[Jeremías 31:34]: Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado.
El perdón es la doctrina distintiva del
cristianismo y expresión de una experiencia espiritual. Dios perdonará y
resueltamente no recordará el pecado y la iniquidad de su pueblo, y a los que vienen
a Él arrepentidos y con FE por medio de su Hijo Jesús.
El Mesías, por medio de su obra en la
cruz, cumplió lo prometido en el Nuevo Pacto [Mt 26.26-28]; [Mr 14.22-24]; [1Co
11.25].
El perdón presupone tres cosas:
1]- Que el hombre ha pecado; es decir, ha
infringido la Ley divina (Pecado);
2]- Que ha reconocido su falta y está
arrepentido [Mc 1.4] (Arrepentimiento)
3]- Que Dios, en su amor y en su
gracia, ha remitido la culpa y ha puesto el medio para que el hombre reciba el
perdón.
I- ¿Qué es el perdón?
El perdón es una expresión de amor. El
perdón viene a ser, entonces, la fuerza poderosa que remueve el obstáculo
espiritual y hace posible que la criatura humana se reconcilie y restablezca su
relación con Dios.
La idea básica del perdón, cuando se
usa en relación con el pecado, es la de cancelar una deuda; quitar la barrera y
efectuar la Reconciliación entre Dios y el hombre; o sea erradicar el pecado
que impide la relación con Dios. Sin el perdón, que solamente Dios puede
conceder, el hombre está irremisiblemente condenado a la perdición eterna. Por
eso, el mensaje del perdón es una maravillosa esperanza de vida; ese es uno de
los mensajes centrales para la humanidad
de parte de Dios.
En la Biblia el perdón aparece asociado
con la doctrina de la Expiación; esto
es, la necesidad del sacrificio para vindicar la JUSTICIA ofendida de Dios; por
ejemplo, [Lv 17.1].
El perdón es una garantía divina:
En el Nuevo Testamento la muerte de
Cristo en la cruz es la garantía divina del perdón. “En quien tenemos redención
por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” [Ef 1.7].
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo
Testamento enseñan claramente que no existe perdón de pecados sin derramamiento
de sangre. La sangre es aquí un símbolo gráfico de la muerte. Evoca el sistema
de sacrificios del antiguo pacto, en el cual estaba siempre presente la
perspectiva del sacrificio que Jesucristo se impondría Él mismo para quitar el
pecado del mundo.
II- ¿Quién es el que perdona?
1]- Dios es el que perdona: La Biblia
afirma ampliamente que es Dios el que perdona [Neh 9.17]; [Dn 9.9]. El rey
David se arrepintió de su pecado, lo confesó a Dios y fue perdonado [Sal 32 y
51].
2]- El perdón de Dios incluye: El no
acordarse más del pecado [Jer 31.34], y el sepultarlo “en lo profundo del mar”
[Miq 7.19].
3]- El Nuevo Testamento declara la autoridad
de Cristo para perdonar: “Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene
potestad en la tierra para perdonar pecados...” [Mc 2.10]; [Hch 13.38].
III- ¿Cómo debemos ser los cristianos?
Los cristianos debemos imitar a Dios:
¿Cómo?
1]- Confesando las faltas entre sí; ser
abiertos y transparentes los unos con los otros [Stg 5.16] Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
2]- Perdonándonos unos a otros [Ef
4.32] Antes
sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
3]- No acordándonos continuamente nuestros
pecados pasados [Miq 7.18-19] ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y
olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros;
sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros
pecados.
Dios grande en misericordia [Miqueas 7:18,
19]
El profeta expone un mensaje para un
pueblo que había pecado y sufrido las consecuencias de su maldad. Él se dirige
a un pueblo que había presenciado el sitio de Jerusalén y el cautiverio en Babilonia.
Sin embargo, Dios no se había olvidado de su gente. Los “dioses” de los otros
países fueron famosos por su supuesta especialidad de afectar la naturaleza.
Algunos fueron conocidos como caprichosos. Jehová es un Dios justo y recto.
También tiene misericordia.
1]- Dios tiene misericordia de su
pueblo. Dios no se olvida de sus hijos. Les permite pasar por aguas de
tristeza. Sin embargo, en Jehovah prevalece el Dios de misericordia.
2]- Nuestro Dios, grande en
misericordia, perdona nuestros pecados.
El perdón divino siempre trata
seriamente con el pecado. Los capítulos anteriores revelan que Dios no ve el
pecado con ligereza. El pecado es rebelión, es pesado y es serio.
El perdón divino declara que Dios, a
pesar de nuestro pecado, nos perdona.
3]- Nuestro Dios, grande en
misericordia, olvida el pecado.
No es que Dios ignore intelectualmente
nuestro pasado después de perdonarnos; él es omnisciente.
Él no echa en cara el pecado. Nos trata
con gracia. Actúa como si no fuésemos pecadores. Nuestros pecados han sido
echados al mar del “olvido divino”.
El profeta Miqueas hablando con
Jehovah, plantea una pregunta: ¿Qué Dios hay como tú? El Dios verdadero es
justo, recto y santo. También es misericordioso. Por lo tanto perdona y olvida
el pecado. Debemos vivir con estas promesas.
Un cristiano lleno de dudas acerca del
perdón de Dios no vivirá libremente en Cristo; un cristiano que quiera
presentar ofrendas a Dios no podrá ser bendecido; un cristiano lleno de rencores
no será escuchado por Dios; un cristiano que vive revolviendo el pasado y acordándose
de sus pecados no podrá jamás crecer espiritualmente.
Por lo tanto: [Número 23:19]: Dios no es hombre, PARA QUE MIENTA, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
¡El perdón de Dios es una garantía!,
vive con esta promesa y guárdala en tu corazón.
¡Gracia y Paz del Señor!