sábado, marzo 13, 2010

EL FRUTO DEL ESPIRITU Y LAS OBRAS DE LA CARNE [1Parte]


Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis [Gálatas 5:16-17]

Ningún pasaje de la Biblia traza un contraste más claro entre la manera de vivir del discípulo lleno del Espíritu y la del que está dominado por la naturaleza humana pecaminosa que [Gálatas 5:16-26]. Pablo no sólo trata sobre las diferencias generales de la manera de vivir, al hacer hincapié en que el espíritu y la carne están en conflicto, sino que también incluye una lista específica de obras de la carne y del fruto del Espíritu.

El Espíritu, no la carne

La primera admonición de Pablo fue: ¡Estén firmes! Ahora dice: ¡Anden en el Espíritu! Nuestro estar en Cristo determina nuestro andar en Cristo. Las palabras carne y Espíritu se encuentran diez veces cada una en los capítulos [5–6]. Los que viven de acuerdo a la ley dependen de la energía de la carne; los que viven por gracia dependen del poder del Espíritu. Andar en el Espíritu significa tener nuestras vidas diarias bajo su control, o sea, bajo la dirección del Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Ser guiado por el Espíritu significa estar sometido a la dirección del Espíritu Santo y ser libre de una vida de esclavitud al legalismo. El hermano mayor de la parábola del hijo pródigo [Lucas 15] vivía en esclavitud y no tenía gozo en su andar o servicio. ¡Cuántos cristianos son como él!

La carne, se refiere a la naturaleza caída que persiste en el creyente. El cuerpo en sí mismo no es pecaminoso; los apetitos no son necesariamente pecaminosos, pero las tendencias de la vieja naturaleza van en declive. En [Romanos 6] Pablo nos dice que el viejo hombre ha sido crucificado y que podemos vencer a la carne al considerarnos como muertos al pecado y presentarnos vivos a Dios. Aquí en Gálatas, Pablo describe el conflicto entre las dos naturalezas del creyente. Después de la conversión, los nuevos cristianos disfrutan de inmediato de varios días o semanas de maravillosa victoria; entonces viene la tentación y la derrota, y se desaniman. Alguien debería haberles dicho que la vieja naturaleza volverá a surgir. [Gálatas 5:17] no enseña que el creyente no puede obtener victoria. La frase se traduce bien en español: para que no hagáis lo que quisiereis. O sea, una simple determinación del cristiano nunca controlará la carne o producirá el fruto del Espíritu. Pablo amplía este tema en [Romanos 7], donde muestra que determinados intentos del creyente para agradar a Dios en su fuerza están destinados al fracaso.

¡Qué contraste entre las obras y el fruto! El fruto es el resultado de una unión viva; una máquina puede producir obras, pero nunca fruto. Incluso la ley produce obras, pero Dios las llama obras muertas [Hebreos 6.1]. La ley nunca produciría el fruto de la gracia que se describe aquí. Lea esta lista de obras de la carne en una versión moderna para que obtenga la magnitud completa de su significado. ¡Qué terrible catálogo de pecados! ¡Cuántos se hallan incluso entre cristianos!

El carácter cristiano viene de adentro, por el poder del Espíritu. El Espíritu procura transformarnos a la semejanza de Cristo [2Corintios 3.18] [Romanos 8.29] [Romanos 12.1-2]. Podríamos meditar por horas en el fruto de nueve aspectos producido por el Espíritu. Nótese especialmente que el amor encabeza la lista. Pablo aclara que ninguna ley jamás podría desarrollar esta clase de carácter. ¡Cuándo aprenderá la gente que hacer resoluciones jamás la santificará!

Si vivimos por el Espíritu [esto es salvación, vivificados por el Espíritu], andemos también por el Espíritu [esto es santificación, permitiendo que el Espíritu controle y dirija nuestras vidas]. Compare [Efesios 5.18–24] con [Colosenses 3.15–19] y verá que estar lleno del Espíritu es ser controlado por la Palabra de Dios, porque los resultados son idénticos. Andar en el Espíritu no es alguna experiencia emocional, ajena a la vida diaria. Es una experiencia diaria del creyente que se alimenta en la Palabra, que ora y obedece lo que dice la Biblia y permite que el Espíritu Santo lo llene a diario con ríos de agua viva.

Para concluir note los tres ruegos que Pablo hace a los cristianos para que vivan en santidad por la gracia de Dios: Dios el Padre les ha llamado a libertad [v. 13]; Dios el Hijo ha muerto por ellos [v. 24]; y Dios el Espíritu Santo mora en ellos [vv.16–23]. El poder del Espíritu Santo nos ayuda en nuestra batalla contra la carne y en nuestras debilidades.

[Gálatas 5:16-26]

[5.16-18] Estos versículos presentan la diferencia entre la obra del Espíritu y la obra de la carne en la vida de los creyentes. Entendemos que el Espíritu es una referencia al Espíritu Santo. La carne es la tendencia que mora en nosotros como resultado de la caída. Satanás obra por medio de la carne para llevarnos hacia el pecado, mientras Dios obra a través de nuestro espíritu humano por medio de su Espíritu Santo para provocar las virtudes cristianas que le agradan. La recomendación del Apóstol Pablo a los cristianos es caminar en el Espíritu, ser guiados por el Espíritu Santo en el diario vivir, y precisamente una renovación constante de la fuente de agua viva, para someter las pasiones y deseos de la carne y no satisfacerlos.

[5.16] La única manera coherente para superar los deseos pecaminosos de nuestra naturaleza humana [la carne] es vivir paso a paso en el poder del Espíritu Santo cuando obra por medio de nuestro espíritu [v. 25]. No satisfagáis: Es una promesa sorprendente. El caminar cada momento por la fe en la Palabra de Dios bajo el control del Espíritu Santo nos asegura la victoria absoluta sobre los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa.

[5.17] No se debe menospreciar el potencial de la carne energizada por Satanás en la vida de un cristiano. Si se le da riendas, la carne dirigirá nuestras opciones, y nos hará hacer lo que sabemos que no debemos hacer. Esta pugna interna entre la carne y el Espíritu es muy real, pero existe un desacuerdo considerable en cuanto a su significado preciso. Algunos creen que carne se refiere a nuestra naturaleza pecaminosa que continúa después de la salvación, mientras otros opinan que se refiere simplemente a la carne física y a sus tendencias naturales. Aún otros se centran en los hábitos y patrones carnales o terrenales que continúan después de la justificación. Aunque no está claro el significado preciso de carne, sí lo está la intención de Pablo. Los deseos de nuestra carne están en contra de lo que el Espíritu Santo desea para nosotros: Estar libres de pecado.

[5.18] Los que son guiados por el Espíritu Santo exhiben una calidad de conducta superior [Gálatas 5.22, 23], que va más allá de los requerimientos de la Ley de Moisés.

[5.19-21] Las obras de la carne no sólo incluyen, sino van mucho más allá de las destructivas contiendas y celos que se ilustran en el [v. 15]. Una prueba positiva de que la persona no vive en el poder del Espíritu Santo es la existencia de tal comportamiento [vv 16,18,22,23], el que está motivado por Satanás y sus huestes [Mateo 16.23] [Hechos 5.3]. La carne se manifiesta en la inmoralidad sexual y la indecencia [adulterio… lascivia], en la adoración oculta e idólatra [hechicería], y en otros actos como homicidios, borracheras y comportamientos poco decorosos [orgías]. Pero también se hace presente en los pecados que se aceptan socialmente, como es el caso de iras, contiendas, disensiones, herejías [Gr. haireseis, falsas creencias o discordia], e incluso, envidias. Y cosas semejantes a estas: Muestra que esto es una representación más que una lista completa de tales pecados. Véase [1Corintios 6.9-10] para apreciar una lista distinta.

Pablo suele recurrir a esta palabra, la carne, para denotar la pecaminosidad de todo el ser humano: no sólo del cuerpo pecador sino también de todo el ser, tanto el alma como el cuerpo afectados por el pecado. De este modo, Pablo siempre antepone la carne al Espíritu como dos fuerzas diametralmente opuestas. El incrédulo sólo puede vivir en la carne, mas el creyente puede vivir en la carne y el Espíritu. Con frecuencia, Pablo alienta a los creyentes en Cristo superar las acciones de la carne al vivir en el Espíritu.

[5.22- 23] Espíritu: Existe la incertidumbre sobre si Pablo se refería específicamente a las obras que hace el espíritu humano regenerado o a las obras que hace el propio Espíritu Santo en la vida de un creyente. La analogía del fruto nos recuerda las enseñanzas de Jesús de la vid, los pámpanos y la cosecha fructífera [Juan 15.1-5]. Es bueno que el cristiano recuerde esto, sin Cristo y su Espíritu [Gálatas 4.6] nada podéis hacer [Juan 15.5]. Debido a que fruto aparece en singular, probablemente ve las características [amor… templanza] como una armoniosa unidad. Es un prisma multifacético que despliega su hermosura en maneras diversas pero integradas. De este modo, hasta el mismo punto donde hay amor, hay templanza. Debido a que se habló del amor en [Gálatas 5.6, 13-14] de una manera que resume las cualidades en la vida de un cristiano, es posible que se coloque amor en el primer lugar de la lista por ser el más básico y completo de los elementos de ella. Ciertamente, esta descripción compuesta del carácter se asemeja a la de Jesucristo, se corresponde con la del creyente que está en Cristo Jesús por la fe [5.5-6] y que tiene en él su Espíritu [4.6], el cual guía sus pasos [5.18].

[5.24] Los cristianos están espiritualmente crucificados con Cristo [2.20]. Ellos no deberían seguir más los deseos o los valores del mundo [6.14]. Sin embargo, para los cristianos permanece la dificultad de aplicar esta realidad espiritual a las pasiones [afecciones] y deseos [lujurias] de la carne [v. 16]. Los que vencen estos deseos pecaminosos son los que mantienen sus ojos en Dios [Jeremías 9.23-24] [Daniel 11.32] [Juan 17.3] [Hechos 12.1-3].

[5.25, 26] En estos versículos, Pablo exhorta a los gálatas a caminar en el Espíritu puesto que ya viven en el Espíritu. Tal forma de ser debería ser natural, pero desgraciadamente, estamos en guerra con la carne y voces espirituales de maldad que nos animan a hacer lo incorrecto. Andemos… por el Espíritu quiere decir que debemos obedecer el impulso del Espíritu Santo. Un creyente que sigue la dirección del Espíritu [v. 16] no se volverá vanaglorioso, ni provocará ni envidiará a otros.

FRUTO:

En términos generales se refiere a todo producto que se obtiene de la tierra, especialmente designa a las plantas y al fruto de estos, frecuentemente se usa la palabra en sentido figurado. Cristo espera que su iglesia y sus seguidores lleven mucho fruto [Juan 15:2].

También significa "Las virtudes Cristianas", actitudes y acciones, en el feliz resultado que está en oposición a las obras de la carne. Es aquel que el Espíritu Santo produce en aquellos que le obedecen.

En [Mateo 7:16] se menciona el reclamo de buenos frutos, así como las expresiones visibles de la concupiscencias soterradas, son las obras de la carne, de la misma manera el PODER INVISIBLE DEL ESPIRITU SANTO se da en aquellos que son traídos a una unión vital con Cristo. [Juan 15:2] [Juan 8.16], produce el fruto del Espíritu, la forma singular es sugerente de que en ellos se reproduce la unidad del carácter del Señor, todo ello es un contraste con las confusas y frecuentes incoherentes obras de la carne.

DIFERENCIA DEL FRUTO DEL ESPÍRITU Y LAS OBRAS DE LA CARNE:

El apóstol Pablo menciona dos aspectos diferentes en cuanto a las obras de la carne y el fruto del Espíritu los cuales son: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, [Gálatas 5:22-24]. Tanto la carne [Pasiones pecaminosas del alma humana] la persona que viene a Cristo, su espíritu y su alma son transformados y purificados por la gracia del Espíritu Santo.

Buenos frutos significa: Producción selecta, árboles de buena fructificación.

Después de la conversión la vida del creyente debe estar regida por el Espíritu Santo de tal manera que el fruto del Espíritu es distinto de la vida pasada; el Espíritu Santo va trabajando y moldeando constantemente la vida del cristiano, y es una renovación constante la obra del Espíritu Santo.

La conversión opera una especie de muerte hacia las cosas de este mundo, al grado de que la persona desprecia todo lo que en él hay, para poder alcanzar más de las cosas de Dios. Es de esta manera como se logra ser dirigido por el Espíritu Santo y como se manifiesta el fruto del Espíritu en nuestras vidas. De tal manera, la carne, sus deseos y pasiones es un trabajo diario y constante de crucificarla.

LAS OBRAS DE LA CARNE:

¿Qué es la "carne"? En este texto la palabra no significa el cuerpo porque habla también de pecados de carácter [corazón]. La carne es el enemigo que reside "dentro de las puertas", o sea, en el corazón de cada individuo. Este enemigo nuestro que está aliado con Satanás le ayuda a tentarnos [Santiago 1:14], texto que claramente enseña que pecamos simplemente porque queremos pecar; nadie es forzado a pecar, nadie tiene que pecar y no debería ser así.

La condición de nuestro corazón se debe a lo que nosotros mismos hemos hecho desde nuestra juventud. Todos hemos pecado. Los pecados, malos pensamientos, malos deseos, etc. han producido lo que se llama "carne".

Todo el pecado que hemos cometido [de hecho, de palabra, de pensamiento, de descuido] ha tenido su efecto negativo sobre nosotros: nos ha manchado, nos ha debilitado, y nos ha esclavizado. Esta condición se llama "carne". Es un monstruo que nosotros mismos hemos creado, y nosotros mismos tenemos que controlarlo [crucificarlo, matarlo, no proveer alimento para él, ni satisfacerlo]. Es necesario renunciar a la carne en todo sentido y huir de sus deseos y no darle información mundana para no alimentarla.

La carne describe la naturaleza humana con sus deseos inmorales. La carne permanece en los creyentes después de su conversión y es su enemigo mortal [Romanos 8:6-8,13] [Gálatas 5:17,21]. Los que practican las obras de la carne no pueden heredar el reino de Dios [Gálatas 5:21]. Por lo tanto, se debe oponer resistencia y dar muerte a esa carne en una batalla continua que el creyente libra mediante el poder del Espíritu Santo [Romanos 8:4-14]. La batalla que se libra dentro del creyente abarca toda la persona; la lucha en sí se rendirá a las inclinaciones de la carne y volverá a someterse al dominio del pecado, o si cederá a las exigencias del Espíritu y continuará bajo el dominio y señorío de Cristo [v16] [Romanos 8:4-14]. Ese conflicto dentro del creyente debe continuar durante toda su vida terrenal [Romanos 7:7-25] 2Timoteo 2:12] [Apocalipsis 12:11].

Las obras de la carne [Gálatas 5:19-21] comprenden:

A]- Adulterio: Relaciones sexuales de una persona casada con alguien que no sea su cónyuge [Éxodo 20:14] [Deuteronomio 5:18] [Mateo 5:31-32]

B]- Fornicación: Conducta y relaciones sexuales inmorales; incluye el complacerse en fotos, películas o publicaciones pornográficas [Mateo 5:32] [Mateo 19:9] [Hechos 15:20,29] [Hechos 21:25] [1Corintios 5:1].

C]- Inmundicia: Pecados sexuales, obras y vicios malvados, incluso pensamientos y deseos del corazón [Efesios 5:3] [Colosenses 3:5].

D]- Lascivia: Sensualidad; seguir los deseos y las malas pasiones hasta el punto de no tener vergüenza ni decencia alguna [2Corintios 12:21].

E]- Idolatría: Adoración de espíritus, personas o imágenes talladas; confianza en cualquier persona, institución u objeto como si tuviera igual o mayor autoridad que Dios y su Palabra [Colosenses 5:5].

F]- Hechicerías: Brujería, espiritismo, magia, santería, parapsicología, adoración de demonios y uso de drogas para producir experiencias espirituales [Éxodo 7:11,22] [Éxodo 8:18] [Apocalipsis 9:21] [Apocalipsis 18:23].

G]- Enemistades: Intenciones y acciones hostiles e intensas; antipatía u odio extremos.

H]- Pleitos: Querellas, antagonismo, lucha por la superioridad [Romanos 1;29] [1Corintios 1:11] [1Corintios 3:3].

I]- Celos: Resentimiento, envidia del éxito de otro [Romanos 13:13] [1Corintios 3:3].

J]- Iras: Enojo explosivo que se inflama y se convierte en palabras ofensivas y acciones violentas [Colosenses 3:8].

K]- Contiendas: Búsqueda de poder [2Corintios 12:20] [Filipenses 1:16-17].

L]- Disensiones: La introducción de enseñanzas divisorias no respaldadas por la Palabra de Dios [Romanos 16:17].

M]-Herejías: División de la congregación en grupos egoístas o camarillas que destruyen la unidad de la iglesia [1Corintios 11:19].

N]- Envidias: Antipatía resentida de otra persona que tiene algo que desea.

O]- Homicidios: Dar muerte a una persona sin el apoyo de la ley y con malicia.

P]- Borracheras: Deterioro del control físico o mental por las bebidas alcohólicas.

R]- Orgías: Fiestas y parrandas excesivas; espíritu festivo que incluye alcohol, drogas, sexo, o algo parecido.

El comentario final de Pablo sobre las obras de la carne es severo y contundente:

Y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios [Gálatas 5:19-21].

                                                                                                                        Continua...