[Juan
4:23]: Mas la hora viene, y ahora es,
cuando los verdaderos ADORADORES adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales ADORADORES busca que le adoren.
El deseo de Dios es siempre la adoración,
y solamente a Él la adoración. Dios busca corazones sinceros, humildes,
quebrantados en adoración totalmente a Él; no importa dónde se rinda culto,
sino la disposición de la mente y el corazón. La verdadera adoración no es una
mera fórmula o un ceremonial, sino una realidad espiritual que está en armonía
con la naturaleza de Dios, que es Espíritu. La adoración debe ser sincera en
verdad, trasparente, y conforme como a Dios le agrada.
¿Qué es la adoración a Dios?
La adoración es un culto o reverencia
que se rinde a Dios por su grandeza, por su majestad y por su gran poder.
UN POCO DE HISTORIA:
En la adoración, los patriarcas
invocaban el nombre de Jehová [Gn 13.4], celebraban el pacto [Gn 15.7–21] y la
sustitución [Gn 22]; [Lv 17.11], y practicaban los lavamientos y las
purificaciones [Gn 35.2]; [Éx 19.10],
todo lo cual precede al culto más formal y complejo que se verá después en el
Tabernáculo y el Templo [1R 6–8]; [2Cr 20–31]. A pesar de este desarrollo
posterior, no se pierde el aspecto personal de la adoración [2S 17.18–29]; [Sal
23]; [Is 55.6–9].
En el Nuevo Testamento, el culto de
la Sinagoga [Lc 4.16–21] se adapta a las
necesidades de la Iglesia. Incluye
alabanzas, salmos, cánticos [Ef 5.19- 20], lectura bíblica, enseñanza,
exhortación [Col 3.16]; [Col 4.16]; [1Ti 4.13], oración, ayuno, santa cena [Hch
2.46]; [Hch 13.1–3]; [1Co 11.18–34], profecía [1Co 14], doctrina, mensajes en
lenguas e interpretación [1 Co 14.26].
En ambos testamentos el pueblo de Dios
lo adora públicamente [Hch 20.7], en privado [Gn 24.26- 27]; [Dn 6.10]; [Mt
6.5-6] y en familia [Gn 35.1–3]; [Hch 16.30–34].
ES NECESARIO LA ADORACION AL PADRE
CELESTIAL:
[Juan
4:24]: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.
I]- ¿Por qué es
necesario adorar al Padre Celestial?
1]- Por sus obras: [Salmo 92:1-5]
2]- Por ser quien es Él [Salmo 100:4]
II]- ¿Cómo se debe
expresar esa adoración al Padre Celestial?
Se expresa mediante:
Alabanza
[Sal 138.1-2];[2Cr 7.3]; [Sal 29.1, 2]; [Sal 86.9]
Canto [Sal 66.4],
Rito (prefigura al Cordero de Dios)
[Éx 12.26-27],
Meditación [Sal 63.5, 6]
Oración
[Gn 12.8]; [Neh 9]
Sacrificio
vivo [Ro 12.1]
Ofrenda
[Gn 4.3, 4]; [Dt 26.10]; [1Cr 16.29]
Temor
[Sal 96.9]
Ayuno [Neh
9.1–3]; [Lc 2.37]
Fiesta
y Acción de gracias [2 Cr 30.21-
22]
Inclinación [Sal 95.6]; [1Cr 29.20]
Servicio [Dt 11.13]; [Jos 22.27].
Estos dos últimos conceptos se expresan
en hebreo y en griego con palabras que también significan “adoración” [Dt 6.13];
[Dt 10.12- 13]; [2 R 5.18]; [Mt 4.10];[Ro
12.1], de modo que no se distingue entre “servir” y “adorar” ni entre
“inclinarse” y “adorar”.
III]- ¿Cómo debe ser
esa adoración al Padre Celestial?
1]- La adoración externa debe nacer
de una actitud interna [Is 29.13], que a su vez se expresa en obediencia y una
vida dedicada por entero al servicio de Dios [1S 15.22- 23]; [Miq 6.6–8]; [Stg
1.27].
2]- El adorador debe ser bueno y justo [Sal 15]; [Am 5.21–26] para que
su adoración sea aceptada [Sal 50.7–23]; [Is 1.11–20]; [Mt 5.23- 24]; [Jn 4.23], además debe ser sincero [Sal
51.16–19].
IV]- No se permite
otra adoración, que no sea a Dios el Padre celestial
1]- Se prohíbe terminantemente la
adoración de seres humanos [Hch 10.25- 26]; [Hch 14.11–15]; [Est 3.2, 5]
2]- Ángeles [Col 2.18]; [Ap 19.10]; [Ap
22.8- 9] u otra criatura [Mt 4.10]; [Dt 6.13]; [Ap 14.9–11].
La adoración de dioses falsos es una
ofensa a Dios que trajo las más terribles consecuencias en todo el Antiguo
Testamento a los hijos de Israel; y en la actualidad a toda la humanidad [Éx
20.3–6]; [Éx 32.1–11, 30, 35]; [Dt 4.15–18]; [Dt 8.19]; [Ro 1.25].
En el Nuevo Testamento la adoración se
dirige a Jesucristo [Mt 14.33]; [Jn 5.22, 23]; [Heb 1.6]; [Ap 5.8–14], y se
destaca que el culto ofrecido a Jehová en el Antiguo Testamento explícitamente
pertenece a Jesús [Flp 2.10, 11]; [Is 45.23]. La adoración a Dios y al Cordero
es la esencia misma de la vida celestial [Ap 4.6–11]; [Ap 15.3-4]; [Ap 19.1–8].
A través de todos los tiempos, Dios
siempre ha buscado adoradores; para que le adoren en espíritu y en verdad; sin hipocresía.
Dios busca todo el tiempo adoradores, no predicadores; adoradores, no apóstoles; adoradores,
no profetas; adoradores, no maestros;
eso es lo que necesita Dios el Padre, verdaderos adoradores, que le adoren en espíritu
y en verdad.
¡Gracia y Paz del Señor!