domingo, febrero 14, 2010

EL PECADO [Primera Parte]


Sabemos que después de que Dios creara todas las cosas, las consideró buenas en gran manera, Génesis 1.31, pero una pequeña observación nos convencerá de que hay muchas cosas que no son buenas en la vida, y naturalmente surge la pregunta: ¿de qué manera entró el pecado en el mundo?

Esta pregunta ha dejado perplejos a muchos pensadores.

La Biblia tiene la respuesta de Dios; aún más, nos dice lo que verdaderamente es el pecado y nos revela el remedio para el mismo.

¿Cómo es posible que exista el mal, si Dios es totalmente bueno y poderoso?

Debemos distinguir entre varias clases de mal:

 El mal moral, o pecado, es el quebrantamiento de la ley producido por personas que tienen voluntad.

 El mal natural es el desorden y la corrupción del universo (los desastres naturales, algunas enfermedades, etc.) Está conectado con la maldición de Dios sobre el suelo, Génesis 3.17, 18

 El mal metafísico es el mal no intencional, consecuencia de la limitación de las personas, (la incapacidad mental, física, etc.)

El pecado ensombrece todos los aspectos de la existencia humana, seduciéndonos desde el exterior como un enemigo y forzándonos desde el interior como parte de nuestra naturaleza humana caída. Promete libertad, pero esclaviza.

Vemos la importancia práctica que tiene el estudio del pecado cuando notamos su seriedad. El pecado es contrario a Dios. Afecta a toda la creación, incluyendo a la humanidad. Aún el pecado más pequeño puede acarrear un castigo eterno. El remedio al pecado es nada menos que la muerte de Cristo en la cruz. Las consecuencias del pecado abarcan todo el terror del sufrimiento y la muerte.

Por su naturaleza misma el pecado es destructor. Afecta:

A Dios
Al mismo pecador (su cuerpo, su mente, su espíritu, crea dependencia)
Las relaciones interpersonales
Las sociedades y las naciones
La naturaleza

1. La realidad del pecado.

Existen muchos conceptos no bíblicos acerca del pecado. A pesar de que no sean bíblicos, estudiarlos es importante por las razones siguientes:

- para pensar más clara y bíblicamente sobre el cristianismo
- para defender más acertadamente la fe y juzgar correctamente otros sistemas
- para evaluar más críticamente:

 las nuevas psicoterapias
 los programas políticos
 los sistemas educativos

- para ministrar más eficazmente a creyentes y no creyentes que puedan sostener estos puntos de vista no bíblicos, u otros similares.
Tanto la historia como la propia conciencia del hombre atestiguan con abundancia del hecho de la existencia del pecado, pero se han propuesto teorías que niegan, presentan erróneamente, o restan importancia al pecado y a su naturaleza. A continuación veremos alguna de ellas.


1.1  Ateísmo: Al negar la existencia de Dios, el ateísmo niega también el pecado, puesto que en sentido estricto, sólo podemos pecar contra Dios. “he pecado contra el cielo y contra ti”, exclamó el hijo pródigo.

El ateísmo sostiene que el mal no es más que parte de lo que sucede al azar en un cosmos sin Dios. Rechaza el pecado; la ética sólo es cuestión de preferencias, y la salvación consiste en el auto avance y la evolución del ser humano.

1.2  Determinismo: Es la teoría que afirma que el libre albedrío es un engaño y no una realidad. Nos imaginamos que somos libres para escoger, cuando en realidad nuestra elección es dictada por estímulos internos y por circunstancias fuera de nuestro dominio.

Siendo así, y según esta teoría, una persona no puede comportarse de manera distinta a como lo hace, y hablando en términos precisos, no se le debe elogiar por sus logros, ni censurar por sus malos actos. El ser humano es simplemente un esclavo de las circunstancias.

Pero las sagradas escrituras afirman que somos libres para escoger entre el bien y el mal.

El ser humano es árbitro de su propio destino.

Una de las consecuencias del determinismo es considerar al pecado como una enfermedad, por lo cual debe considerarse al pecador como digno de lástima, y no como alguien a quien se deba castigar.

1.3  Hedonismo: La palabra hedonismo procede de una palabra griega que significa “placer”. Se trata de una teoría que mantiene que el mayor bien de la vida es el disfrutar los placeres y evitar el dolor. Es la expresión libre de la individualidad, la manifestación de que toda represión no es saludable, con lo que se representa un intento de justificar la inmoralidad.

Subraya esta teoría el deseo de restar importancia a la gravedad del pecado y hacer borrosa la línea que separa el bien del mal, lo justo de lo injusto. Isaías 5.20

Representa una variación moderna de la antigua mentira que dice: “no morirás”. Y muchos de los descendientes de Adán se han tragado la píldora del pecado, adornada con la tranquilizadora pero engañosa afirmación: “no te dañará”.

1.4  Ciencia Cristiana: Niega la realidad del pecado, afirmando que es simplemente la ausencia de lo bueno. La Biblia denuncia el pecado como una violación positiva de la ley de Dios, una ofensa real que merece verdadero castigo en un infierno verdadero.

1.5  Evolución: La teoría de la evolución considera el pecado como la herencia de la animalidad del hombre primitivo.

La teología de la liberación ve el pecado como la opresión de un grupo social por otro.

Algunos creen que el pecado y la maldad no son reales, sino simples ilusiones que se pueden vencer por medio de una percepción correcta, (hinduismo, budismo, buena parte de la psicología, Nueva era, etc.) Muchos consideran el relato del huerto del Edén como un mito.

Otras formas de pensamiento afirman que la salvación consiste sencillamente en ser mejor y hacer el bien.

Aunque muchas de estas teorías parezcan tener cierta profundidad, ninguna considera a la Biblia como una revelación plenamente inspirada. Las Escrituras enseñan que el pecado es real y personal; se originó en la caída de Satanás, quien es personal, malvado y activo; y a través de la caída de Adán, el pecado se extendió a una humanidad creada buena por un Dios totalmente bueno.
2. El origen del pecado


El tercer capítulo de Génesis da las claves que caracterizan la historia.hombre:

- la tentación
- el pecado
- la culpabilidad
- el castigo
- la redención

2.1  La tentación. Génesis 2.15 al 3.24

2.1.1  La posibilidad de la tentación: Deuteronomio 30.15

Nótese el árbol prohibido. ¿Por qué razón se había plantado allí? Con el objeto de proporcionar una prueba por medio de la cual el hombre podía con amor y libertad escoger servir a Dios, y desarrollar así el carácter. Sin el libre albedrío el hombre hubiera sido una simple máquina.

2.1.2  La fuente de la tentación: La serpiente, que por entonces debe haber sido una criatura o ser hermoso, fue el agente empleado por Satanás para tentar a Eva. Por esta razón se describe a Satanás como la “serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás”, Apocalipsis 12.9. Satanás por lo general trabaja por medio de agentes, incluso lo hizo con Pedro, el discípulo de Jesús, (Mateo 16.22, 23).

2.1.3  La sutileza de la tentación. La sutileza se menciona como una característica sobresaliente de la serpiente, Mateo 10.16. Mediante la pregunta formulada en el versículo 1, introduce una duda de carácter triple con respecto a Dios:

1- la duda con respecto a su bondad: “Dios te está negando algunas bendiciones”
2- la duda con respecto a su justicia: “no moriréis”
3- la duda con respecto a su santidad. vs. 5 “no quiere que llegues a ser tan sabio como él”

2.2  Culpabilidad: Nótense las evidencias de una conciencia culpable:

“entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos”. Se emplea esta expresión para describir una iluminación repentina, (Génesis 21.19, 2º Reyes 6.17). Las palabras de la serpiente, vs. 5, se cumplieron, pero el conocimiento adquirido fue distinto del que habían esperado. En vez de sentirse como Dios, experimentaron un horrible sentimiento de culpabilidad que les llevó a temerle. La desnudez física es símbolo de una conciencia desnuda o culpable. Las perturbaciones de carácter emocional se reflejan en nuestro aspecto. Antes de su caída, Adán y Eva tenían comunión con Dios, y existía el dominio del espíritu sobre el cuerpo. Cuando pecaron, esa comunión fue interrumpida, el cuerpo venció al espíritu, y se inició el conflicto entre el espíritu y la carne que ha sido la causa de tanta miseria a lo largo de la historia, Romanos 7.14-24.

“entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”. Es la tentativa del ser humano de cubrir su desnudez bajo el manto del olvido, de las excusas y de las obras. Pero sólo una vestidura hecha por Dios puede cubrir el pecado (vs. 21)

“Y oyeron la voz de Jehová Dios, que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”. El hombre culpable, por instinto, trata de esconderse de Dios, de huir de su presencia. Y así como Adán y Eva procuraron ocultarse entre los árboles, así también la gente procura en la actualidad ocultarse o sumirse en los placeres y otras actividades.

2.3  Castigo: El castigo vino sobre:

- la serpiente
- la mujer. La historia ha sido testigo de la degradación del papel de la mujer en ciertas sociedades
- el hombre. Polvo eres, y al polvo volverás (muerte física)
- la tierra: fue maldita por causa del pecado de su señor, el hombre.
2.4  La redención: Los tres primeros capítulos de Génesis contienen las tres revelaciones de Dios que a través de todas las Sagradas Escrituras figuran en todas las revelaciones de Dios con el hombre:


1- el Creador, que dio la vida a todo: Génesis capítulo 1
2- el Dios del pacto, que inicia relaciones personales con el hombre: Génesis capítulo 2
3- el Redentor, que hace provisión para la restauración del hombre: Génesis capítulo 3

2.4.1  La redención prometida: Génesis 3.15

1- La serpiente trató de formar una alianza con Eva en contra de Dios, pero Dios romperá esa alianza: “y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente (descendientes) y la simiente suya”. En otras palabras, se producirá una lucha entre la humanidad y los poderes malignos que causaron su caída.

2- ¿Cuál será el resultado de ese conflicto? En primer lugar, victoria para la humanidad, por medio del representante del hombre, la simiente de la mujer: “esta (la simiente de la mujer) te herirá en la cabeza”. Cristo, la simiente de la mujer, vino al mundo para aplastar el poder del diablo. Gálatas 4.4, Romanos 16.20, 1ª Juan 3.8, Apocalipsis 20.10. Y para que ese sacrificio realizado en la cruz por Cristo merezca la pena, hemos de utilizar todo el poder de la sangre de Cristo y buscar que la presencia poderosa del Espíritu Santo se manifieste en la iglesia por medio de milagros, sanidades, y manifestaciones poderosas que liberan a las personas de sus cadenas y de la esclavitud del pecado; no nos conformemos con menos.

3- Pero la victoria no será sin sufrimiento: “tú (la serpiente) le herirás en el calcañar”. En el Calvario, la serpiente hirió en el calcañar a la simiente de la mujer, pero esa herida a proporcionado salud y sanidad a la humanidad, Isaías 53.5.

2.4.2  La redención simbolizada: Dios mató a una criatura inocente con el objeto de vestir a los que se sentían desnudos en su presencia por causa del pecado (Génesis 3.21). De igual manera, el Padre dio a su hijo, el inocente, para que muriera con el objeto de proporcionar una expiación para el alma del hombre.

3. La naturaleza del pecado

¿Qué es el pecado?

La Biblia tiene una variedad de términos para describir el mal moral que nos dice algo de su naturaleza. Un estudio de estos términos en el hebreo y griego originales nos proporcionará la definición bíblica del pecado.

3.1  Lo que enseña el Antiguo Testamento:

- La esfera de lo moral

El vocablo empleado con más frecuencia para describir el pecado significa “errar el blanco”. Transmite las siguientes ideas:

Errar el blanco como un arquero que lanza su flecha pero falla. Es el ejemplo del pecador que equivoca el verdadero objetivo de su existencia.

Errar el camino, como un viajero que se ha desviado de la senda o carretera.

Ha sido hallado falto cuando ha sido pesado en la balanza de Dios.

En Génesis 4.7, donde el vocablo “pecado” se emplea por primera vez, el pecado es personificado como una bestia salvaje lista para arrojarse sobre todo aquél que le da oportunidad.
- La esfera de la conducta fraternal


En estos casos, la palabra empleada significa violencia o conducta perjudicial, Génesis 6.11, Ezequiel 7.23. Dejando de lado la ley, el hombre maltrata y oprime a sus semejantes.

- La esfera de la santidad

Se da a entender que el ofensor era alguien que mantenía una relación con Dios, pero esta se rompió, por causa del pecado.

- La esfera de la verdad

Los vocablos que describen al pecado en esta esfera recalcan el elemento engañoso y vano del pecado. A la actividad del pecador se la llama “vanidad”, es decir, descrita como “vacía”, “carente de valor”. El primer pecador fue mentiroso (Juan 8.44) El primer pecado comenzó con una mentira (Génesis 3.4) Todo pecado contiene un elemento de engaño (Hebreos 3.13)

- La esfera de la sabiduría

El hombre se conduce con maldad ya sea porque no se preocupa de razonar como conviene, o porque se niega a ello. Por descuido o ignorancia deliberada, no guía su vida de acuerdo a la voluntad de Dios. La Biblia menciona a este respecto a varios personajes:

El simple: Muchas son las exhortaciones dirigidas a los simples, (Proverbios 1.4, 22, 8.5). Este vocablo describe al hombre natural, sin desarrollo hacia el bien o el mal, sin principios fijos, pero con una inclinación natural hacia el mal, inclinación natural que puede ser explotada para seducirlo. Carece de propósitos fijos y de cimientos morales. Oye pero se olvida, y por lo tanto es conducido con facilidad al pecado, Mateo 7.26.

El falto de entendimiento: Proverbios 7.7, 9.4. Cae víctima del pecado por falta de entendimiento más que por una inclinación pecaminosa. Tanto este tipo de personas como los simples son inexcusables, pues la Biblia presenta a Dios ofreciendo su sabiduría para que sean guardados del mal.

El necio: Proverbios 15.20. Describe a la persona que aunque es capaz de hacer el bien, está atada por lazos carnales y es conducida fácilmente al pecado por sus inclinaciones y pasiones. No se disciplina a sí misma, ni guía sus tendencias o predisposiciones según la ley de Dios.

El escarnecedor: Salmo 1.1, Proverbios 14.6. Es el malvado que

justifica su maldad mediante argumentos razonados contra la existencia o realidad de Dios, y contra lo espiritual en general. El término “escarnecedor” del Antiguo Testamento equivale al ateo o librepensador descreído de la actualidad, y la expresión “silla de escarnecedores” se refiere con probabilidad a la sociedad incrédula local.
3.2  Lo que enseña el Nuevo Testamento: En el Nuevo Testamento el pecado es descrito de las siguientes maneras:


- Errar el blanco: expresa la misma idea antes comentada.

- Deuda: el ser humano le debe a Dios el guardar sus mandamientos, Mateo 6.12. Todo pecado cometido equivale a una deuda contraída. Incapaz de pagarla, su única esperanza es el perdón o remisión de la deuda.

- Desenfreno: quien voluntariamente quebranta los mandamientos escoge su propia voluntad antes que la de Dios. Peor aún, se convierte en ley para sí mismo y por lo tanto hace un dios de sí mismo. El anticristo es el desenfrenado, (traducción literal de la palabra “inicuo”), porque se enaltece sobre toda cosa que es adorada o denominada Dios. El pecado es esencialmente obstinación y terquedad.

- Desobediencia: literalmente “oír impropiamente”, escuchar con falta de atención, Hebreos 2.1, 2. “Mirad pues como oís” Lucas 8.18

- Trasgresión: Literalmente “sobrepasar los límites”. Los mandamientos de Dios son cercas o setos que impiden que el hombre penetre en territorio peligroso y sufra así daño su alma.

- Caída: literalmente “caer junto al camino”. La expresión tan común “caer en el pecado” expresa la idea de caer de un nivel de conducta a otro inferior.

- Derrota

- Impiedad: palabra que proviene de un vocablo que expresa la idea de “ausencia de adoración y reverencia”. El hombre impío es aquel que presta poca atención o ninguna a las cosas sagradas. Está sin Dios simplemente porque no lo quiere.

- Error: describe esos pecados cometidos por descuido o ignorancia, y se diferencian de aquellos cometidos con presunción, frente a la luz, Hebreos 9.7. la persona que obstinadamente se propone hacer lo malo incurre en mayor grado de culpa que aquél que por debilidad cae en alguna falta.

Quizá la mejor definición del pecado sea la que aparece en 1ª Juan 3.4, donde dice: “el pecado es infracción de la ley”.

No son los sentimientos ni la filosofía los que pueden definir el pecado, sino sólo Dios en su ley, deseo y voluntad. El corazón puede tener falsos sentimientos de culpa. Por esta razón no se pueden poner nunca los sentimientos subjetivos por encima de la palabra escrita y objetiva de Dios. Con todo, necesitamos ser espiritualmente sensibles.

Si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo. 1ª Juan 3.20

Muchas de las facetas del pecado se reflejan en las características que presentamos a continuación, extraídas del texto bíblico:

El pecado como incredulidad o falta de fe en la caída, en el rechazo de la revelación general por parte de la humanidad, Romanos 1.18-2.2, y en los condenados a la muerte segunda, Apocalipsis 21.8. La incredulidad es lo opuesto a la fe salvadora, y termina en el castigo eterno,

… y todo lo que no proviene de fe, es pecado. Romanos 14.23
La desobediencia del pueblo de Israel en el desierto, Hebreos 3.18, 19


Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de la desobediencia…

Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Hebreos 4.6, 11

El orgullo es la exaltación de sí mismo. Irónicamente es a un tiempo el anhelo de ser como Dios, y el rechazo de Dios.

El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Salmo 10.4

La epizymia (el “deseo”, una apasionada avaricia o afán de tener más), conduce al asesinato y a la guerra.

Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Santiago 4.2

La rebelión, (heb. Peshá), ser obstinado.

Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová, tu Dios, en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová. Deuteronomio 9.7

Y no sean como sus padres, generación terca y rebelde; generación que no dispuso su corazón, ni cuyo espíritu fue fiel para con Dios. Salmo 78.8

La apostasía, (abandono en rebeldía, deserción)

El pecado, el producto del “padre de la mentira”, es lo contrario a la verdad de Dios que nos libera.

Los pecados que son especialmente repugnantes para Dios son designados como detestables, o “abominaciones”. Como ejemplo en la Biblia encontramos el travestismo, Deuteronomio 22.5, la homosexualidad, Levítico 18.22, la idolatría, Deuteronomio 7.25, 26, etc.

El pecado no consta solamente de actos aislados sino que es también una realidad o naturaleza dentro de la persona.

Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Efesios 2.3

Es por eso que el ser humano necesita la regeneración, el recibir una nueva naturaleza que reemplace a la antigua, que es pecaminosa. Juan 3.3-7

Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Ezequiel 36.25-27.



                                                                                                              Continua...