domingo, febrero 14, 2010

EL PECADO [Segunda Parte]


El pecado y las pasiones brotan de la sárx, (la carne), el asiento de los deseos incorrectos.

Aunque originalmente esa palabra griega se refiere al cuerpo material, el apóstol Pablo hace la innovación de hacerla equivalente a la naturaleza pecaminosa.

El cuerpo humano (gr. soma) no es considerado como malo en sí mismo.

Mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Romanos 7.5

El vocablo hebreo leb o lebab, “corazón”, “mente”, o “entendimiento”, indica la esencia de la persona. Ésta puede ser pecaminosa, por consiguiente, está necesitada de renovación, ya que de ella surgen las malas intenciones, y sus inclinaciones son malas.

Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal; Génesis 6.5

¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! Salmo 51.10

El vocablo griego kardia “corazón”, indica también la vida interior y el yo; de él salen tanto el mal como el bien.

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.

Mateo 15.18

Una de las características más peligrosas del pecado es que hace surgir más pecado.

Como si se tratara de un tumor maligno, el pecado crece a partir de sí mismo hasta llegar a proporciones mortales, tanto en extensión como en intensidad, a menos que se lo elimine por medio de la purificación de la sangre de Cristo. Un pecado se alimenta de otro.

Caín: celos y homicidio

David: lujuria, adulterio, asesinato y sufrimiento generacional

Romanos 1.18-32 es una descripción clara del curso descendente seguido por la humanidad desde el rechazo de la revelación de Dios hasta el abandono completo.

El placer del pecado puede hacer que se refuerce a sí mismo.

Prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios (Moisés), antes que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa. Hebreos 11.25, 26

La Biblia enseña que una actitud puede ser tan pecaminosa como un acto. Mateo 5.21, 22, 27,28.

El pecado puede ser activo: (hacer el mal), o pasivo: (dejar de hacer el bien).

El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, comete pecado. Santiago 4.17
El pecado imperdonable

Jesús mismo enseñó que, más allá de todos los demás pecados, hay uno que no tiene perdón, la blasfemia contra el Espíritu Santo. Leer Marcos 3.20-30.

El vocablo blasfemia describe el acto de negar el poder y la gloria de Dios, lo cual coincide con la forma en que los líderes judíos le atribuían al diablo los milagros realizados por Jesús.

El pecado imperdonable consiste en el rechazo voluntario y definitivo de la obra especial del Espíritu Santo (Juan 16.7-11) al dar testimonio directo al corazón respecto a Jesús como Señor y Salvador, teniendo como consecuencia un rechazo total de la fe.

Nunca se debe confundir la tentación con el pecado; Jesús fue tentado en todo pero no cometió pecado.

Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 2.18

No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4.15

Dios sí prueba y examina a los suyos, permitiendo la tentación, pero él mismo no tienta a nadie.

Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer. Juan 6.6

Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; Santiago 1.13

Desde el punto de vista práctico, la Biblia nos exhorta acerca del peligro de la tentación y la necesidad de evitarla y de ser librados de ella.

¿Cómo actuó José cuando fue tentado sexualmente por la mujer de Potifar? Huyendo

No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla. 1ª Corintios 10.13

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos; pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores.

Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.1 Timoteo 6.6-12
Los pecadores:

Provocan a sus víctimas a reaccionar con pecado, a lo cual la Biblia nos exhorta a mantener nuestra integridad como creyentes

No digas: «Yo me vengaré»; espera en Jehová y él te salvará. Proverbios 20.22

Oísteis que fue dicho: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.

Oísteis que fue dicho: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos. Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5.38-48

No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición. 1ª Pedro 3.9

Seducen a otros al pecado

Al ver el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron a Aarón y le dijeron:

Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a Moisés, ese hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Éxodo 32.1

A la verdad, ninguno fue como Acab, quien se prestó a hacer lo malo ante los ojos de Jehová porque Jezabel, su mujer, lo incitaba. 1º Reyes 21.25

Animan a otros pecadores a pecar

Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1.32

Endurecen su corazón contra Dios y tratan de eludir la perturbación mental que causa el pecado

Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos…

Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza…

Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben. Romanos 1.24, 26, 28
4. Las consecuencias del pecado:

El pecado es acto y estado.

En calidad de sublevación a las leyes de Dios, es un acto de la voluntad de la persona. Como separación de Dios, se convierte en estado pecaminoso.

Una consecuencia doble se produce: el pecador acarrea el mal sobre sí por sus malas acciones, e incurre en culpabilidad ante Dios, por lo tanto deben distinguirse:

las malas consecuencias que siguen al acto del pecado, y la pena que por ello el pecador sufrirá en el juicio de Dios.

4.1  Debilidad espiritual

4.1.1  Daño a la imagen divina: la imagen divina en el hombre ha sido gravemente dañada. El señor Jesucristo vino al mundo para hacer posible para el hombre el reconquistar la imagen divina.

4.1.2  Pecado original: Adán, el padre de la raza humana, trasmitió a sus descendientes una tendencia o inclinación a pecar, Salmo 51.5. Esta desventaja espiritual y moral bajo la cual todas las personas nacemos se conoce con el nombre de “pecado original”. Los actos o acciones de pecado que siguen durante la edad de la razón se denominan pecado actual o voluntario. Cristo, el segundo Adán, vino al mundo para librarnos de todos los efectos de la caída, Romanos 5.12-21.

4.1.3  Conflicto interior: en el comienzo, existía el propósito de que hubiera armonía en el ser del hombre, que el cuerpo estuviera subordinado al alma. Pero el pecado perturbó esta relación, de manera que el hombre se encontró dividido en sí mismo. En medio de ese conflicto, la persona exclama: “¡Miserable de mi! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” Romanos 7.24

4.2  Castigo positivo: “El día que de él comieres, ciertamente morirás”, Génesis 2.17

Porque la paga del pecado es muerte. Romanos 6.23

La muerte tuvo su origen en el pecado, y es la consecuencia final de éste.

Esa pena incluye algo más que la muerte física, que es la muerte primera. Luego, en el juicio final, el juez pronuncia la sentencia de la segunda muerte.

La muerte en calidad de castigo no constituye la extinción de la personalidad, sino un medio de separación de Dios.

El término “destrucción”, empleado con relación a la suerte de los malvados, no significa extinción. El perecer o ser destruido –según el griego-, no es ser extinguido, sino arruinado.

Por ejemplo, el hecho de que los odres se pierdan, Mateo 9.17, significa que no son buenos como odres para vino, y no que serán aniquilados. De igual manera, el pecador que perece o es destruido, no queda reducido a la nada, sino que está arruinado en lo que respecta al disfrute de las bendiciones de Dios y de la vida eterna.

El mismo uso está vigente en la actualidad; Cuando decimos que alguien ha “arruinado su vida”, no queremos dar a entender que el hombre está muerto, sino que ha errado el objetivo verdadero de su vida.

La única forma de enfrentarse al pecado consiste en amar a Dios y convertirse después en un canal de su amor para los demás.

!Gracia y Paz a vosotros!