martes, marzo 16, 2010

LAS CONVERSIONES [2Parte]

A]- Piense en la humedad que una planta necesita para vivir y crecer.

No la encuentra en la superficie de la tierra porque está seca. Tiene que echar raíces profundas.

B]- Entonces, la superficialidad en las cosas espirituales es una indicación de que alguien ha tenido una falsa conversión [que no tienen la salvación].

C]- Esto se manifiesta también en una “espiritualidad seca” (sin humedad).

Puede ser algo que usted nota de alguien cuando está hablando de las cosas de Dios. O sea, el falso convertido le va a parecer superficial y seco cuando habla acerca de Dios, Jesucristo, la Iglesia o cualquier otro tema espiritual. Si la persona es superficial [y por lo tanto seca], también no tiene profundidad.

TERCERA SEÑAL: [Mateo 13.5-6] No tiene raíz [no tiene profundidad].

A]- La semilla sembrada en pedregales brota pronto [hay resultados inmediatos] porque no hay profundidad de tierra.

O sea, hay una capa de tierra encima de la piedra, entonces todo el crecimiento sucede rápido y para arriba. No puede echar raíces debido a la piedra.

B]- En el falso convertido, esta característica se manifiesta en la falta de un carácter profundo.

No hay profundidad ni de su andar ni de su hablar. No tiene raíz y por esto todo el crecimiento es superficial [para arriba en vez de para abajo].

C]- ¿Cómo se ve esto en la vida real?
A menudo este es el creyente que tiene toda la chatarra cristiana. Tiene el pececillo pegado en su carro a la par de dos o tres diferentes calcomanías que dicen cosas como Mi Jefe es un carpintero judío o Jesús es mi copiloto. Su llavero tiene un clavo doblado en la forma de una cruz y también lleva un collar con una cruz de madera del tamaño de un pequeño árbol. Tiene 70 diferentes camisetas que tienen dichos y dibujos que representan cosas que él cree que tienen algo que ver con Cristo y el cristianismo. Su vocabulario muestra un dominio increíble de la jerga cristiana. Es un lobo que viene con vestido de oveja. Por fuera parece una oveja, pero por dentro todavía es un enemigo de Dios y de su rebaño. Tiene muchas ramas y hojas, porque no tiene raíces y por lo tanto no tiene fruto. O sea, no hay fruto, pero tiene las hojas del pez, de las camisetas, etc. El falso convertido tiene todas estas hojas y ramas para tratar de impresionarle porque aun él mismo sabe [en lo profundo de su corazón] que lo que tiene no es genuino.

CUARTA SEÑAL: [Marcos 4.16] Resulta en gozo inmediato.

A]- Por supuesto vamos a tener gozo en el Señor forma parte del fruto del Espíritu. Pero, la experiencia de la verdadera conversión deja a uno [de alguna manera] triste, contrito, quebrantado, humillado y arrepentido.

Obviamente, hay un profundo alivio de la gran carga del pecado, y esto produce un agradecimiento hacia Dios y una paz interior. Pero a la vez, el nuevo convertido [el verdadero] acaba de pasar por la puerta estrecha del arrepentimiento.

B]- [Mateo 7.13-14] La “puerta estrecha” que lleva a la salvación y la vida eterna es el arrepentimiento.

Las dos puertas en [Mateo 7.13-14] son maneras de entrar en un camino. Un camino lleva a la perdición y el otro a la vida eterna. Los que no entran por una de estas puertas, siempre son condenados. Uno no tiene que entrar por la puerta ancha para condenarse; la puerta ancha lo pone a uno en un falso camino que lo lleva a la perdición. Entonces, estas dos puertas representan los dos tipos de conversiones.

Una falsa conversión es fácil de conseguir y muchos son los que pasan por esta puerta para ponerse en los caminos de Dios [según lo que ellos mismos creen]. Puesto que es fácil [la puerta es ancha], uno entra con mucho gozo y felicidad, sin el más mínimo esfuerzo, tristeza o dolor. Sin embargo, es un camino que los lleva a la perdición porque no hay arrepentimiento.

Una verdadera conversión es como pasar por una puerta estrecha.

Le duele un poco, pero lo pone en el verdadero camino de la salvación y la vida eterna. Así es el arrepentimiento que lo lleva a la cruz y la salvación por fe en Cristo Jesús. El gozo inmediato sin tristeza, sin contrición, sin temor, sin arrepentimiento es una indicación de que la persona entró por la puerta ancha y fácil de creer en vano. Es una falsa conversión porque creyó sin arrepentimiento sin confesar sus pecados y apartarse de ellos, que a menudo duele e incómoda bastante. Por supuesto, no estamos hablando de todo un espectáculo de una lloradera, una gritadera y la gran lamentación de la vida. Pero, sí, debe haber una tristeza... una contrición... una indicación de que su corazón está quebrantado por sus pecados delante de su Creador, porque Cristo sufrió tremendamente porque cada uno de sus pecados los de la humanidad. ¿Cómo es posible que esto no le vaya a afectar? Además, ¿cómo es posible que su corazón no se haya quebrantado debido al temor del juicio venidero un día de juicio que la Biblia llama el día de la ira?

C]- Si hay gozo inmediato, es una buena indicación que creyó en vano o que creyó un evangelio

Falso. El arrepentimiento es el resultado de la contrición, quebrantamiento y del temor.

QUINTA SEÑAL: [Lucas 8.13] El falso convertido cree “por algún tiempo”. La experiencia de una falsa conversión es una verdadera “experiencia”.

O sea, la persona cree en el momento de oír las buenas nuevas de Jesucristo. Sin embargo, como Pablo dice en [1Corintios 15.2] Quien ha creído en vano. Creyó sin lograr nada, sin lograr la salvación por la razón que acabamos de notar arriba del arrepentimiento.

Así que, es fácil saber si un creyente es un falso convertido o no: El tiempo lo prueba todo.

El falso convertido que ha creído en vano cree por algún tiempo y luego se aparta de la fe y de los caminos de Dios. La luz del sol de las pruebas revelará la conversión de la persona y probará la profundidad de las raíces y también el fruto.

Cuando se siembra una semilla, la planta brota rápidamente y crece rápidamente, pero no tiene profundidad de raíz porque está sobre una piedra con una delgada capa de tierra encima. Siembra otra semilla en buena tierra donde la planta echa raíces profundamente y encuentra humedad [agua] para vivir y crecer. Puede ser que al principio le parece que la semilla que sembró en los pedregales está dando más fruto que el de la buena tierra; pero ocurre lo contrario ¿Qué es lo que va a revelar la verdadera condición de las plantas? ¡El sol!

Cuando sale el sol, la planta que no tiene raíces se seca y muere. La planta que está en la buena tierra y que ha echado raíces profundas para encontrar el agua de vida, crecerá y florecerá bajo la luz del sol. La luz es exactamente lo que necesita para crecer. Así que, en vez de hacerle daño, el sol sirve para ayudarle a crecer y dar fruto.

Así es con los recién convertidos. Las pruebas revelan su verdadera condición. Durante tiempos de prueba el falso convertido deja de creer y se aparta de los caminos de Dios para volver a su pecado y al mundo. El verdadero convertido que tiene raíces profundas en Cristo Jesús y ha recibido el agua de vida, crecerá y florecerá bajo la luz de las pruebas. O sea, la aflicción, la persecución y la tribulación son lo que el verdadero creyente necesita para crecer en Cristo y florecer llevando el fruto del Espíritu.

Entonces, lo peor que usted puede hacer con una planta es esconderla de la luz del sol.

Si es una buena planta en buena tierra, necesita la luz del sol para crecer y florecer. Si no es una buena planta, la luz del sol lo mostrará rápidamente. Es igual con el nuevo convertido

Lo peor que podemos hacer con alguien que acaba de convertirse a Cristo es esconderlo de las pruebas, de la aflicción, la persecución y la tribulación.

Es mejor que la prueba revela una falsa conversión ya. Porque si escondemos al falso convertido de las pruebas, estaremos dándole una falsa esperanza. Y en el día del juicio será demasiado tarde será lanzado al lago de fuego. Si las pruebas revelan una falsa conversión, ya podemos ayudarle a la persona a que realmente se convierta a Cristo. Y si se trata de un nuevo convertido [verdadero], no se preocupe cuando se encuentra en medio de una prueba. Déjelo sufrir un poco porque tiene raíces en Cristo y las pruebas resultarán en su crecimiento. Dios es bueno y muy capaz de guardarlo y guardarlo bien. Él sabe que su nuevo hijo necesita luchar un poco para poder crecer y florecer en Cristo Jesús.

No todos los creyentes son verdaderos cristianos. La Biblia menciona varias veces a los falsos hermanos entre nosotros. En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos [2 Corintios 11:26].

Y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud [Gálatas 2:4].

LAS CINCO SEÑALES DE UNA VERDADERA CONVERSIÓN:

Las cinco señales son cinco diferentes tipos de fruto que la Biblia dice que habrá en la vida de un verdadero cristiano.

[Mateo 7.15-18] Cristo Jesús dijo que la evidencia convincente de la conversión de una persona es el fruto que se puede ver en su vida.

[Mateo 7.18] Un árbol malo es incapaz de dar buen fruto, lo mismo pasa con un árbol bueno es incapaz de dar fruto malo.

[Mateo 7.19-20] Si no hay buen fruto en el árbol, o sea en la vida del convertido es porque no se ha convertido. Todavía es un inconverso que si muere, irá al infierno.

Puesto que hubo un cambio de naturaleza, porque nació de nuevo, el verdadero convertido dará su fruto siempre. O sea, nunca se apartará de los caminos de Dios.

Obviamente algunos árboles dan fruto más rápido y más a menudo que otros. No obstante, el árbol no deja de ser un árbol que da fruto.

O sea, una vez que alguien nace de nuevo, ya es una nueva criatura y nunca dejará de ser una nueva criatura.

Es como un árbol manzano, que da fruto de manzanas. No es que un día deje de ser un manzano. Obviamente da su fruto en su tiempo, pero nunca deja de ser un árbol manzano.

El cristiano nunca deja de ser un árbol que da fruto porque es Dios quien lo hizo como es una nueva criatura que da fruto en su tiempo.

[Judas 24] Él es poderoso para guardar a los Suyos sin caída y así presentarlos sin mancha delante de su gloria.

El verdadero cristiano nunca se apartará de la fe. Obviamente lucha contra el pecado y a veces pierde la pelea y cae en el pecado. Sin embargo, lucha. El que no lucha el que se aparta de la guerra, no se convirtió.

Según [Lucas 8.13], el que se aparta nunca fue un cristiano nunca se convirtió a Cristo a pesar de haber creído por algún tiempo.

PRIMER FRUTO: [Mateo 3.7-8] El fruto digno de arrepentimiento.

A]- Cuando hay una verdadera conversión, hay arrepentimiento.

Sin arrepentimiento, no hay salvación... sólo una horrenda expectación de la ira venidera el día del justo juicio de Dios y note que en [Mateo 3.7-8] son creyentes líderes religiosos que estaban en peligro del infierno; creían en vano porque no se habían arrepentido. Y es por esto que Dios manda a todo hombre en todo lugar que se arrepientan [Hechos 17.30-31].

[Proverbios 28.13] El arrepentimiento consta de confesar sus pecados y apartarse de ellos.

[Proverbios 16.6] O sea, el verdadero convertido se apartará de la maldad.

B]- Este arrepentimiento para salvación se manifiesta en maneras prácticas.

[Lucas 19.1-10] Cuando Zaqueo recibió la salvación, hubo fruto visible de su arrepentimiento.

[Lucas 19.8]. Él estaba dispuesto a devolver cuadruplicado lo que él hurtó. El fruto de su arrepentimiento se manifestó en el acto de devolver lo que hurtó cuadruplicado, puso su fe en Cristo para salvación y estuvo a cuentas con varias personas.

a. Tuvo que devolver cosas que había hurtado.
b. Tuvo que hablar con varias personas que había ofendido y pedirles perdón.
c. Se había arrepentido y el arrepentimiento llevó su fruto inmediatamente.

C]- Si no hay fruto digno de arrepentimiento, es muy posible que no hay un arrepentimiento verdadero.

Si el estilo de vida de alguien es igual después de su conversión a cómo era antes, es muy probable que sea un falso convertido.

SEGUNDO FRUTO: [Colosenses 1:10] El fruto de las buenas obras.

[Tito 2.7] El cristiano debe ser un ejemplo de buenas obras.

[Tito 2.14] La Iglesia debe ser un pueblo celoso de buenas obras [motivado a hacer buenas obras].

[Tito 3.8] Debemos ocuparnos siempre en buenas obras.

Hoy en día, con tanto escepticismo entre los no creyentes, necesitamos ver más fruto de buenas obras.

[1Pedro 2.15] Pedro dice que haciendo bien podemos callar la ignorancia de los hombres insensatos.

O sea, a través de las buenas obras en nuestras comunidades podemos restablecer nuestra credibilidad y construir puentes para alcanzar a los inconversos con el evangelio de Cristo Jesús.

Las buenas obras son fruto de una verdadera conversión.

Si alguien no quiere ayudar a los demás, si sólo piensa en sí mismo, es muy probable que no sea un verdadero cristiano.

TERCER FRUTO: [Hebreos 13.15] El fruto de sus labios.

[Santiago 1.17] Nuestros labios deben confesar el nombre de Jehová nuestro Dios porque de Él viene todo lo bueno que tenemos y experimentamos en esta vida. La boca de un verdadero creyente siempre da gracias a Dios en todo. Nuestro clamor debe ser como el de Pablo: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” De la abundancia del corazón habla de la boca, entonces debemos fijarnos en el fruto de los labios del que profesa fe en Cristo Jesús. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca [Lucas 6:45].

CUARTO FRUTO: [Gálatas 5.22-23] El fruto del Espíritu.

De alguna manera aunque sea pequeño este conjunto de cualidades debe manifestarse en la vida del discípulo de Cristo.

[Gálatas 5.19-21] Si uno sigue manifestando el fruto de la carne, puede ser una buena indicación de que no se convirtió y que todavía está sin Cristo.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley [Gálatas 5: 22-23].

Y una recomendación del Apóstol Pablo:

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu [Gálatas 5: 24-25].

QUINTO FRUTO: [Filipenses 1.9-11] El fruto de justicia

El deseo de Dios y la voluntad de Dios para cada creyente es que sea lleno de frutos de justicia por medio de Jesucristo.

Con justicia se quiere decir lo que es justo, lo que es correcto. Puesto que el cristiano es una nueva criatura, hay un deseo profundo de hacer lo justo y lo correcto, y dejar de hacer lo injusto y lo incorrecto.

[2Timoteo 2.19] Se aparta de la iniquidad, porque se arrepintió y hay hambre y sed de justicia en el corazón de un verdadero creyente en Cristo.

Este asunto a veces confunde a los cristianos porque en su experiencia cotidiana, caen el pecado y a veces podría decir que todavía les gusta el pecado.

El testimonio de Pablo en [Romanos 7] nos ayudaría bastante a entender esto.

[Romanos 7.22] El cristiano se deleita en la Ley de Dios, en la Ley moral que se expresa en su Palabra. O sea, se deleita en la justicia, en hacer lo justo y lo que es correcto, evitando lo injusto, lo malo y lo incorrecto.

[Romanos 7.15-20] Sin embargo, el santo sigue pecando y, en algún sentido, le gusta. [v17] Lo que debemos entender que no es el nuevo hombre en Cristo que peca y que le gusta el pecado. Es el viejo hombre, es la carne, con sus obras pecaminosas.

[v18] Sin embargo, el cristiano, el santo, el nuevo hombre en Cristo Jesús, quiere el bien de la justicia de una vida recta.

[v19) Por esto, el testimonio del cristiano es uno de una lucha entre el hombre interior que quiere andar conforme a la Ley de Dios y el hombre exterior de la carne que quiere pecar. [v20] Si este es el testimonio de su vida, entienda que no es usted quien lo hace sino el pecado que todavía mora en sus miembros. No tire la toalla, siga luchando contra el pecado. Pero no tiene que dudar su salvación simplemente porque cae en el pecado. La presencia de esta lucha debe animarle porque es evidencia convincente de que nació de nuevo. Entonces, el fruto de justicia a veces se manifiesta más en la lucha entre el nuevo hombre [me deleito en la Ley y quiero andar conforme a ella], y el viejo hombre [me gusta el pecado y quiero pecar].

Un cristiano cae en el pecado y lucha por salir de él, pero el falso convertido disfruta el pecado.

[2Pedro 2.22] Es como el perro que se vuelve a su propio vómito. El perro se vuelve a su vómito para comérselo porque le sabe bien. Le gusta y le da placer. Así es como Dios lo hizo y por lo tanto así es su naturaleza. El pecador perdido vuelve a pecar porque le gusta, le da placer, le sabe bien y lo disfruta. Así es su naturaleza.

Sin embargo, cuando el cristiano cae el pecado es diferente. Cuando se da cuenta de lo que ha hecho, se halla comiendo su propio vómito y es asqueroso.

Este fruto de justicia también se manifiesta en hambre y sed de la Palabra de Dios.

Nadie tiene que enseñarle a un bebé a desear la leche. Nace con hambre y el conocimiento innato de cómo mamar. Si un creyente no tiene un deseo de alimentarse espiritualmente en la Palabra de Dios, es una buena indicación que su conversión es falsa.

[Salmo 119.162] Para el cristiano, la Palabra de Dios es un tesoro invaluable. El que desprecia la Escritura y no la ama es el que no conoce a Dios. El verdadero cristiano desarrollará la disciplina y el hábito de leer la Biblia todos los días. Escudriñará la Biblia para ver qué es lo que Dios quiere, cómo es su voluntad para vivir. Y cuando la Biblia dice que debe hacer algo, lo hace, o que debe dejar de hacer algo, lo deja de hacer. Nadie tiene que estar encima de un verdadero creyente obligándole a leer la Biblia y obedecer lo que dice. Es un gozo para él ser hacedor de la Palabra.

La verdadera conversión es cuando un cristiano verdadero lleva mucho fruto al treinta, sesenta y al ciento por uno.

[Mateo 7.18] El fruto es evidencia convincente de cómo es el árbol; si es bueno [una verdadera conversión] o malo [una falsa conversión].

1. El fruto digno de arrepentimiento
2. El fruto de las buenas obras
3. El fruto de sus labios
4. El fruto del Espíritu
5. El fruto de justicia

Ahora, sabiendo que cuando predicamos el evangelio hay falsas y verdaderas conversiones, ¿hay algo que nosotros podemos hacer para que la semilla del evangelio lleve el buen fruto de arrepentimiento y fe en Cristo? La parábola del sembrador nos da la respuesta.

!Paz a vosotros! !Que la Gracia abunde en vuestros corazones!