será la naturaleza incorruptible y de gloria que
recibirán los creyentes en la resurrección [1Co 15.35–54].
II-
Todo el simbolismo de la sangre en el Antiguo Testamento halla su cumplimiento
en la SANGRE de Cristo, expresión que en el Nuevo Testamento equivale a la
muerte del Señor Jesucristo [Hebreos 13:12]
III-
La sangre de Cristo, es decir su muerte en la cruz es la confirmación del Nuevo
Pacto:
[Hebreos
13:20]: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la SANGRE del pacto eterno.
Por
lo tanto, la Sangre de Cristo:
1]-
es el símbolo del precio de nuestro rescate [Ef 1.7];
2]-
nos reconcilia con Dios [Ro 3.25]; [2Co 5.19];
3]-
nos redime de nuestros pecados [Ap 1.5];
4]-
nos purifica [Heb 9.14];
5]-
nos santifica [1P 1.2];
6]-
establece una nueva alianza [Heb 9.11–22].
7]-
Por la sangre de Cristo somos justificados ante Dios [Ro 5.9], tenemos un
vestido limpio [Ap 7.14],
8]-
y podemos entrar con confianza en el santuario de Dios [Heb 10.19].
IV-
La “comunión con la sangre de Cristo” ilustrada por la participación de la copa
en la Cena del Señor, expresa la identificación del creyente con la muerte de
Cristo [1Co 11:25].
La
Sangre de Cristo nos cubre del pecado; nos da vida y poder; nos hace libres de
la culpa; nos da gozo al saber que hemos sido comprados con un alto precio; y
ese precio Cristo lo pagó con su propia SANGRE en la cruz. ¡La deuda ha sido
cancelada!
¡Gracia
y Paz os sean multiplicadas!